En una ocasión escribimos un artículo sobre las mesas de cultivo para el huerto en casa. La verdad es que hace poco tiempo, pero basta con visitar las ferias relacionadas con la bricojardinería para ver cómo se amplía notablemente la oferta de este producto y a su vez su evolución tanto en sus formas como en los materiales empleados.
Las podemos encontrar en acabados de madera, resina, aluminio, acero, plástico… regulables en altura, profundidad, anchura… en una sola pieza, en kit… para ubicarse sobre el suelo directamente o sobre patas… y sobre las que se puede cultivar de forma tradicional e incluso en la modalidad de cultivo hidropónico, también conocido como cultivo sin suelo.
Las primeras mesas de cultivo para el huerto urbano que se fabricaron y comercializaron en España se sitúan en la década de los 80 y por la documentación analizada se fabricaban en la zona de El Maresme en Barcelona. Eran visionarios de su implantación pero el mercado no se encontraba lo suficientemente ‘maduro’ para su aceptación a gran escala.
Tras esa incipiente oferta, pasó prácticamente toda la década de los 90 sin apenas cambios en este sentido y fue, a partir de finales de esta misma, cuando comenzó a acaparar el interés esperado por parte de la sociedad.
Al margen de qué factores han intervenido en el auge del mercado de las mesas de cultivo para el huerto urbano, la realidad es que desde el 2010 no han parado de salir novedades al mercado.
Hay quien introduce el factor de la crisis en su aceptación, ya que les permite cultivar su propia hortaliza en casa. De entrada, aunque pueda tener una cierta connotación, la verdad es que los datos analizados no le dan la razón. Los factores que más influyen en su implementación en el hogar son sociológicos, ligados a la educación de los pequeños, entretenimiento de los más mayores e incluso el placer de consumir un producto recolectado por uno mismo.
Tipos de mesas de cultivo para el huerto urbano
Volviendo a las nuevas mesas de cultivo para el huerto urbano, además de sus colores, formas y materiales, las técnicas de cultivo se siguen basando, como no puede ser de otra manera, en dos grandes conceptos y por lo tanto métodos de uso.
El más normal y estandarizado es el cultivo tradicional. Las mesas contienen un volumen determinado de tierra sobre el que se desarrollan los cultivos. Su profundidad delimitarán qué grupos de especies hortícolas podremos cultivar en él: las profundas permitirán prácticamente todos los tipos mientras que las más delgadas sólo se cultivarán con éxito aquellas plantas de raíz muy superficial.
El sustrato más indicado de cultivo ya lo podemos encontrar con total facilidad en los puntos de venta. Los denominan sustratos de plantación e incluso sustrato especial para mesas de cultivo.
Si queremos fabricarlo directamente, utilizaremos un 30% de turba rubia, un 15% de turba negra, un 10% de arcilla, un 30% de tierra de campo y un 15% de perlita para facilitar su aireación. Además podemos incorporar la primera vez un abonado de fondo para enriquecerlo a la dosis de 1 kilo por metro cúbico de sustrato. La fertilización posterior se le aportará mediante abonados puntuales según el cultivo y época del año.
El otro tipo de mesas de cultivo y últimas en aparecer en el mercado, son las de cultivo hidropónico, orientados a un nicho de consumidores muy concretos, con cierto dominio de la fertirrigación y técnicas avanzadas de cultivo. Es cierto que el sistema se comercializa con una puesta a punto muy desarrollada técnicamente, que permite gestionar los cultivos de forma muy sencilla, pero debemos ser conscientes de que se necesita el ‘compromiso de atrevimiento’ por parte del consumidor.
Estas se comercializan en la modalidad de kit y van equipadas con una bomba de agua para recircular el agua, un depósito que almacena la solución nutritiva y todo el circuito necesario para su buen funcionamiento. Todo basado en un funcionamiento en el que la electricidad es necesaria para mover el sistema.
Mesas de cultivo para el huerto urbano mixtas
Por lo general, las mesas de cultivo suelen ser en una sola pieza y con forma más o menos rectangular.
Últimamente van apareciendo modelos que incorporan en uno, en dos o en todos sus lados, una especie de jardineras integradas que permiten cultivar las especies colgantes o las plantas aromáticas y culinarias que el usuario utiliza con más frecuencia.
Otra modalidad es la formada por varias mesas a la vez a modo de módulos y que se sitúan o combinan a diferentes alturas. Con ello se permite distribuir los cultivos en función de sus alturas naturales y gestionar mejor los volúmenes hortícolas.
Como podemos ver, las nuevas mesas de cultivo para el huerto urbano no son más que el resultado de un potencial mercado al que se le trata de dar respuestas imaginativas y funcionales.