La agricultura extensiva de alto valor es un motor de la agricultura española, tanto a nivel nacional como internacional, fruto de técnicas de cultivo avanzadas, una postcosecha y una logística con grandes estándares de calidad.

La agricultura española juega un papel fundamental en el abastecimiento alimentario nacional e internacional. Dentro de este sector, la agricultura extensiva de alto valor ha emergido durante estas últimas décadas como un pilar estratégico, combinando grandes volúmenes de producción al aire libre con tecnología de punta para maximizar la rentabilidad y la calidad.

Estos cultivos, lejos de ser meramente «industriales«, representan un equilibrio entre eficiencia y excelencia organoléptica y nutricional, abarcando desde productos frescos de frutas y hortalizas, hasta aquellos destinados a la IV Gama, conservas y congelados.

En este artículo vamos a analizar los principales exponentes de este tipo de agricultura en España, destacando su importancia económica, las innovaciones tecnológicas que los impulsan y sus factores clave.

La agricultura extensiva de alto valor en el contexto español.

España, con su diversidad climática y su tradición agrícola, ofrece un entorno ideal para el desarrollo de la agricultura extensiva.

La demanda, tanto interna como de los mercados de exportación, impulsa la búsqueda constante de cultivos que ofrezcan altos rendimientos y calidad superior. En este contexto, la innovación tecnológica se convierte en un factor crucial, permitiendo optimizar el uso de recursos, mejorar la eficiencia de la producción y garantizar la sostenibilidad ambiental.

Principales cultivos de la agricultura extensiva española.

A continuación, detallamos los cultivos extensivos hortícolas de alto valor más representativos de España.

El tomate para industria.

Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha son las comunidades españolas que lideran la producción de tomate destinado a la transformación. La fertirrigación y las tecnologías de precisión, son esenciales para optimizar el rendimiento y la calidad de este cultivo, crucial para la industria de concentrados, salsas y otros derivados.

Por otra parte, la investigación en nuevas variedades más resistentes a enfermedades y con mayor contenido de licopeno (antioxidante) son algunas de las líneas de trabajo constante en el tomate para industria.

El pimiento para pimentón.

Las zonas agrícolas ubicadas en Murcia, Navarra y La Rioja destacan en la producción de pimiento, tanto para consumo fresco como para la elaboración de pimentón. Además, las DOP como el Pimentón de la Vera o el Pimiento Riojano, garantizan la calidad y el origen del producto.

En estos últimos tiempos se están implementando técnicas de secado más eficientes y sostenibles para reducir el impacto ambiental.

La cebolla.

Para esta especie, Castilla-La Mancha, Andalucía y la Comunidad Valenciana son las principales regiones productoras de cebolla.

Las variedades de larga conservación, denominadas cebollas de día largo, permiten abastecer el mercado durante todo el año. En este caso, la mecanización de la cosecha y el almacenamiento en atmósferas controladas son claves para mantener la calidad del producto.

La lechuga.

Murcia, Alicante y Almería concentran la producción de lechuga y es un producto estratégico para la exportación.

La diversificación varietal y la producción continua a lo largo del año son factores clave para su éxito en los mercados europeos. Entre los avances, además de ampliar el juego varietal, se están investigando variedades más resistentes al «tip burn» (quemado de los bordes de las hojas) y otras enfermedades.

El brócoli.

Murcia, Navarra y Albacete lideran la producción de brócoli, impulsada por la creciente demanda de «superalimentos».

Su producción bajo un calendario de zonas climáticas para alargar su temporada de cultivo, la optimización del riego y la fertilización, junto con el control integrado de plagas, son fundamentales para obtener altos rendimientos.

El melón y la sandía.

Castilla-La Mancha y Andalucía son las principales zonas productoras de melón y sandía. La mejora genética ha permitido desarrollar variedades más resistentes a enfermedades, con mejor sabor y en diferentes tamaños, para ampliar lo oferta de estos productos.

Para este cultivo, entre otros factores, la gestión eficiente del agua es crucial, especialmente en zonas más áridas.

El espárrago verde.

Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha destacan en la producción de espárrago verde.

Su cultivo requiere alta tecnificación, con sistemas de recolección selectiva y un manejo postcosecha cuidadoso para preservar su frescura. Además de su mercado de frutas y hortalizas frescas, también contempla el de la conserva.

La zanahoria.

En esta especie, Segovia, Cádiz y Albacete son las más importantes productoras de zanahoria.

Como cultivo extensivo, se utilizan técnicas de siembra de precisión y maquinaria especializada para la recolección.

Cultivos de frutas y hortalizas para IV Gama y congelados.

La agricultura extensiva también abastece a la industria de productos de IV Gama y congelados. Entre los más destacados y sus principales zonas de producción se encuentra:

  • La espinaca: Navarra, Murcia y Castilla y León lideran la producción.
  • La rúcula: Murcia y Almería.
  • El guisante: Castilla y León y Andalucía.
  • Y la acelga: Comunidad Valenciana y Cataluña.

Los cultivos de acelga requieren procesos de recolección y procesados rápidos para mantener su calidad en cuanto a aspecto y cualidades organolépticas. Por ello, las zonas de producción se deben encontrar a la menor distancia de las instalaciones para su procesado, hablando en términos de horas de transporte.

Factores clave para el éxito de los cultivos hortícolas de alto valor.

Hay factores clave para el éxito de los cultivos hortícolas de alto valor. Su rentabilidad depende, por ejemplo, en la innovación tecnológica, con una agricultura de precisión, teledetección, uso de drones, etc.

Actualmente, uno de esos factores es la gestión eficiente del agua y la fertilización, con avances en la fertirrigación, sensores de humedad, etc.

Otro es el control integrado de plagas (CIP) que permite minimizar el uso de fitosanitarios. En este sentido, la entrada de los bioestimulantes agrícolas está suponiendo un importante avance.

Sin olvidar la mejora genética, con búsqueda de variedades más resistentes a enfermedades y adaptadas al clima. Este último factor, de gran importancia ante el cambio climático que estamos viviendo.

Los mejorando de suelo para cultivos hortícolas de alto valor.

En el campo de los Fertilizantes agrícolas, el uso de enmiendas orgánicas como los ácidos húmicos procedentes de leonardita, correctores salinos y activadores orgánicos, son fundamentales para mejorar la estructura y la fertilidad del suelo.

La leonardita granular activada, por ejemplo, mejora el intercambio catiónico, la retención de agua y la eficiencia de la fertilización mineral. Su certificación para agricultura ecológica la convierte en una opción interesante para productores comprometidos con la sostenibilidad.

En su conjunto, se puede afirmar que la agricultura extensiva de alto valor representa un sector dinámico e innovador dentro de la agricultura española, gracias a que la combinación de tradición, tecnología y conocimiento técnico, permite obtener productos de alta calidad y rentabilidad, contribuyendo al desarrollo económico del país y al abastecimiento de mercados nacionales e internacionales.