La biofertilización y sostenibilidad, una simbiosis entre la naturaleza y la ciencia.
La agricultura nunca para de evolucionar de la mano del ser humano y las circunstancias que la rodean. Se le sigue llamando sector primario, al igual que se le llama a la ganadería y la pesca, pero la realidad es que, a día de hoy, debería denominarse o por lo menos verse, como una industria más de las tantas que nutren el día a día a la sociedad y su entorno.
En esa evolución, como en todo, hay momentos más o menos acertados, pero siempre ha existido una voluntad por mejorar el bien de todo. Así, combinar agricultura y medioambiente es posible, sobre todo si hay voluntad de ello.
Y aquí juega un papel toda la sociedad. No solo la directamente ligada a la cadena de valor agro, sino también a los consumidores finales, que con sus actos cotidianos de compra pueden contribuir a que este binomio se encuentre en equilibrio.
Se habla de reducir la huella de carbono, consumir productos de temporada y de cercanía, de precios justos al agricultor, de producción ecológica, etc. y sin embargo, la venta por impulso, la escasez de interés por la procedencia de la fruta y hortaliza y el precio de producto final en tiendas y supermercados, son algunos factores que unidos al acto de compra, finalmente el propósito y la realidad no coinciden, o por lo menos dejan mucho que desear.
Binomio biofertilización y sostenibilidad.
Viendo todo esto y en el plano de la producción agrícola y ganadera, entran en escena determinados conceptos y en este artículo, nos vamos a centrar en dos de ellos, en concreto en el binomio biofertilización y sostenibilidad. Para ello, el equipo de Elhuertourbano.net, ha estado con Alejandro Morera Ramírez, director de exportación de la firma José Morera S.L.U., empresa fundada en 1965 por José Morera Arrix, y que con Alejando, se perpetúa en su cuarta generación.
Esta empresa ha demostrado, con su evolución en el tiempo, su compromiso con el binomio biofertilización y sostenibilidad, generando en consecuencia a día de hoy, un catálogo de productos que acoge avances tecnológicos en materias como optimizadores de crecimiento, aminoácidos, enmiendas, desalinizadores, correctores de carencias, potenciadores de crecimiento, abonos especiales, bioestimulantes agrícolas y microorganismos. La mayoría de estas especialidades, impensables en sus inicios. También, destacar la pertenencia de José Morera S.L.U. a la asociación AEFA en calidad de miembro fundador de la misma.
La biofertilización.
En este contexto, los biofertilizantes en agricultura son una práctica agrícola en el ámbito de la nutrición vegetal que encuentra su base en la simbiosis entre la naturaleza y la ciencia. Una práctica que está ganando adeptos como solución clave para el desafío global de garantizar la seguridad alimentaria mientras se preserva el medioambiente.
¿Qué se entiende por biofertilización?
La biofertilización es una práctica o labor cultural, que ha estado presente en la agricultura desde sus inicios. Centrados en la biofertilización moderna, nos encontramos ante una estrategia innovadora en la agricultura, orientada a mejorar la fertilidad del suelo y aumentar la productividad de los cultivos, utilizando para ello una serie de microorganismos beneficiosos para las plantas junto al desarrollo de una biotecnología avanzada.
Estos microorganismos seleccionados técnicamente, son conocidos y denominados de forma genérica en el sector como microorganismos eficientes o simbióticos. Su objetivo es interactuar de manera positiva con las raíces de las plantas, ayudando en la absorción de nutrientes esenciales a la vez que consiguen proporcionarles una serie de beneficios adicionales.
Y es necesaria su selección en laboratorio para permitir su formulación posterior y así hacerlos llegar para su uso en campo ya sea para su aplicación en el suelo o directamente en el sistema radicular de las plantas.
Para conseguir estas formulaciones, las empresas emplean tecnologías avanzadas y en constante evolución. Los resultados son inoculantes, bioestimulantes y enmiendas biológicas que contienen estas cepas seleccionadas de determinados microorganismos.
¿El concepto de biofertilización es una innovación o una moda?
El concepto de biofertilización actualmente es una innovación estratégica en la agricultura moderna y tiene un futuro prometedor e imparable.
La biofertilización se basa en fundamentos científicos sólidos y en su comprensión de cómo estos microorganismos beneficiosos, permiten mejorar la fertilidad del suelo y la productividad de los cultivos de manera sostenible, se abren un campo de posibilidades enorme para abordar la transición de una fertilización mineral a una orgánica.
Su eficacia y sostenibilidad a largo plazo está asentada en una base científica y sólida por lo que respalda su eficacia y sostenibilidad a largo plazo. En toda esta etapa, relativamente corta, la biofertilización ha demostrado sus beneficios económicos y ambientales, y esto, en un contexto de crecimiento de la población, cambio climático y preocupaciones ambientales, se presenta como una herramienta clave para abordar la necesidad de producir alimentos de manera más sostenible y eficiente.
Además, estos formulados cuentan con la garantía de la aplicación de unas regulaciones estrictas que requieren la evidencia científica de su eficacia y seguridad antes de su comercialización.
Compatibilidad de la biofertilización con el abonado químico.
Si bien hemos avanzado que nos encontramos ante la transición de una fertilización mineral hacia una más orgánica, esto no quiere decir que la biofertilización y el abonado químico estén reñidas.
Más bien, estamos ante una modalidad de compatibilidad, combinada y con sinergias que redunden en un punto final más equilibrado que el que se mantiene actualmente. Técnicamente, su combinación se conoce como fertilización integrada o fertilización mixta.
En este marco, hay que tener presente que, en el caso de agricultura ecológica, sí se restringe el uso de fertilizantes químicos por normativa.
Volviendo a esta combinación tecnológica en agronutrición vegetal, debemos referirnos a una complementariedad de nutrientes. Así, los fertilizantes químicos proporcionan nutrientes esenciales (NPK más oligoelementos) de manera rápida y en formas específicas para las plantas, siendo beneficiosos para abordar deficiencias concretas en el suelo. En otro marco nutricional, la biofertilización permite mejorar la disponibilidad de nutrientes en el suelo a través de la actividad de microorganismos beneficiosos. Dicho de otra manera, la biofertilización mejora la eficiencia del uso de los nutrientes presentes en los fertilizantes químicos o minerales.
Ventajas en la productividad y calidad de los cultivos mediante biofertilización.
Para verificar las ventajas de una técnica, en este caso, la de la biofertilización, debe ser comparada con otra y siguiendo en esta línea, debe ser con la fertilización mineral y química. En esta comparativa se abren diversos frentes y uno de ellos ya lo hemos adelantado: la mejora de la disponibilidad de nutrientes, porque los microorganismos presentes en los productos de biofertilización pueden solubilizar nutrientes presentes en el suelo, convirtiéndolos en formas más fácilmente absorbibles por las plantas.
Otro factor que avala su ventaja en cuanto a la fertilización a largo plazo. Una fertilización convencional suele requerir aportaciones periódicas de fertilizantes químicos, mientras que una biofertilización, proporciona elementos nutritivos a la planta de manera continua a lo largo de todo el ciclo de cultivo.
Desde un punto de vista medioambiental y gestión de recursos naturales, la biofertilización reduce la dependencia de fertilizantes químicos, porque mejora la eficiencia de uso de los nutrientes presentes en el suelo. Esto también repercute en la mejora de la salud del suelo, tanto a nivel físico como biológico. Y no pasemos por alto, la contribución de la biofertilización a una mayor resistencia a enfermedades y estrés abiótico por parte de las plantas, minimizar el impacto ambiental, etc. En su conjunto, con su uso se emprende una línea que conduce a un crecimiento más saludable y un mayor rendimiento.
La biofertilización y la adaptación de las plantas a condiciones climáticas y edáficas.
En términos generales, estamos ante una economía global y como consecuencia también en una agricultura global, cada vez de forma más interrelacionadas entre países. Es por ello que desde un punto de vista de empresa fabricante de biofertilizantes, como es nuestro caso, tenemos que abordar cada rincón de la Tierra en base a sus propios desafíos únicos en la agricultura.
Esta diversidad de climas cálidos y secos, entornos fríos y húmedos, juego de géneros, especies y variedades en producción, tipos de suelo, he incluso técnicas de cultivo, nos embarca en una investigación constante y un desarrollo incesante para brindar soluciones a medida que permitan a los agricultores maximizar sus cosechas y lograr resultados óptimos sin importar el escenario.
Por todo reside, no se pueden centrar líneas de trabajo solamente en los biofertilizantes formulados, sino también se debe contemplar el desarrollo de nuevas soluciones agrícolas. Sin caer en la pedantería, actuamos como arquitectos de un mañana agrícola más próspero y sostenible.
Biofertilización adaptada para dar soluciones específicas de los cultivos.
Para obtener una biofertilización adaptada orientada a dar soluciones específicas de los cultivos, cada empresa desarrolla su propia estrategia. Si bien, hay parámetros en común y dentro de ellos, con variables en la tecnología utilizada.
Una de las bases innegociables es la selección de los microorganismos beneficiosos por los que una empresa apuesta. Son cepas específicas que, tras su estudio y ensayos, demuestren que mejor se adaptan a unas condiciones específicas del suelo. Aquí se opta por aquellas cepas que se muestran más efectivas en ámbitos de suelos ácidos, alcalinos, arenosos, arcillosos, etc. y se orienta su investigación y desarrollo hacia formulaciones que puedan prosperar en las condiciones específicas de la zona agrícola prevista.
Otra línea de trabajo es explorar su resistencia a condiciones climáticas adversas, tanto hídricas como térmicas. Es vital asegurarse que los microorganismos seleccionados permanezcan viables y activos en el suelo a pesar de estas condiciones medioambientales desafiantes.
Al margen de las condiciones de suelo y clima, hay más factores en los entran en escena los propios de la especie a cultivar y su momento, tanto de estado fenológico como en su temporada.
En toda esta amalgama de factores, estos biofertilizantes formulados, pueden ser seleccionados y aplicados de manera oportuna, porque según la cepa de un determinado microorganismo, puede ser más efectiva o no según estos condicionantes.
De todas formas, al igual que ocurre en otras muchas especialidades, el éxito o efectividad de un determinado producto, está muy condicionado por su manejo. Un ejemplo claro de ello es el sustrato en cultivo hidropónico: perlita, arcilla expandida, fibra de coco, lana de roca, etc. No podemos calificarlos alegremente si son mejores o peores, porque en su éxito juega un papel fundamental su manejo.
Los biofertilizantes y la sostenibilidad en las prácticas agrícolas.
La contribución de los biofertilizantes a la sostenibilidad medioambiental y de las prácticas agrícolas es innegable y de ahí la acogida que está experimentando en el mundo agrícola.
Ya las hemos adelantado, pero podemos hacer un cierto resumen de las mismas.
Por una parte evita una disminución en cuanto a la dependencia de fertilizantes químicos. Derivado de ello se disminuye los costos de producción y la contaminación ambiental causada por la lixiviación de nutrientes. Recordemos que ciertos biofertilizantes contienen microorganismos que pueden fijar el nitrógeno atmosférico, lo que reduce la necesidad de fertilizantes nitrogenados y disminuye la emisión de gases de efecto invernadero asociados con su producción.
También contribuye a la mejora de la calidad del suelo, ya que estas cepas de microrganismos ayudan a mejorar la salud biológica y la estructura química y física del mismo. Una vida del suelo más rica, aumenta su diversidad biológica, esencial para un ecosistema agrícola más saludable.
Indirectamente, gracias a conseguir suelos más vivos y ricos, participan en la reducción de la erosión y la degradación del terreno.
Si ser un fitosanitario como tal, los biofertilizantes aportan a las plantas la capacidad de desarrollas cierta resistencia a enfermedades y estrés, por lo tanto, a mejoras su sanidad.
La formación del agricultor en torno a la biofertilización como garantía de éxito.
Como se afirma en la fórmula I+D+i+t, de nada sirve investigar, desarrollas e innovar, si no hay una transferencia. Y en el tema de la biofertilización moderna, es un claro ejemplo de ellos.
Para la implementación exitosa de la biofertilización es vital la capacitación de los agricultores y aquí juega un papel fundamental la participación de las empresas que los desarrollan, formulan y ponen en el mercado.
Y así sucede. Basta ver los equipos técnico comerciales de las empresas fabricantes, compuestos por biólogos, técnicos, ingenieros, etc., que trabajan junto a los agricultores para que esta transferida se desarrolle de forma eficiente.
En una agricultura avanzada, todos los operadores de la cadena de valor como única fórmula de éxito.