Mientras realizamos la compra por la sección de frutas y hortalizas de un supermercado llama la atención la cantidad de tipos de tomates que podemos ver en sus estanterías. Ante este amplio catálogo nos lleva a preguntarnos ¿Qué tomates puedo cultivar en mi huerto urbano? Y la respuesta es que todos, si bien tenemos que tener en cuenta factores limitantes como son el espacio disponible o nuestras preferencias en cuanto a gustos.
Ante tantos tipos y variedades de tomates, en un principio podemos pensar que estamos ante un problema a la hora de tomar una decisión, pero la verdad es que se nos presenta una gran oportunidad para disfrutar de esta fantástica planta hortícola.
Por una parte, cultivar diferentes tipos de tomate a la vez, nos permite divertirnos con los más pequeños de la casa, motivando su curiosidad y adentrarles en el mundo de los colores, formas y sabores de la forma más sana posible. Mientras, además de superar nuestros propios retos como cultivador, siempre es un tema apasionante el hablar con los amigos de la diversidad y curiosidades que nos permite el tomate.
¿Cuántos tipos de tomate hay?
Con el tiempo han ido apareciendo en el mercado diferentes tipos de tomate. Estos además de variar en su sabor, lo hacen sobre todo en su forma e incluso colores. Este nuevo catálogo de tomates nos permite jugar a elaborar ensaladas o guarniciones de platos diferentes, como ocurre con otras hortícolas como por ejemplo las lechugas.
Hay quien piensa que tanta variación en tipos de tomate es el fruto vinculado de tecnología transgénica y esto no es así. Como consumidores, identificamos como novedad aquello que nos es nuevo, sin pensar que este tipo de tomate en concreto… nuevo para nosotros… es muy normal en una zona de otro continente. Su aparición en el mercado es fruto de una evolución natural del mercado en el que el consumidor demanda variedad entre los productos consumidos.
Así, actualmente podemos ver los tradicionales tomates para ensalada de tamaño mediano a grande, los tomates Kumato de color verde oscuro… casi negros, el tomate pera muy utilizados en la elaboración de conservas, salsas, purés y gazpachos, el tomate en rama de tamaño medio a pequeño, el tomates cherry que son los de menor tamaño y últimamente en una diversidad de colores que van desde el rojo intenso al amarillo, pasando por toda una gama de naranjas,… pero hay muchos más ejemplos como los de tipo Canario, RAF, Muchamiel… en definitiva, tipos de tomate para todos los gusto.
¿Cómo cultivar tomates en mi huerto urbano?
Todas las especies y variedades de tomate se cultivan de forma similar. Variará ligeramente en aspectos como el tutorado, poda, necesidad de espacio… pero las épocas de cultivo, abonado y cuidados fitosanitarios son prácticamente los mismos. Por lo tanto, lo primero que debemos saber son sus necesidades en cuanto a clima ya que este factor será uno de los que menos capacidad de control tengamos.
Si tenemos un huerto urbano de terraza o balcón en plena ciudad, su orientación es muy importante. Debe de ser la más soleada posible si queremos conseguir tomateras compactas y con abundante floración. Zonas muy sombrías descartan este cultivo.
La época de cultivo es durante los meses cálidos del año. Podemos comenzar una vez pasen los riesgos de heladas en primavera y mantenerlo hasta mitad de otoño.
Partiremos de semillas o de plantel. La primera opción nos permite participar en todo el proceso de su cultivo y bastará un sobre por variedad para cubrir nuestras necesidades. Su siembra será cuando las temperaturas comiencen a ser altas para asegurarnos su germinación.
Si optamos por el plantel de tomateras, podemos iniciar su cultivo mucho antes ya que las condiciones climáticas de germinación se han realizado en viveros profesionales. Esta opción puede adelantarnos el cultivo entre mes y medio y dos meses. En cuanto a la cantidad de planteles depende del especio que tengamos, pero es recomendable una o dos plantas por cada tipo de tomate que deseemos cultivar, con el objetivo antes mencionado de obtener diferentes tipos de tomate en una misma temporada.
Su plantación puede realizarse sobre maceta o jardinera. En el caso de macetas, utilizaremos una por planta con una altura mínima de unos 30 centímetros. El cultivar plantas individualizadas nos permite corregir su espacio durante su cultivo.
El sustrato ideal es el de tipo plantas de exterior o de plantación. Si a este le podemos añadir sobre un 20% de tierra arcillosa de campo lo mejorará notablemente.
El abonado se puede iniciar al mes de su plantación, de forma semanal con un fertilizante rico en fósforo y sobre todo potasa para favorecer su floración. Abonos muy nitrogenados nos proporcionará plantas muy grandes pero con muy poca flor y por lo tanto escasos frutos.
La mayoría de tipos de tomatera necesitará de tutorado para que crezcan erguidas y sobre todo más sanas. Podemos utilizar cañas para tal fin y ataremos sus tallos a ellas mediante rafia. Ojo, tengamos cuidado y dejemos holgura en estas ataduras para evitar que al engordar el tallo con el tiempo este se estrangule con la propia rafia. Es muy importante revistar de vez en cuando estos puntos de sujeción.
La poda se limitará a eliminar los tallos secundarios para conseguir que los ramilletes de flor que aparezcan sobre el tallo principal tengan éxito. Hay que tener en cuenta que algunos tipos de tomate, como por ejemplo el de tipo pera o tipo cherry, no necesitan poda y cuantas más ramas tengan más tomates nos darán. En todos los casos, sí iremos eliminando las hojas viejas o dañadas para mantener la planta más aireada y sana.
En cuanto a posibles plagas y enfermedades del tomate, para su cuidado fitosanitario, el mayor riesgo estará en plagas como la mosca blanca (Bemisia tabaci), Trips (Thrips spp.) o la peligrosa Tuta del tomate (Tuta Absoluta). Para su control, por temas de salud y respeto al medio ambiente, es recomendable utilizar métodos ecológicos. Entre ellos está la utilización de plaquitas cromáticas para azules para el control del Trips y amarillas para la mosca blanca que actúan como atrayentes y sobre las que se quedan pegadas a ellas. Para el control de la Tuta del tomate, están las trampas a base de feromonas que atraen y capturan a los insectos adultos en estado de mariposa.
Con tan solo unos mínimos de cuidados, alrededor de las seis u ocho semanas de su plantación ya podremos comenzar con las primeras recolecciones. Hacerlo con los más pequeños nos crea un momento ideal para hablar de mucha cosas e incidir en valores culturales y humanos… y en compañía de nuestras amistades podemos abordar, además de la gastronomía y nuestro saber hacer en el cultivo, temas no tan habituales como por ejemplo la genética en las plantas.