La tecnología de producción agrícola avanza a pasos agigantados, sobre todo durante estas últimas décadas. La sensibilidad de la sociedad por consumir productos más sanos y cultivados con un mayor respeto por el medioambiente hace que las empresas fabricantes de insumos (fertilizantes, fitosanitarios, etc.) trabajen en desarrollar y poner en el mercado ‘nuevas herramientas’ a disposición del agricultor.
Sin duda, los cultivadores profesionales son los primeros en disfrutar de esta tecnología, pero más pronto que tarde los aficionados con huertos urbanos también la encuentren en los lineales de almacenes agrícolas, agricentros y demás puntos de venta especializados.
Una de estas nuevas tecnologías está relacionada con la sanidad vegetal y entra en escena como nuevo concepto que sin duda sorprenderá a mucha gente. Esta tecnología es llamada efecto Priming y para muchos sus efectos parecen cosa de magia, cuando en realidad es pura ciencia.
Grandes hitos en sanidad vegetal
Es normal que no lo recuerde nadie pero durante estas últimas décadas se han producido grandes avances en todos los campos que competen a la producción vegetal. En genética, aunque se siguen guardando los mejores frutos para sembrar sus semillas y ‘asegurarse’ mejores cosechas, actualmente disfrutamos también de variedades híbridas y a nivel industrial también transgénicas e incluso producidas in vitro. En cuanto a la tradicional fertilización NPK vemos como entran en escena nuevas tecnologías de nutrición vegetal como por ejemplo los bioestimulantes agrícolas y el uso de microorganismos en el suelo.
Y respecto al tema que tratamos en este artículo, la evolución de la sanidad vegetal no ha sido una excepción. Vemos como cada año dejan de utilizarse muchas de las materias activas antes permitidas y que hoy se va sabiendo que han sido y son una amenaza para la salud pública y medioambiental. En su sustitución entran nuevos conceptos de control sanitario como por ejemplo la fauna auxiliar: lucha biológica. Y desde este año contamos con productos desarrollados en el marco del ‘efecto Priming’, un concepto que sin duda marcará un antes y un después en el control sanitario de los cultivos.
Qué es el efecto Priming
El efecto Priming define el mecanismo activador del sistema inmunológico de las plantas que sin generarles estrés, las acondiciona para reducir distintos estreses bióticos. La palabra biótico define a los organismos vivos que influencian la forma de un ecosistema.
Para entender esto debemos partir sabiendo que las plantas son seres vivos que tienen la capacidad de sentir y comunicarse tanto entre ellas como incluso con la fauna entre las que se incluyen las personas ¿por qué no? Sí, sabemos que para muchos les puede sorprender e incluso no estar de acuerdo, pero quien no lo esté… se equivoca.
Las plantas han ido desarrollado a lo largo de su evolución un sistema defensivo complejo para superar una gran cantidad de estreses. Estos sistemas permanecen latentes en ellas y se activan cuando les afectan determinados agentes. También es cierto que sus respuestas en grado e intensidad son específicas según el agente atacante y la especie de la planta en cuestión.
Sistemas inmunológicos de las plantas
El sistema inmunológico de las plantas contempla respuestas a diferentes tipos de estreses bióticos, por ejemplo según sean para un grupo de insectos chupadores, ácaros u hongos.
Así se denominan tipos como la antixenosis (Gr. anti = en contra; xenos = extraño: resistencia desarrollada por reducción en la preferencia del herbívoro) o repelencia, la antibiosis que es cuando una especie produce una sustancia nociva para otra especie que compite con su desarrollo, crecimiento o ciclo biológico natural, o la tolerancia. Pero también es sabido científicamente que las plantas son capaces de comunicarse con determinados insectos depredadores mediante la emisión de sustancias volátiles de forma que estos localicen a sus presas que en esos momentos actúan como plaga en dicha planta.
En el caso de los hongos necrótrofos una de las formas inmunológicas de las plantas es actuando en el reforzamiento de sus paredes celulares, dificultando la penetración de las hifas fúngicas (cuerpo del hongo parásito) y por lo tanto su infección.
En este contexto, el uso de productos formulados con efecto Priming o resistencia inducida se va a convertir en una técnica realista para la agricultura moderna. Al estimular su sistema inmunológico, las plantas quedan “acondicionadas” para responder de una manera más rápida y eficiente a distintos factores de estrés.
Productos con efecto Priming en el mercado
Fabricado por la firma fabricante de agronutrientes ARTAL y desarrollados en colaboración junto con la universidad Jaume I de Castellón (España) – Grupo de Integración Metabólica y Señalización Celular – Área de Fisiología Vegetal, ya se encuentran en el mercado productos comerciales con efecto Priming.
La marca comercial se llama Primtal “Stress-free technology” y de momento hay tres productos comerciales. Esta gama se compone de tres soluciones nutricionales compatibles con la fauna útil para el control de insectos chupadores, como la mosca blanca (Primtal WF), de diversos ácaros como la araña roja (Primtal RS) y compatible con los microorganismos para el control de diferentes hongos necrótrofos como la Botrytis (Primtal GF).
Estos productos Primtal contienen metabolitos específicos que forman parte del metabolismo secundario que intervienen en el sistema inmune de las plantas.
Todos ellos, con su efecto Priming actúan estimulando y acondicionando el sistema inmunológico de la planta; activando una reacción más rápida, intensa y eficaz ante los diversos estreses expuestos; trabajando de forma horizontal, activando distintas vías de defensa al mismo tiempo; dificultando la aparición de resistencias; siendo compatibles con la lucha biológica; y no generando coste energético para la planta, por lo que la respuesta inmunológica de esta es más rápida y eficaz.