Los invernaderos caseros, también llamados invernaderos domésticos, son en realidad versiones simples de los invernaderos de cultivo profesional orientados a proteger los cultivos de la climatología reinante del lugar.
En definitiva, estamos hablando de invernaderos para la bricojardinería o hobby. Por lo tanto, no los debemos confundir con los utilizados en huertos urbanos de campo, que por lo general son invernaderos profesionales, si bien de menor superficie de cultivo comparado con las grandes explotaciones agrarias.
Llegados a este punto, se puede matizar entre invernaderos caseros e invernaderos domésticos. Ambos pueden ser lo mismo, si bien los primeros pueden referirse a aquellos fabricados por uno mismo, mientras que los segundo son comprados en modo kit, en centros comerciales, centros de jardinería y tiendas de bricolaje.
Así, estos invernaderos, sean de fabricación propia o manufacturados, son los apropiados para huertos urbano de terraza y jardín.
¿Cuánto vale un invernadero casero?
La respuesta no puede limitarse a un precio por metro cuadrado, ya que la diversidad de modelos en amplísima.
Partiendo de esta premisa, los precios pueden estar entre los 150 € los más pequeños y simples de unos 28 metros cuadrados, a más de 1.500 € para otros con materiales más resistentes y con las mismas dimensiones.
A ello hay que sumarle que, como cada empresa fabricante puede poner el precio de mercado que desee, no hay una relación directa entre ‘a más precio/mejor invernadero’.
En este sentido, la elección de un modelo u otro, va a depender en gran medida de las necesidades que tengamos y las prestaciones de los mismos. Para una simple protección contra la lluvia y en viento, un invernadero sencillo cumplirá su cometido. Si por el contrario queremos implementarlo con calefacción e incluso para cultivar dentro de él, tendremos que optar por invernaderos más complejos.
Lo mismo sucede con el espacio disponible. En balcones y terrazas, la superficie y altura disponible está muy limitada, comparada con la que se puede llegar a tener en un huerto de jardín.
¿De qué depende el precio de un invernadero doméstico?
El precio depende de su tamaño, dimensiones de cubierta, materiales tanto de estructura como de cobertura, si posee un componente artesanal o industrial en su fabricación, etc. sin olvidar su equipamiento interior. Por todo ello no se podría decir con rigor, un precio por metro cuadrado ni siquiera como referencia.
Por otra parte, la expresión ‘invernadero casero’ es un genérico. Este puede ser desde una pequeña estructura con cubierta de plástico que ayude a proteger ligeramente las plantas del frio de la noche, hasta una estructura robusta, metálica o de madera, con cubierta de plástico térmico, equipada en su interior con red eléctrica, de riego, microaspersión, apertura de ventanas mecanizadas, etc. Demasiadas variables en torno a esta expresión.
¿Cómo fabricar un invernadero casero?
Bajo la premisa de ‘hágaselo usted mismo’, la fabricación de un invernadero casero dependerá en gran medida de la habilidad de quien lo construye.
Básicamente se parte de una estructura ‘esquelética’ que contribuirá a crear el espacio para el cultivo en su interior. Esta estará constituida por unas barras que conformen unos pilares, la cúpula del techo y perfilerías que nos ayuden a conformar la puerta de entrada y ventanas.
Estas barras pueden ser a base de listones (vigas) de madera, tubos o barras metálicas o de plástico de gran resistencia. Estas pueden estar unidas mediante abrazadera, soldaduras o clavadas entre sí. Para puertas y ventanas, se contará con las bisagras o correderas oportunas.
Una vez construido el continente, se procede a su revestimiento. En este caso se utilizan materiales transparentes y en la mayoría de casos es el plástico. Rara vez el cristal. Como material plástico puede ser de film u otros del tipo policarbonato o fibra de vidrio.
Ya creado el habitáculo, se procede a su equipamiento, colocando tomas de agua e incluso de luz.
La estructura debe ser fuerte y reforzada en caso de que esté sometida a vientos.
¿Por qué es buena la técnica del cultivo en invernadero?
El cultivo en invernadero aporta muchas ventajas. Entre ellas está la de conseguir hacer semilleros con mayores garantías de éxito gracias a que los protegerá de vientos y excesos de iluminación. Además, permitirá realizar semilleros antes de su fecha climatológicamente natural, adelantándolos y conseguir cosechas más precoces.
Lo mismo sucede en el caso de que queramos realizar esquejes. Gracias a estar en un especio protegido podremos controlar mejor los factores de temperatura, humedad de sustrato y ambiente, luminosidad y evitar las corrientes de aire.
Si optamos para cultivar bajo ellos todo el ciclo de cultivo, si gestionados adecuadamente los factores de riego, temperatura, etc. las plantas no estarán sometidas a un estrés ni térmico ni hídrico, creciendo más rápido y dando cosechas más abundantes.
¿Qué cultivos pueden realizarse bajo invernaderos caseros?
Son varios condicionantes los que nos determinarán qué cultivos podemos realizar bajo un invernadero casero. Entre ellos estarán las características del mismo (dimensiones y equipamiento), la zona geográfica de cultivo, la especie a cultivar y el conocimiento técnico que tengamos sobre esta.
Por dimensiones, la mayoría de frutales y viñas suelen quedar fuera del catálogo a cultivar. Limoneros, naranjos, perales, manzanos, melocotoneros, higueras, kiwis, pistachero, caquis, etc. son un claro ejemplo.
Aquí hay que mencionar que sí se puede cultivar, si las dimensiones lo permiten, algunos pequeños frutales como la fruta del dragón (Pitahaya), el kumquat (Fortunella spp), piña tropical (Ananas comosus), calamondín (Citrofortunella microcarpa), platanera (Musa × paradisiaca), etc. Aquellos de poco porte y de clima tropical o sub tropical son candidatos.
Al contrario, prácticamente todas las hortícolas y aromáticas, condimentarias y medicinales pueden cultivarse bajo él. Por supuesto, también ornamentales. Llegado el caso, siempre debemos tener en cuenta el cultivar en un mismo momento aquellas especies que requieran necesidades similares. Y por supuesto, pensando siempre en aquellos cultivos denominados de estación.
Para una mayor garantía de éxito, es muy recomendable cultivar aquellas especies que vendríamos cultivando sin él. El hacerlo bajo invernadero nos proporciona la ventaja tanto de comenzar antes como retrasar su cultivo natural de temporada. Esto es así porque nos permite conseguir unos grados más con respecto a los que tenemos a temperatura ambiente en una fecha concreta.
¿Hay algún cultivo que se dé peor en invernadero que al aire libre?
Sí. Tanto en el caso de frutales como de hortalizas.
Un factor, como ya se ha avanzado, es la disponibilidad de espacio. Hay frutales que necesitan mucho espacio para su correcto desarrollo.
Otro factor a tener en cuenta son sus necesidades climatológicas para su correcto desarrollo. Hay frutales de hoja caduca que necesitan reposo invernal, como es el caso del almendro, cerezo, melocotonero, nectarina, ciruelo, albaricoque, etc. Por lo tanto, estos necesitan invernar y además con unas cantidades concretas de horas frío según especies. Bajo invernadero, estas no se conseguirían adecuadamente.
Como anécdota contraria, están los frutales tropicales que pueden incrementar la producción bajo invernadero.
Volviendo a la estacionalidad, hortalizas con necesidades de frío como son las coles, las habas o las alcachofas, cultivos típicos de otoño e invierno, su cultivo en un invernadero casero está desaconsejado.
Es interesante recalcar que el invernadero es una herramienta al servicio de la planta, por lo que mal gestionada siempre será peor que no utilizarla.
Si nos centramos en el cultivo de plantas ornamentales, aromáticas y condimentarias, lo mismo. Si son de temporada, utilizaremos estas instalaciones para adelantar su cultivo, pero una vez la temperatura reinante al exterior sea la adecuada, estas plantas deben plantarse directamente en el jardín o en su defecto colocarlas al exterior.
Si son plantas de interior, el invernadero es su casa por excelencia, con temperatura, humedad ambiente y protegidos de las corrientes de aire.
¿Cuál es la temperatura ideal en el interior del invernadero?
Si partimos de la base que en un concepto de huerto urbano se cultivan plantas de temporada, la temperatura de cultivo debe ser muy similar a la que tendremos en el exterior porque mantiene su ciclo vegetativo natural.
Entonces ¿qué aporta el invernadero? Pues un mejor control climático. Si en épocas frías podemos evitar heladas ya es muy importante. Y si es comienzo de primavera u otoño, cuando las noches comienzan a ser más frías y las temperaturas diurnas no suben por encima de los 20ºC, conseguir una diferencia con el exterior de 5 a 10ºC puede marcar la diferencia en la que la planta siga vegetando correctamente o paralice su desarrollo.
Otro tema a tener en cuentan es que el invernadero no se utiliza durante todo el año. Es más, durante el verano conviene quitarle el plástico o simplemente cultivar fuera de él ya que las temperaturas que se pueden alcanzar son contraproducentes.
¿Cómo deben ser los riegos: a mano o programados?
Los riegos pueden ser como un cultivo al exterior. Si están programados mucho mejor porque se puede ajustar mejor los tiempos y cantidades de agua aportada, ahorrando y manteniendo la planta mejor atendida desde un punto de vista hídrico.
Por lo tanto, los riegos pueden ser a manta si el invernadero casero se encuentra al exterior y las plantas cultivadas en él están sobre el terreno, por gotero, mediante manguera o simplemente mediante una regadera. Lo importante es tener las plantas atendidas en sus necesidades hídricas.
¿Requiere más cuidados fitosanitarios bajo un invernadero casero?
De entrada, no si la gestión del mismo es correcta. Un cultivo bajo invernadero está más protegido que si se realiza al aire libre, porque las invasiones de plagas y enfermedades procedentes de cultivos o terrenos lindantes no llegan al interior del invernadero con tanta facilidad.
Por otra parte, los tratamientos fitosanitarios suelen ser más eficaces ya que en caso de lluvia o viento no les resta efectividad porque no hay lavado.
Por supuesto, también está el riesgo de todo lo contrario: si no se ventila adecuadamente y hay exceso de humedad, los problemas derivados de hongos aparecerán con más facilidad. Y lo mismo, si fitosanitariamente no se controla bien, los insectos se desarrollarán con más virulencia porque las condiciones ambientales les favorece, así como el que la planta esté más desarrollada y tierna.
¿El invernadero doméstico es adecuado para los semilleros de futuras plantaciones?
Los invernaderos domésticos están pensados, muchos de ellos, precisamente para el enraizado de esquejes, germinación de semillero e incluso adelantar unas semanas, cuando no algún mes, el cultivo de una determinada especie con respecto al periodo en el que se desarrollaría en condiciones de ambiente exterior.
Un invernadero casero nos permite proteger mejor las fases de semillero o esquejado. El control de la humedad ambiente, la del sustrato, la iluminación, la ventilación, etc. son factores determinantes para el éxito de una buena germinación o enraizado.
Estupendo artículo!! Muchas gracias por la información. Un saludo
Un invernadero muy bien construido.
Si te encanta la jardinería, deberías de experimentar con todo tipo de planta y con todo tipo de mantenimiento.