La investigación en biotecnología agrícola es de vital importancia, no solo para que las empresas sean competitivas, sino también para dar respuestas a una sociedad que reclama productos innovadores que garanticen la salud alimentaria, la sostenibilidad y que sean respetuosos con el medioambiente.
Estas demandas son tanto para la alimentación humana como ganadera y también, vienen acompañadas de cierta celeridad, por lo que las empresas biotecnológicas en la producción de insumos para el sector agrícola, potencian y aceleran la actividad de sus departamentos I+D+i.
La respuesta de poner nuevos insumos agrícolas en el mercado no es sencilla y tampoco tan rápida como cabría de esperar. Además, es necesario un periodo de convivencia entre técnicas e insumos tradicionales y de innovación, que permita un desplazamiento coherente en el tiempo, de modo que se reduzcan los insumos de productos químicos, por otros de última generación más respetuosos con el medioambiente, funcionales y por supuesto sostenibles.
En este artículo nos centraremos en los insumos derivados de la fabricación de fertilizantes, bioestimulantes y fitosanitarios. Para ello, Elhuertourbano.net ha entrevistado a Pedro R. Molina Guevara, Director del Departamento de Investigación, Desarrollo e Innovación, de la firma Probelte, empresa asociada a AEFA (Asociación de Fabricantes de Agronutrientes de España).
Pedro R. Molina es investigador senior y Doctorado en Ciencias, cuenta con más de 20 años de experiencia y una amplia formación en biotecnología agrícola tanto en instituciones académicas como en empresas privadas. Durante esta última década, ha trabajado en el ámbito del desarrollo de bioestimulantes y biofertilizantes innovadores a partir de fuentes microbianas.
Entre sus principales competencias se encuentran la gestión de proyectos de investigación, biotecnología vegetal, agricultura, OMG, genética vegetal, bioquímica, microbiología, fermentación, biología molecular, bioestimulantes y biofertilizantes.
El departamento de I+D+i en una empresa biotecnológica.
La primera pregunta se centra cómo trabaja estratégicamente un departamento de I+D+i en una empresa biotecnológica. A ella, Pedro R. Molina responde que generalmente se organiza basándose en los planes estratégicos de desarrollo de la propia empresa, teniendo en cuenta que en ellos se integran diferentes departamentos con sus propias necesidades. Por lo tanto, se trata de un trabajo conjunto, formado por un equipo integrado, transversal y bien engranado poder elaborar los proyectos.
Este modo de trabajo es el que aporta más garantía de éxito en cada proyecto. No es fruto de un solo departamento. A modo de ejemplo, mientras el departamento de I+D+i aporta su conocimiento y experiencia en los retos planteados, cada uno de los productos que se desarrollan deben ser ensayados e investigados con el fin de poder argumentar mediante estudios y experimentos, sus capacidades, características, efectividad, etc. Solo con este conocimiento del producto, se puede demostrar científicamente su funcionamiento de forma veraz.
Protocolo de desarrollo de un producto biotecnológico.
Sobre el protocolo de desarrollo de un producto biotecnológico, a modo esquemático, con la información proporcionada por Pedro R. Molina sería la siguiente:
- Se inicia la discusión de las ideas que surgen sobre la base de unas necesidades que se quieren cubrir o resolver.
- Fijado el fin, se planifica el proyecto junto a todos los recursos necesarios (los fungibles, las colaboraciones, el personal, el tiempo, etc.).
- Obtención de la, o cepas, necesarias para el desarrollo del producto biológico. Estas pueden hacerse a partir del aislamiento de cepas del suelo, de plantas en el campo o partir de centros de colección de cepas.
- Evaluaciones de la cepa para definir sus características, potencial para el éxito del objetivo planteado, caracterización de metabolitos, estudio de sus condiciones de reproducción a escala de laboratorio, viabilidad, etc.
- Escalado piloto para su producción y estudios de formulación.
- Ensayos de actividad biológica en condiciones controladas (invernaderos o cámaras de crecimiento).
- Selección de los cultivos para los ensayos según necesidades para el potencial Registro.
- Realización de ensayos preliminares en campo para el Registro con el objetivo de confirmar el efecto deseado.
- Inicio del proceso de Registro, como biocontrol, fertilizante o bioestimulante.
- Obtención del Registro.
- Comienzo de su comercialización, especificando su forma de uso, dosis, tipo de cultivo donde se puede usar, etc.
Como avanzábamos, en un nuevo proyecto de obtención y comercialización de un producto biotecnológico agrícola, están implicados diversos departamentos de la empresa. Así, además del departamento de I+D+i, también participan el departamento de marketing para su promoción y comunicación al sector, junto con el de equipos de técnicos comerciales para transferir esta tecnología al tejido productor.
Tendencia en las empresas por potenciarse en el “área Bio”.
Respecto a por qué existe esta tendencia en determinadas empresas por potenciarse en el “área Bio”, Pedro R. Molina nos comenta que “la agricultura sostenible es un futuro que ya está aquí y no puede esperar, aunque es cierto que de momento estaremos en una etapa de transición donde tendremos que aceptar la convivencia de métodos agrícolas en los cuales, aunque no se pueda todavía eliminar del todo los productos químicos, al menos reducir y restringir su uso solo cuando sea necesario y esté justificado.
Se tiene la idea de que para llegar a esto es difícil y se necesita mucho esfuerzo para lograrlo, aunque no es del todo cierto. Definitivamente, es un reto para el sector agrícola, pues se necesita un cambio en la forma de pensar, evaluar, aplicar, etc.”
Lanzando la mirada un poco atrás, el desarrollo vertiginoso desde la revolución verde, que contempla los productos químicos, ha supuesto una de las etapas claves en el desarrollo agrícola, que mejoró la producción de alimentos a nivel mundial a partir del desarrollo de nuevas variedades, combinado con el uso masivo y extensivo de fertilizantes y pesticidas, y cuyas consecuencias estamos teniendo ahora.
Actualmente, nos encontramos ante productos biológicos, muy diferentes a los productos químicos, lo que hace necesario cambiar la manera de hacer las cosas e ir hacia el desarrollo de productos biológicos. Estos nuevos productos biológicos y tecnológicos no funcionan de la misma manera que los químicos convencionales, por lo que requieren un conocimiento técnico y un manejo bastante diferente a lo que los agricultores están acostumbrados, de ahí la necesidad de una transferencia tecnológica eficaz. Es un hecho que la biofertilización y sostenibilidad deben ir de la mano.
El equipo humano de un departamento de I+D+i.
Para las empresas de fabricación de productos biofertilizantes y biofitosanitarios, el equipo humano de su departamento de I+D+i es estratégico en el que, además, intervienen factores como el nivel de apuesta por parte de la empresa en cuestión, recursos económicos, interés de mercado final, etc.
Al margen del número de profesionales que lo componen, lo que sí es una constante es su alto nivel de profesionalización, en los que pueden encontrarse doctores y doctoras en Ciencia y especialistas en diversas áreas como biología molecular, fitopatología, entomología, química, bioquímica, microbiología, etc.
Cabe destacar que además del personal propio del Departamento, también se suele contar puntualmente con estudiantes de la Universidad y de centros FP que, tras el periodo de práctica, algunos de ellos suelen integrarse en el equipo de la empresa de forma permanente.
Paralelamente, este Departamento también suele colaborar puntualmente con centros tecnológicos y Universidades, lo que permite abordar algunas investigaciones básicas necesarias, cuando la empresa no puede abordarlas por equipamiento, infraestructuras o conocimiento.