El laurel es un árbol o arbusto grande del que se recolectan sus hojas para aromatizar o enriquecer distintos platos gastronómicos.
Se emplea en cocidos, ragout, cordero, ternera, pollo, estofados y marinadas, así como en la preparación de salsas, escabeche y pastas.
Es una planta fácil de cultivar y dado que su uso es reducido, con un solo ejemplar en el huerto o jardín, podemos disponer de hojas para todo el año.
Otros usos del laurel es el de sus frutos en farmacología, estos y sus hojas en la industria de la perfumería y del licor, mediante el empleo del destilado de su aceite.
Laurus nobilis.
Conocido comúnmente como laurel, su nombre científico es Laurus nobilis y pertenece a la familia Lauraceae.
El laurel es un árbol o arbusto grande de ramas rectas, corteza lisa que se desarrolla creando una copa densa. En estado salvaje puede sobrepasar los 8 metros de altura, si bien, en cultivo no suele sobrepasar los tres metros.
Es de hoja perenne. Sus hojas son brillantes, lisas, lanceoladas y muy aromáticas.
Florece en la última etapa primaveral y sus flores son pequeñas, de color amarillo y están dispuestas en umbelas. Tras su fecundación, sus frutos son técnicamente bayas ovoides del tamaño de un guisante, son de color verde al inicio que se transforman en violáceos al madurar.
Siembra y plantación del laurel.
Para el cultivo del laurel, como planta de flor, se puede reproducir por semilla. En este caso se suele sembrar en otoño, utilizando pequeñas macetas llenas con un sustrato turboso.
Pero lo más habitual es multiplicarlo por esquejes o por acodo en primavera, ya que estas técnicas son más rápidas que la multiplicación por semillas.
Para ello se cortan de plantas seleccionadas esquejes tiernos de 8 a 10 centímetros desde mediado de agosto a finales septiembre según la climatología reinante. Estos se plantan también en pequeñas macetas con un sustrato turboso de pH 6,5 y ligeramente fertilizado. Los esquejes deben estar protegidos del sol directo, del viento y con una humedad ambiente alta para evitar que se deshidraten durante el periodo de enraizamiento.
Una vez arraiguen, se plantarán en el terreno definitivo o a una maceta mayor durante la primavera siguiente.
Otro método es el de esqueje leñoso. Para ello se obtendrán los esquejes durante el otoño. Estos esquejes son más grandes, sobre los 20 centímetros, y se plantan directamente en un suelo arenoso y húmedo, bien apisonado alrededor del esqueje, en un lugar sombreado y protegido.
Recolección del laurel.
Lo más habitual es el aprovechamiento de sus hojas. Así, sus aplicaciones culinarias comienzan con la recolección de sus hojas, que dejamos secar.
Las hojas se recolectan para utilizarlas frescas todo el año. La otra opción es cortar ramas y dejarlas secar en un sitio fresco, bien ventilado y a la sombra. Una vez secas las hojas, se pueden guardar en tarros de cristal hasta su uso.
Sus hojas tienen propiedades saludables. Es un tónico estomacal y ayuda a combatir la flatulencia. También se le atribuyen propiedades antisépticas, digestivas y sudoríficas.
Necesidades para el cultivo del laurel.
Es una planta muy rústica y, por lo tanto, resistente. Requiere un riego moderado durante la primavera y verano, disminuyendo en otoño e invierno.
El laurel requiere una exposición soleada pero resguardada. En cuanto a suelos, los prefiere sueltos, secos, ligeros, frescos, ricos y bien drenados.
Plagas y enfermedades del laurel.
Las enfermedades más habituales del laurel son la llamada raíz podrida, causada por exceso de riego o encharcamiento continuado del terreno; La bacteria llamada Pseudomonas Syringae, que aparece después de podar la planta; Y la viruela en las hojas que es provocada por el organismo Stigmina carpophila.
Respecto a plagas, se encuentra la Sila (Psylla piri), las cochinillas y el pulgón. Estos dos últimos suelen encadenar la aparición del hongo llamado negrita (Tricholoma terreum) sobre sus hojas.