Para un óptimo desarrollo de los cultivos agrícolas se requiere en numerosas ocasiones de aplicaciones de productos fitosanitarios, especialmente para mitigar potenciales pérdidas de producción ya sea originadas por la presencia de malas hierbas, plagas o enfermedades. En este contexto, la eficacia y eficiencia de estos tratamientos fitosanitarios depende de diversos factores, como la elección del momento adecuado para realizar la aplicación, la materia activa empleada, su correcta dosificación y sobre todo, uno de los factores más importantes: la distribución homogénea del producto sobre la superficie a tratar.
En un huerto urbano y jardín, uno de los equipos más utilizados son los pulverizadores de mano y de mochila, cada uno de ellos elegido en función del volumen a trabajar. Son herramientas muy precisas por lo que su mantenimiento redundará en eficiencia y seguridad. Debemos saber que un equipo en mal estado no realizará nunca un reparto homogéneo de producto sobre la superficie de la planta o el suelo y por lo tanto será imposible aplicar una correcta dosificación.
Así, para obtener una eficacia de los tratamientos fitosanitarios, necesitaremos realizar un mantenimiento periódico de nuestros equipos de pulverización. Destacar que en este contexto, empresas fabricantes de pulverizadores como Matabi, hacen sus recomendaciones sobre el uso y normas para su mantenimiento en su web.
Existe una normativa europea sobre pulverizadores de mano y de mochila
Por otra parte, es importante saber que en el ámbito normativo europeo, se reconoce la importancia que tiene el buen mantenimiento de los equipos de aplicación de fitosanitarios, en especial de cara a la reducción de los impactos adversos que los tratamientos generan sobre el medio ambiente y la salud humana.
A nivel profesional, se implantó un sistema de inspecciones periódicas y obligatorias de los equipos de aplicación de fitosanitarios, con el fin de garantizar que su estado de conservación permita realizar tratamientos eficaces y seguros.
También existe una Norma de ámbito europeo, llamada UNE 68-082-89 y titulada “Guía para la preparación, utilización, mantenimiento y seguridad de los pulverizadores agrícolas”.
¿Cómo cuidar tus pulverizadores de mano y de mochila?
Para sacar el máximo partido y disfrutar de nuestros pulverizadores de mano y de mochila durante el mayor tiempo posible, es importante seguir algunos consejos de uso, mantenimiento y normas de seguridad.
El mantenimiento de los equipos de aplicación de fitosanitarios tiene varios objetivos generales: Aumentar la vida útil del pulverizador, asegurar el buen funcionamiento del equipo durante toda su vida útil, así como evitar fitotoxicidades en los cultivos debido a la presencia, en la máquina, de restos de otros productos fitosanitarios aplicados con anterioridad.
El buen mantenimiento del pulverizador es esencial para que éste pueda tener una larga vida. Es primordial despresurizarlo, vaciarlo y limpiarlo con agua después de cada uso. Si vemos que la boquilla se ha obstruido, simplemente la deberemos de limpiar con agua, sin utilizar ningún objeto metálico. En caso de taponamiento, haremos lo mismo con el filtro de la maneta.
Es recomendable aplicar un poco de aceite o grasa en las juntas y partes en movimiento para que ayude a su óptimo funcionamiento.
En caso de que la manilla esté agarrotada o el filtro sucio, deberemos soltar la empuñadura, extraer el filtro tirando hacia fuera, limpiarlo, engrasar las juntas y volver a montar. Siempre con la fuerza justa, sin excesos que puedan poner en riesgo la integridad de las piezas.
Los equipos de pulverización se suelen utilizar de forma espaciada en el tiempo. Una vez utilizados y limpios, para su conservación es importante almacenarlos al abrigo para evitar heladas y calor. Procuraremos mantenerlos entre los 5 y 30 ºC.
Tratamientos con pulverizadores de mano y de mochila eficientes
Además de su mantenimiento, para realizar las aplicaciones con nuestro pulverizador de mano o mochila y que estos sean eficaces, eficientes y no malgastemos ni el producto ni lo invertido, deberemos de respetar siempre las prescripciones y las dosis que recomiende el fabricante del producto que estemos utilizando.
Y recordemos que para aplicaciones sobre especies cuyas hojas sean cerosas como por ejemplo los diferentes tipos de coles e incluso pimientos, es incorporar un mojante en el caldo a aplicar. Este ayudará a que la disolución del caldo de tratamiento quede bien adherido y de forma homogénea sobre toda la superficie foliar de la planta.
Normas de seguridad mientras tratamos los pulverizadores de mano o mochila
La seguridad ante todo, ya que en ocasiones trabajamos con productos tóxicos y venenosos. Por ello debemos insistir en que es muy importante tener siempre en cuenta las normas de seguridad, tales como:
- No comer, beber o fumar durante la manipulación de los tratamientos.
- No pulverizar fitosanitarios sobre personas, animales (excepto modelos específicos – Teat Sprayer) ni instalaciones eléctricas.
- No aplicar los tratamientos con fuerte viento o calor.
- No verter los residuos cerca de cursos de agua o pozos que vayan a ser para el consumo humano o animal.
Y por último, utilizaremos siempre un equipo de protección adecuado, máscara, gafas, guantes, etc. para evitar el contacto con la piel, boca y ojos. En caso de intoxicación, consultar inmediatamente con el médico; si tenemos la caja o envase del producto será de gran ayuda llevarlo a la consulta.