Las trampas agrícolas de captura y monitoreo son dispositivos diseñados para atraer, capturar o monitorear poblaciones de insectos y otros organismos que pueden dañar los cultivos.

Estas herramientas son esenciales en la agricultura actual, ya que permiten el monitoreo preciso, determinando la presencia, densidad y distribución de plagas en un área específica; una captura selectiva para reducir las poblaciones de plagas de manera específica, minimizando el impacto en organismos beneficiosos; la toma de decisiones, informadas como consecuencia de evaluar la necesidad y el momento oportuno para aplicar medidas de control, como la aplicación de fitosanitarios; y contribuir a la agricultura sostenible, en consonancia con la tendencia europea De la Granja a la Mesa, reduciendo la dependencia de plaguicidas químicos y promoviendo prácticas más ecológicas.

Tipos de trampas y sus usos en agricultura.

Existen diversos tipos de trampas de uso en agricultura, cada uno diseñado para atraer a diferentes tipos de plagas. Por ejemplo:

  • Trampas cromáticas: Utilizan colores atractivos para los insectos, como el amarillo para moscas blancas y pulgones, o el azul para trips. Consisten en láminas adhesivas que atrapan a los insectos al posarse.
  • Trampas de feromonas: Emiten feromonas sexuales sintéticas que imitan las liberadas por las hembras de ciertas especies de insectos, atrayendo a los machos. Son muy específicas y efectivas para monitorear y capturar polillas y otros lepidópteros.
  • Trampas de luz: Utilizan luz ultravioleta para atraer insectos voladores nocturnos, como polillas y mosquitos.
  • Trampas de alimentos o cebos: Utilizan atrayentes alimenticios para atraer a insectos como moscas de la fruta.

Modelos de trampas y sus usos en plagas más comunes.

Entre los modelos de trampas más conocidos y el tipo de plagas para las que están diseñadas, se encuentra los modelos de trampas Delta, utilizadas principalmente para el monitoreo de polillas, combinadas con feromonas.

Las trampas tipo mosquero es otro modelo y están diseñadas para la captura de dípteros tephritidos (moscas de la fruta). Y los modelos de trampas cromáticas adhesivas, disponibles en varios colores para diferentes tipos de insectos.

En este contexto, las trampas son especialmente útiles para monitorear y controlar plagas como las moscas de la fruta (Ceratitis capitata, Bactrocera spp.), diferentes especies de polillas (Tuta absoluta, Cydia pomonella), los pulgones (Aphididae), las moscas blancas (Bemisia tabaci) o los trips, por ejemplo.

Contribución de las trampas agrícolas a los cultivos.

La implementación de trampas agrícolas en los cultivos contribuye a la reducción del uso de fitosanitarios, ya que al permitir un monitoreo preciso, se pueden aplicar tratamientos solo cuando sea necesario.

También a desarrollar una agricultura de precisión, porque facilitan la identificación de áreas problemáticas y la aplicación de medidas de control localizadas.

Así como la protección de la fauna auxiliar, ya que, al ser selectivas, minimizan el impacto en insectos beneficiosos, como polinizadores y depredadores naturales.

Y a una agricultura sostenible, porque al tener una menor dependencia de fitosanitarios, esto favorece la biodiversidad de los cultivos y permite obtener unas cosechas más saludables.

Con todo ello, la eficacia de las trampas depende de su ubicación, tipo de atrayente y mantenimiento adecuado. Además, es importante complementar el uso de trampas con otras estrategias de manejo integrado de plagas, como el control biológico y las prácticas culturales.

También, el realizar un correcto seguimiento de las capturas, resulta de gran interés para poder anticiparse a los posibles ataques de plagas en los cultivos.