Riego agrícola

Un sistema de riego eficiente puede aumentar la productividad, mejorar la calidad del suelo y contribuir al uso sostenible de los recursos hídricos. Sistemas de riego, los materiales, equipos utilizados, técnicas e información para la implementación y el mantenimiento de estos sistemas, son ejemplos de las temáticas en esta sección.

Sistemas de riego.

Hay diferentes sistemas de riegos entre los que elegir para optimizar los recursos existentes, además de mejorar los rendimientos de los cultivos. Algunos de ellos los exponemos a continuación.

Riego por gravedad o riego a manta.

Este es uno de los métodos más antiguos y consiste en distribuir el agua, ya sea a través de canales o surcos paralelos al cultivo o inundando parcial o totalmente el terreno, como puede ser en este último caso durante el cultivo de arroz.

Riego por aspersión.

El riego por aspersión imita la lluvia natural al distribuir el agua mediante boquillas que la pulverizan sobre el cultivo. Es adecuado para una gran variedad de cultivos y terrenos.

Hay diferentes tipos, entre ellos el denominado pivote central, un sistema automatizado que gira en torno a un punto central, ideal para grandes extensiones. Y de línea que consisten en tuberías con aspersores dispuestos a intervalos regulares ya sean movibles manual o mecánicamente.

Riego por Goteo.

El riego por goteo es uno de los métodos más eficientes en términos de uso del agua. Consiste en liberar agua directamente en la base de cada planta a través de emisores o goteros estratégicamente dispuestos según el cultivo y técnica.

Riego subterráneo.

El riego subterráneo implica la instalación de tuberías con goteros integrados bajo la superficie del suelo, permitiendo la liberación del agua directamente en la zona radicular de las plantas.

Materiales y equipos para el riego.

Entre los materiales y equipos para el riego se encuentran las tuberías, fundamentales en casi todos los sistemas de riego encargadas de la canalización del agua. Los materiales más comunes son el PVC (Policloruro de vinilo) que aporta ligereza, resistencia a la corrosión y facilidad de instalación; el PE (Polietileno), material más flexible y resistente a la intemperie; y el metal, más duradero, pero susceptible a la corrosión y dificultad de manipulación cuando hay que moverlo por la zona de cultivo.

Respecto a las bombas, son esenciales para elevar el agua desde fuentes subterráneas o superficiales hacia el sistema de riego. Los tipos más comunes incluyen a las centrífugas, adecuadas para pozos poco profundos y fuentes de agua superficiales, y las sumergibles que son utilizadas en pozos profundos.

En cuanto a los emisores de riego, son dispositivos que controlan la liberación de agua en el riego por goteo. Pueden ser de caudal fijo, ajustable o autocompensante, y su elección depende del tipo de cultivo y las condiciones del suelo.

Sobre los sistemas de filtración o filtros, son cruciales para evitar la obstrucción de los emisores y garantizar un flujo de agua constante y limpio. Los tipos más comunes incluyen a los filtros de arena, de malla y de disco.

Y un ejemplo más, contemplan los sensores y automatización. Sensores de humedad del suelo, clima, flujo de agua, inyección de fertilizantes, etc. permiten la automatización y optimización del riego y nutrición vegetal. Estos sistemas pueden ser controlados a través de software especializado, reduciendo el uso innecesario de agua y mejorando la eficiencia del sistema.

Con todo ello, la implementación de un sistema de riego requiere una planificación cuidadosa que considere factores como el tipo de cultivo, las condiciones del suelo, la topografía y la disponibilidad de recursos hídricos. También su mantenimiento regular, crucial para la longevidad y eficiencia del sistema.

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