Se puede afirmar que de los diferentes tipos de producción agrícolas, la producción integrada agrícola es una de las más importantes por su enfoque desde un punto de vista realista.
La agricultura integrada es un enfoque agrícola que busca combinar y adaptar diferentes prácticas para lograr una producción sostenible y eficiente. Se basa en la comprensión de que los sistemas agrícolas son complejos y están interconectados, y que es necesario considerar diversos aspectos para lograr un equilibrio entre la protección de los cultivos, la conservación del medio ambiente y la producción de alimentos saludables.
La producción integrada agrícola maximiza la sostenibilidad y la eficiencia.
A nivel de legislación, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) concreta que la Producción Integrada de productos agrícolas está regulada por el Real Decreto 1201/2002, de 20 de noviembre (BOE núm. 287 de sábado 30 noviembre 2002), que tiene por objeto:
- El establecimiento de las normas de producción y requisitos generales que deben cumplir los operadores que se acojan a los sistemas de producción integrada. En ellas se establecen, dentro de cada fase del ciclo productivo, las prácticas consideradas obligatorias y aquellas que se prohíben expresamente.
- La regulación del uso de la identificación de garantía que diferencie estos productos ante el consumidor.
- El reconocimiento de las Agrupaciones de Producción Integrada en Agricultura, para el fomento de dicha producción.
- La creación de la Comisión Nacional de Producción Integrada encargada del asesoramiento y coordinación en materia de producción integrada.
En sí, la Producción integrada agrícola, busca maximizar la eficiencia de producción, al tiempo que minimiza los impactos negativos en el medioambiente.
Conservación del medioambiente y la producción sostenible.
En esta modalidad de agricultura, se utilizan una variedad de técnicas y métodos, como el manejo integrado de plagas, el manejo integrado de nutrientes y la diversificación de cultivos. El objetivo principal es lograr un equilibrio entre la protección de los cultivos, la conservación del medioambiente y la producción sostenible.
En este contexto, es muy importante actuar de forma específica y responsable en cada una de las técnicas culturales de cultivo empleadas.
El manejo integrado de plagas.
El manejo integrado de plagas es un componente clave de la agricultura integrada. En lugar de depender exclusivamente de insecticidas químicos, se utilizan una combinación de métodos biológicos, culturales y químicos en un enfoque holístico.
Esto implica monitorear las plagas, utilizar insectos benéficos para el control de plagas, promover la biodiversidad y aplicar productos químicos solo cuando sea necesario y de manera selectiva. El biocontrol en agricultura juega un papel muy importante en la producción integrada, reduce los riesgos de resistencia a los pesticidas, se promueve la biodiversidad y se minimizan los impactos negativos en el medioambiente.
La optimización de la fertilización de los cultivos.
Otro aspecto importante de la agricultura integrada es el manejo integrado de nutrientes. Este se enfoca en la optimización de la fertilización de los cultivos, utilizando tanto fuentes orgánicas como sintéticas.
Se busca una gestión precisa y equilibrada de los nutrientes, evitando la aplicación excesiva y minimizando la pérdida de nutrientes hacia el medioambiente. Esto implica realizar análisis de suelo y ajustar las dosis de fertilizantes según las necesidades específicas de los cultivos. Es fundamental evitar los excesos, que en gran medida, por la lixiviación, contaminan las capas acuíferas.
La utilización de bioestimulantes agrícolas y microorganismos, es fundamental para mantener la vida del suelo y disminuir al mínimo la aplicación de fertilizantes químicos.
La diversificación de cultivos.
La diversificación de cultivos también es uno de los pilares fundamentales en la producción integrada agrícola.
En lugar de depender de un solo cultivo, se promueve la rotación de cultivos y la siembra de variedades diferentes. Esto ayuda a reducir la propagación de enfermedades y plagas, mejora la salud del suelo y aumenta la resiliencia del sistema agrícola.
La diversificación de cultivos también puede proporcionar beneficios adicionales, como la mejora de la biodiversidad y la conservación de los recursos genéticos de las plantas.
Como podemos entender, la producción integrada agrícola se basa en la idea de que no existe una solución única para todos los desafíos agrícolas. Al combinar diferentes prácticas y adaptarlas a las condiciones específicas de cada explotación agrícola, se puede lograr una producción sostenible y eficiente.
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