En la definición de legumbres se encuentran un importante grupo de especies cuyas semillas secas comestibles, que se encuentran en vainas, son estratégicos para la alimentación humana y ganadera.
Entre las especies más destacadas por su excelente fuente de proteína vegetal, fibra, vitaminas y minerales esenciales, se encuentran las habas, las judías o frijoles, los altramuces, los garbanzos, las lentejas y los guisantes.
Estas son tan importantes, que poseen su efeméride propia como Día Mundial de las Legumbres, instaurado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 2019 y que viene celebrándose cada día 10 de febrero, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de incluir este alimento en nuestra dieta y promover su consumo a nivel mundial.
Beneficios del cultivo de legumbres para la tierra de cultivo.
Son plantas también estratégicas en la gestión del suelo porque el cultivo de legumbres ofrece muchos beneficios para la tierra de cultivo. Entre ellos, la mejora de la fertilidad del suelo, la reducción de la erosión y la disminución del uso de fertilizantes químicos.
La mejora de la fertilidad del suelo.
Ahondando en estos beneficios, las legumbres en cultivo tienen la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico en el suelo gracias a la simbiosis con determinadas bacterias presentes en sus raíces. Entre ellas se encuentran las de los géneros Azotobacter, Rhizobium y Azospirillum.
Esto significa que las legumbres pueden mejorar la fertilidad del suelo y reducir la necesidad de fertilizantes químicos, especialmente los nitrogenados.
Reducen la erosión del suelo.
Gracias a que las legumbres desarrollan un sistema radicular profundo, estas ayudan a fijar el suelo y reducir la erosión. Esto, evidentemente, es especialmente importante en áreas con suelos pobres y con riesgo de erosión.
Disminuye el uso de fertilizantes químicos.
Como hemos avanzado, las legumbres tienen la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico en el suelo, lo que significa que pueden reducir la necesidad de estos fertilizantes químicos.
Este hecho tiene un impacto positivo en el medio ambiente, porque la producción y el uso de fertilizantes químicos se está demostrando que posee efectos negativos en la calidad del suelo y el agua, especialmente cuando además se trata de contaminación de acuíferos.
Más efectos positivos del cultivo de legumbres para la tierra de cultivo.
Además de los beneficios mencionados anteriormente, el cultivo de legumbres también puede tener otros efectos positivos en la tierra de cultivo. En este contexto, es recomendable introducirlas en la rotación de cultivos.
En rotación de cultivos, gracias a su capacidad de fijar nitrógeno en el suelo y mejorar la fertilidad del mismo, ayudan a aumentar la disponibilidad de nitrógeno como fertilizante de forma natural para los siguientes cultivos no leguminosos.
Ayuda al aumento de la biodiversidad.
El cultivo de legumbres, como muchas otras especies vegetales, contribuyen al aumento de la biodiversidad en el campo, ya que atraen a una gran variedad de insectos y otros animales beneficiosos.
Si, además, no se aplican tratamientos fitosanitarios o se gestionan de forma inteligente y respetuosa con el medioambiente, esto puede ayudar a controlar las plagas de forma natural y a mejorar la salud del ecosistema en general.
Plantas que contribuyen a la reducción de la huella de carbono.
El cultivo de estas plantas leguminosas, puede tener un impacto positivo en la reducción de la huella de carbono. Entre los motivos están que las legumbres tienen una menor demanda de agua y emiten menos gases de efecto invernadero en comparación con otros cultivos.
En definitiva, el cultivo de legumbres no solo es beneficioso para la nutrición y la salud, sino que también puede tener un impacto positivo en la tierra de cultivo. Derivado de todo ello, es importante seguir fomentando el cultivo de legumbres y promover una agricultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
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