Dulces, picantes, carnosos,… de color rojo, amarillo, verde,… redondos, muy alargados, chatos, cuadrados, grandes, pequeños,… son ejemplos de las variantes que podemos encontrar alrededor del pimiento.
Prácticamente casi todos estos tipos de pimientos se cultivan igual y además es muy fácil, bastará seguir unos fáciles consejos con los que nos aseguraremos buenas cosechas en espacios muy reducidos.
Evidentemente jugará un papel fundamental los gustos personales de cada uno a la hora de decidir qué tipo de especie o variedad desea plantar, pero es interesante y además animo a ello, a experimentar con el mayor número de tipos de pimientos que podamos ya que además de tener un mayor surtido para nuestra cocina, los más pequeños de la casa disfrutarán con la diversidad de formas y colores que nos pueden proporcionar estas plantas.
Por otra parte, hay tipos de pimientos que vemos en fotografías o programas de cocina que no encontramos en nuestros supermercados. Pues es hora de disfrutar de ellos cultivándolos en nuestro huerto urbano y compartirlos con nuestra familia y amigos.
Tipos de pimiento
En sí, el pimiento es fruto hueco que puede variar en tamaño y color en función de la especie, variedad y momento de madurez. La planta es de porte herbáceo, pertenece a la familia de las Solanáceas (al igual que el tomate y la berenjena) y al género Capsicum sp. Su origen se sitúa en México, Bolivia y Perú.
La mayoría de variedades que podemos cultivar en nuestro huerto urbano son de la especie Capsicum annuum, aunque algunas más de gran interés.
Para referirnos a los diferentes tipos de pimientos que hay en el mercado, podemos clasificarlos de varias maneras, como por ejemplo por su tamaño y sabor dulce o picante. Recordemos que también se pueden englobar en el grupo de pimientos los famosos chiles, jalapeños, etc. que se cultivan sobre todo en América.
Para ser más prácticos, los podemos clasificar por el nombre más conocido y que podemos encontrar con mayor facilidad en el mercado.
El popular pimiento morrón de carne gruesa y firme, carnosa de sabor suave y el fruto es de gran tamaño. Lo podemos recolectar de color verde o dejarlo madurar un poco más hasta que adquiera un rojo brillante. Se puede consumir en crudo, asado o como ingrediente de guisos y estofados. El pimiento tipo Lamuyo en muy similar pero de aspecto más alargado.
Pimientos tipo California o cuadrados, con forma muy prismática como su nombre indica. Su carne también es gruesa y si bien todos son de color verde al principio, pueden virar al rojo, amarillo o naranja según la variedad conforme maduran. Son los que vemos en las tiendas en bolsadas con tres pimientos… cada uno de un color.
El pimiento dulce italiano con su peculiar forma alargada y puntiaguda. Su carne es mucho más fina y la piel de color verde brillante, también vira a rojo conforme va madurando. Su principal uso es asado o frito para guarnición.
El pimiento del piquillo que está más indicado para hacer conservas o consumirlos rellenos. Se recolecta totalmente rojo, es carnoso, compacto, consistente y de textura turgente. Según la variedad puede ser dulce o ligeramente picante.
El pimiento tipo Ñora, de aspecto casi esférico, color rojo, carnoso y duro. Su sabor es algo picantes y se conservan muy bien secos, con los que posteriormente podemos elaborar el pimentón para realizar salsas.
El pimiento de Gernika es un clásico en el País Vasco. De fruto pequeño, color verde, estrecho y alargado. Pica ligeramente y se consume sobre todo frito.
El conocido pimiento de Padrón, originario de la ciudad gallega de Padrón y que siempre le acompaña la simpática frase “pimientos de Padrón… unos pican y otros no”. Son de tamaño pequeño, forma alargada y ligeramente cónica. Se consumen asados y aunque como dice la frase, unos pican y otros no, actualmente las variedades suelen casi todas dulces.
Por último tendríamos el grupo de los más picantes como las guindillas, Cayena y chiles. Estos tienen un alto contenido en capsicina (componente químico que estimula el receptor térmico en la piel, especialmente las membranas mucosas) y cuanto mayor sea su nivel más picante será. El grado de picor o pungencia en los pimientos se mide mediante la escala Scoville. Muchas salsas picantes usan la escala Scoville para publicitarse en los centros comerciales.
Cultivo del pimiento en el huerto urbano
Como he avanzado, los pimientos son muy fáciles de cultivar. Si tenemos en cuenta unos sencillos consejos el éxito estará prácticamente asegurado.
La mejor época para su cultivo es durante los meses más cálidos del año, desde principios de abril hasta bien entrado el otoño. Todo dependerá de la zona geográfica donde tengamos nuestro huerto urbano.
Los pimientos soportan muy bien las altas temperaturas y necesitan mucha luz para crecer de forma compacta y emitir muchas flores. Por ello elegiremos para su cultivo las zonas más soleadas de la casa. Los balcones sombríos nos darán problemas, por lo que es recomendable cultivar otras especies como acelgas, espinacas, rabanitos, lechugas, etc.
El recipiente de cultivo puede ser una maceta de unos 20 centímetros con una sola planta o jardineras con plantas separadas unos 30 ó 40 centímetros entre sí.
El sustrato debe de ser poroso, fresco y fértil, que conserve bien la humedad sin llegar al encharcamiento. Los prefabricados del tipo ‘plantación’ o ‘especial para plantas de exterior’ son adecuados y más, si se les añade tierra de jardín más mineralizada entre un 20 ó 30%.
Las posibles especies y variedades a cultivar es una cuestión de gustos. Como avanzaba, es muy recomendable cultivar cuantos más tipos mejor, teniendo en cuenta que tipos como el morrón, Lamuyo, dulce italiano y California son los menos productivos, mientras que los de tipo del piquillo, Ñora, de Gernika o de Padrón lo son mucho más. Y aún más los de Cayena, guindillas o chiles. Se puede afirmar que cuanto más pequeño es el fruto más cantidad de ellos produce.
La cantidad puede ser entre dos a tres plantas por tipo, salvo aquellas más productivas, que con menos,… la producción queda compensada.
Su cultivo lo podemos partir tanto de semilla como de plantel. Ya que la superficie de producción de un huerto urbano suele ser reducida, es una buena opción comprar los planteles directamente ya que nos evitaremos comprar muchos sobre distintos para utilizar muy pocas semillas, comprar sólo las plantas que necesitemos y además adelantaremos el cultivo notablemente.
El riego debe de ser moderado, sin que la planta sufra estrés hídrico, sobre todo durante el momento de floración, cuajado y engorde de fruto. Con ello evitaremos que los frutos se deformen durante su desarrollo.
El pimiento no necesita poda, aunque sí un adecuado tutorado para evitar que el viento y el peso de los fritos rompan sus ramas. Bastará con unas pequeñas cañas clavadas en el perímetro de la maceta o jardinera, ayudado con cuerdas perimetrales sujetadas a dichas cañas.
El abonado debe ser equilibrado, especial para hortalizas de fruto, no muy rico en nitrógeno y sí en potasio, además de tener en su formulación microelementos para que la planta crezca fuerte, con buena floración y sin carencias. La dosis la recomendada por el fabricante.
En canto a plagas, las más frecuentes son la araña roja, la mosca blanca y los pulgones. Siempre utilizar productos ecológicos para su control y asegurarnos así la calidad y sanidad de los frutos que cosechamos y comemos.
Para su recolección, los cortaremos con tijeras para evitar desgarros y roturas de ramas. El momento es variable según nuestros gustos, cuanto más tiernos mejor. Lo ideal es de la planta a la ensalada o al recipiente de cocina, pero si queremos conservarlos mantienen su frescura hasta quince días dentro de una bolsa de plástico perforada y puesta en el frigorífico.
Como vemos, cultivar en nuestro huerto urbano diferentes tipos de pimientos es sencillo. Y comerlos habiéndolos cultivado nosotros todo un placer.