Entre los grandes enemigos de las plantas en cultivo están las orugas. Su apetito suele ser insaciable y si además se le suma una gran colonia de ellas, el resultado es catastrófico para la planta.
En este artículo vamos a tratar una de las plagas más populares que se pueden presentar en semilleros y cultivo de hortícolas: La plusia.
Autographa gamma y Chrysodeixis chalcites
Con el nombre de plusia se conocen a nivel hortícola dos plúsidos que tienen como nombre científico Autographa gamma y Chrysodeixis chalcites, ambos pertenecientes a la familia Noctuidae. Se trata de un lepidóptero y por lo tanto su fase juvenil se le conoce como oruga y el adulto como mariposa.
Estas dos especies de plusia son polífagas ya que se alimentan de muchos tipos de plantas y a su vez migratorias, lo que dificulta notablemente el establecer un calendario en cuanto a las épocas en las que atacan a los cultivos, si bien en España se presenta sobre el verano.
La mariposa de plusia tiene una envergadura alar de 4 a 4,5 centímetros. El color de sus alas posteriores es de color marrón claro oscurecidas por su contorno, mientras que las anteriores son anaranjadas tendiendo a rojizas o parduscas, oscurecidas en ciertas zonas. Una de sus curiosidades hace referencia precisamente a su nombre científico «gamma». Se trata de una pequeña línea curvada en ángulo recto muy característica sobre la mitad de la parte negruzca que en su conjunto aparenta la letra griega «gamma». Su cuerpo es de color marrón pálido y piloso. Sus antenas son largas y delgadas. La plusia es una mariposa migradora que puede llegar a volar distancias superiores a los 2.500 kilómetros.
Estas mariposas aparecen sobre principio de verano. Para su reproducción las hembras realizan las puestas de forma individual o en grupos de huevos colocados sobre la planta, normalmente sobre el envés de las hojas. El huevo de la plusia posee forma de cúpula y es de color blanco amarillento, difuminado por un azul grisáceo en el centro a la vez de poseer surcos superficiales e irregulares verticalmente.
Sus orugas tienen una cabeza pequeña de color verde gris a verde parduzco. Su cuerpo es de color verde con una línea lateral pálida, con tres pares de falsas patas y en su dorso se alternan líneas pálidas y oscuras. Durante su desplazamiento muestran un característico replegamiento de su cuerpo. Todo su estado de oruga se desarrolla entre la vegetación camuflada entre las hojas a las cuales devoran con rapidez, atacando un gran número de plantas como por ejemplo las de tomate, pimiento, melón, judía, remolacha, patata, cereales, alfalfa, incluso las de la vid.
Sus orugas son de comportamiento nocturno y se alimentan de hojas hasta completar su ciclo, pupando sobre la misma planta en el interior de un capullo de seda. En su interior se inicia la fase de crisálida, que al principio es de color verde, volviéndose marrón con el paso de los días. El siguiente paso es la aparición de los adultos y con ellos una nueva generación.
Las plusias invernan en zonas cálidas del sur de Europa y se dirigen en primavera hacia el norte. Durante su migración ponen sus huevos en forma agrupada sobre el envés de las hojas sobre aquellas plantas que encuentran de forma espontánea. Sus ataques más fuertes son a finales del verano, por número ya que durante su ciclo anual puede llegar a tener hasta tres generaciones. Cada hembra llega a poner hasta 2.000 huevos sobre el envés de las hojas de su planta hospedadora.
Daños de la plusia
Como hemos avanzado, los daños de la plusia se centran en la destrucción de la masa foliar de los cultivos hortícolas. En sus primeros ataques, cuando la oruga es muy pequeña suele roer simplemente la parte del envés de la hoja. Sin embargo, en pocos días ya devoran estas hojas con gran voracidad.
Hay que destacar que también pueden atacar y por lo tanto dañar a los frutos de ciertos cultivos como por ejemplo ocurre con el tomate. Otro momento a extremar las precauciones ante su ataque es como plaga en semilleros, cuando atacan a las plántulas pequeñas, los daños son gravísimos e irreparables.
Cómo controlar la plusia
Para el control de la plusia se puede abordar desde varios frentes. Si como huerto urbano tenemos unas pocas plantas, bastará con la eliminación de las orugas que fácilmente detectaremos al ver las primeras hojas dañadas. En cambio, si poseemos más extensión optaremos por el uso de trampas cromáticas, depredadores naturales o mediante tratamientos con productos biológicos o insecticidas tradicionales de uso legal.
Control de la plusia con trampas cromáticas
El control de la plusia con trampas cromáticas no las erradica 100% pero sí disminuye notablemente su población. Por otra parte, mediante su captura nos hará saber el grado y seguimiento de la población.
Para su trampeo se pueden colocar unas 3 trampas con feromonas por hectárea para realizar el seguimiento de la población. Si deseamos que el trampero sea masivo llegaremos hasta las 10 trampas por hectárea.
Control con depredadores de la plusia
Para el control con depredadores de la plusia (Autographa gamma y Chrysodeixis chalcites) existen enemigos naturales dentro de los parasitoides como por ejemplo el Cotesia plutellae o Copidosoma floridanum.
Hay empresas especializadas en control biológico que ofrece programas especiales para el control de la plusia. Por ejemplo, la firma Koppert ofrece distintas soluciones como por ejemplo Macrolophus pygmaeus, Nesidiocoris tenuis, Orius majusculus, etc.
Control de la plusia con productos biológicos
Para el control de la plusia mediante productos biológicos es muy importante actuar sobre los primeros estadios larvarios ya que son los que presentan mayor sensibilidad a los tratamientos.
Para ello hay productos como el Bacillus thuringiensis var. Kurstaki. También hay productos microbiológicos como Azadiractín que son más respetuosos con el Medio Ambiente, aunque como decimos, sólo son efectivas cuando las orugas son muy pequeñas.
Control de la plusia con fitosanitarios
En el caso de necesitar productos fitosanitarios para su control, lo principal es consultar los formulados registrados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ya que con el tiempo se van eliminando materias activas del mercado.
El uso de piretroides e insecticidas sistémicos de baja toxicidad es la solución para su control, aunque se debe evitar las aplicaciones sistemáticas, realizándolas en función del nivel de riesgo y siempre siguiendo las recomendaciones de los técnicos responsables de la explotación, así como del departamento de Sanidad Vegetal.