Antes de iniciar el cultivo del girasol es recomendable saber qué plagas se pueden dar durante el mismo. También es importante saber que en la mayoría de casos prácticamente no va aparecer ninguna de ellas o a lo sumo algunas pocas y no con mucha virulencia, pero el saber todos los casos que se nos pueden plantear puede ayudarnos a mantener el cultivo más sano.
¿Por qué decimos que hay tantas plagas y a la vez que puede que no se presente ninguna? La razón es que en un huerto urbano este cultivo es puntual y no extensivo, como sí ocurre en los cultivos profesionales en los que prácticamente se trata como monocultivo y a su vez se realizan cultivos extensivos repetidos cada pocos años. Es entonces cuando las plagas suelen infectar el terreno y quedar poblaciones de estas año tras año. Otro factor es que un cultivo en concreto va asociado a otros cultivos colindantes, por lo que el riesgo de invasión de unos campos mal cuidados a otros que sí lo están es alto.
En el contexto de las plagas del girasol debemos tener en cuenta que algunas de ellas atacan durante el momento de siembra y nascencia. En este caso la sanidad del suelo es muy importante por lo que los tratamientos fitosanitarios deben de ser aplicados sobre la semilla o líneas de siembra. Otras plagas aparecen sobre el follaje e incluso sobre las inflorescencias, en estos casos el tratamiento del insecticida o acaricida se realizará cuando se detecte la presencia de la determinada plaga. En este último caso, utilizaremos en la medida de lo posible productos ecológicos o autorizados con fechas de seguridad muy cortas. Es más, si detectamos una plaga en un momento cercano a la recolección, la mejor opción es dejarla estar y evitar aportar productos químicos a la planta que pongan en riesgo la calidad alimentaria de las semillas de girasol.
Plagas del Helianthus annuus
Como hemos avanzado, repasamos brevemente las posibles plagas del Helianthus annuus o girasol que se pueden presentar durante su cultivo. Las más propensas son:
» Agrotis segetum, Agrotis exclamationis y Agrotis ypsilon. Popularmente se les conoce como gusanos grises y en su estado larvario, los que producen los daños por comedura de la planta, orugas de alrededor de un centímetro y medio con el cuerpo verdoso y cabeza negra.
Tras eclosionar sus larvas pueden atacar a partir de la nascencia tras la siembra, incluso llegan a cortar totalmente el tallo de la planta. Si tenemos en cuenta sus sucesivos ciclos, debemos saber que esta plaga puede atacar al girasol desde su fase de germinación hasta que adquiere unos 40 centímetros de altura. Por ello, si sabemos que es posible su ataque, realicemos tratamientos para su control con insecticidas aplicados sobre todo el terreno, sobre la línea de siembra o alrededor del golpe de siembra.
» Agriotes lineatus, también llamado gusano de alambre, su larva es muy peculiar ya que es de aspecto rígido, con una longitud en estado adulta de un centímetro y medio, con forma alargada y de color amarillo-anaranjado. Las hembras depositan sus huevos sobre la base de las plantas y estos eclosionan a los pocos días, destruyendo la semilla enterrada antes de que germine. Es curioso ver como sólo se comen el contenido de la semilla dejando la cáscara.
» Melolontha o gusano blanco. El estado adulto los vemos como un escarabajo provisto de antenas que suelen aparecer durante el mes de mayo. Pero el verdadero daño lo ocasionan en estado larvario. Estas larvas tienen una longitud comprendida entre un centímetro y centímetro y medio, manteniendo una posición encorvada muy característica.
Estas orugas son de color blanco con la cabeza negra y viven enterradas, alimentándose básicamente de las raíces. Ataca desde la germinación de las semillas hasta unas tres o cuatro semanas posteriores.
» Insectos de la familia Tenebrionidae, los llamados falsos gusanos de alambre. Son muy parecidos a estos y sus larvas destruyen los cotiledones de las plantas de girasol y con ello producen la muerte de la planta.
» Tanymecus dilaticollis o gorgojo de las hojas, una especie de escarabajo de color marrón de unos 7 milímetros de longitud muy polífago y termófilo que aparece durante la primavera.
Este insecto es muy complicado de detectar ya que se oculta en las grietas y recovecos del suelo cercanos a las plantas, desde donde salen para alimentarse de ellas. Son muy voraces y se comen las hojas desde el borde hacia el interior… y por supuesto en las fases iniciales del cultivo las pequeñas raíces y los cotiledones de las semillas nada más germinar.
» Homoeosoma nebulella, llamada la polilla del girasol, una oruga de aproximadamente un centímetro de color gris con tres rayas moradas en el dorso y la cabeza de color amarillento. Ataca en las fases avanzadas del cultivo, sobre todo cuando el capítulo floral está desarrollado alimentándose de su polen, las flores y las semillas de girasol.
Este insecto, en estado adulto es una mariposa con las alas amarillo-grisáceas. En la época de floración realiza su puesta de huevos sobre las inflorescencias del girasol.
» Heliothis, una larva que se alimenta de las hojas e incluso de sus flores y semillas tiernas. Se identifica su oruga por su color amarillento, verdoso o negruzco y su cabeza de color pardo, presentando como una de sus características una serie de estrías longitudinales alrededor de su cuerpo.
Por supuesto también hay otras plagas como pulgones, ácaros, mosca blanca e incluso saltamontes, pero como hemos avanzado no son tan dañinas y a su vez más fáciles de localizar y controlar.
Así, los insectos de la tierra como gusanos de alambre, blancos y grises pueden ocasionar pérdidas significativas. En cambio con respecto a algunas larvas de mariposa, insectos chupadores, mosca blanca y áfidos, son plagas que suelen aparecer de forma más aislada.