El Melocotón de Calanda con Denominación de Origen Protegida (DOP), pertenece a la especie Prunuspersica Sieb. Y Zucc, de la variedad autóctona “Amarillo tardío” y una selección de sus clones llamados Jesca, Evaisa y Calante.
Su cultivo centenario ya figuraba descrita en documentos medievales bajo las formas de présec o priscos. También la nombra el botánico José Pardo Sastrón en el año 1895, haciendo referencia a su producción.
Se cultiva en el área de la comarca del Bajo Aragón, entre las provincias de Teruel y Zaragoza, situada en los valles fluviales de los ríos Martín, Guadalope y Matarraña, afluentes del río Ebro. Es una zona árida, azotada por el “cierzo”, con pocas precipitaciones y temperaturas extremas.
Su producción se realiza en 45 municipios: Aguaviva, Albalate, Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Alloza, Andorra, Arens de Lledó, Ariño, Berge, Calanda del Calaceite, Caspe, Castelserás, Castelnou, Castellote, Chiprana, Cretas, Escatrón, Fabara, Fayón, Foz-Calanda, Fuentespalda, Híjar, Jatiel, La Fresneda, La Ginebrosa, La Puebla de Híjar, Lledó, Maella, Más de las Matas, Mazaleón, Mequinenza, Molinos, Nonaspe, Oliete, Parras de Castellote, Samper de Calanda, Sástago, Seno, Torre de Compte, Urrea de Gaén, Valderrobres, Valdeltormo, Valjunquera.
Sólo pertenecen a la Denominación de Origen Protegida (DOP), las categorías extra y primera. El color de los melocotones de Calanda tiene una gama cromática muy amplia, estando más presente el amarillo pajizo y el amarillo crema con algunos puntos o estrías de color rojo.
Su peculiar técnica de cultivo llamada aclareo, comienza en el mes de mayo, consiste en dejar una distancia aproximada de 20 cm, entre fruto y fruto quitando previamente el 70% de los frutos existentes en el árbol. Con esta técnica se consiguen piezas más voluminosas y carnosas, con un diámetro de 73 mm. como mínimo.
Entre los meses de junio hasta finales de agosto, que son los últimos dos meses de crecimiento del fruto, se embolsan uno a uno en el propio árbol, para que no entre en contacto con agentes externos, ni ningún producto fitosanitario.
Las bolsas son de papel parafinado, translúcido y transpirable. Tiene unos pequeños orificios en la parte inferior, para que el melocotón respire durante el proceso de maduración, así como que el agua de lluvia pueda penetrar.
En su recolección deben de pasar unos parámetros mínimos tanto de contenido en azúcares como de dureza. Es en ese momento cuando se les retira la bolsa. Todas sus fases tanto la de producción, acondicionamiento y envasado se realizan en la misma zona de producción de la zona geográfica definida.
El fruto de este melocotonero se caracteriza por ser de maduración tardía. Su cultivo totalmente artesanal y su aroma, dulzor y excelente sabor lo hacen único.
El Melocotón de Calanda es rico en minerales como el potasio, fósforo, calcio, hierro, azufre, magnesio, cobre y manganeso. También contiene vitamina A, C, E, B1, B2 y B6. Tiene un alto contenido en fibra.
Su aporte calórico es muy bajo, ya que su contenido en agua es aproximadamente del 87%. Tiene propiedades diuréticas y una gran cantidad de betacaroteno, por lo que es un aliado en la lucha contra el cáncer para nuestro organismo.
Aunque se suele comer como fruta fresca o en almíbar, también se pueden elaborar riquísimas mermeladas, cremas, tartas, helados, ensaladas y hasta buñuelos.
El Melocotón de Calanda con Denominación de Origen Protegida (DOP) lleva en todos los envases el sello del Consejo Regulador, así como una etiqueta negra numerada. Estos distintivos garantizan al consumidor la calidad y autenticidad del fruto.
Es muy importante tener en cuenta este etiquetado cuando se quiera consumir los auténticos Melocotones de Calanda. Así como desconfiar de aquellos que estén a la venta fuera de las fechas de su comercialización, que va desde mediados de septiembre hasta finales del mes de octubre, dependiendo de los factores climatológicos.