De todas las modalidades de huertos urbanos, en este artículo nos centramos en el tipo ‘huerto urbano en la terraza’. Es muy similar al ‘huerto urbano en el balcón’ pero mucho más generoso porque por lo general dispone de mucha más superficie. También, al ser más amplios suelen gozar de más luz.
En este contexto, destacar que todos los consejos dados para el huerto urbano en la terraza también lo son para los de ático o azotea, muy comunes en muchos edificios de una ciudad. En el caso de espacios de terrazas comunitarias, debe primar el consenso y la armonía entre los vecinos en todas sus áreas: calendario de producción, volumen, ubicación de recipientes, tareas de cultivo, recolección, etc. Es clave del éxito este gran consenso y en particular entre los que deseen participar.
Al ser espacios grandes aumenta la posibilidad de incluir algunos frutales, ampliar las épocas de cosechas y redistribuir mejor las zonas de cultivo, siendo las cosechas más abundantes. Al margen de ello siempre estaremos hablando de cultivos de temporada porque se realizan al aire libre. Por supuesto el tener zonas destinadas a algunas plantas ornamentales no está de más sino todo lo contrario.
También hay que tener presente que suelen estar más expuestos a los vientos y por ello debemos extremar las precauciones con los cultivos más altos como son el caso de los frutales o plantaciones en recipientes de escasa estabilidad.
Este tipo de huerto urbano es ideal para favorecer la participación de los más pequeños de la casa y fomentar las relaciones sociales entre el vecindario. Un consejo a tener en cuenta si hay menores, es dejar en ellos la mayor participación posible puesto que además de aprender mientras juegan se les inculca la cultura de la comida saludable con frutas y verduras.
¿Cómo montar un huerto urbano de terraza?
Empezar de nuevo un huerto urbano de terraza lleva implícito una inversión económica que esta debe contemplarse como tal y no como un gasto. Contenedores y jardineras, material de plantación y poda, equipo de riego, tutores, etc. son reutilizables. El sustrato bien gestionado lo es también en gran medida. Y las semillas y planteles terminan en nuestras mesas.
Evidentemente no sabremos el importe económico sin saber qué y cómo vamos a cultivar. Por lo tanto, esto es lo primero.
- Designaremos los espacios a estar cultivados.
- De qué forma: macetas, jardineras, mesas de cultivo, etc.
- Cantidades y modelos.
- Volumen y tipos de sustratos.
- Si necesitaremos acometidas de agua, manguera, regaderas, etc.
- Primeros plantones de frutales, así como planteles y semillas de hortícolas y aromáticas.
Todo ello bajo un calendario anual si bien las compras se realizarán en función de las necesidades. Recordemos que son producciones de temporada y que tampoco tenemos porqué abordarlo todo de golpe. Es más, si se carece de experiencia lo recomendable es comenzar poco a poco y por los cultivos más fáciles.
Partiendo de las condiciones climáticas de nuestra zona y momento de partida de la puesta en marcha del huerto, estableceremos un calendario de trabajos. Por ejemplo, si partimos en febrero y estamos en una zona cálida:
- Compra de los primeros frutales a raíz desnuda o en contenedor.
- Compra de sus correspondientes contenedores (de gran tamaño) y el correspondiente sustrato.
- Comprar las macetas, jardineras y mesas de cultivo si procede, también el sustrato para tenerlo todo preparado para las plantaciones hortícolas de primavera.
- Si no a finales de febrero, sí en marzo, la compra y plantación de planteles de las especies elegidas como por ejemplo de acelgas, espinacas, etc. o siembra de zanahorias, rabanitos, etc.
- En abril abordamos otra tanda con planteles de tomateras, berenjenas, pimientos, etc., especies que requieren más calor para su cultivo.
Procuraremos informarnos lo mejor posible para cultivar aquello que deseemos en el momento más adecuado del año. La climatología debe ser uno de los principales aliados para tener éxito en nuestros cultivos.
Recipientes y estructuras en un huerto en la terraza
Si nos colocamos en medio de la terraza y realizamos una mirada de 360º podemos hacernos una idea de las zonas más iluminadas, protegidas por el viento, posibles estructuras utilizables como tutores, etc. y en consecuencia cómo podemos distribuir nuestros cultivos.
Si hay espacio para colocar una o varias mesas de cultivo el centro de la terraza está muy indicado. Estas mesas de cultivo no solo nos permitirán trabajar sobre ella, sino que bajo las mismas podemos cultivar plantas que necesiten mucha sombra, realizar semilleros o utilizarlas como zona de esquejados.
Los frutales pueden colocarse en zonas interiores para evitar que una vez en producción, sus frutos puedan caer accidentalmente a la calle. Con la altura, estos frutos pueden causar daños irreparables. Estos frutales requerirán tanto sujeción para su estabilidad como grandes contenedores para su plantación. Como mínimo 45 centímetros de diámetro.
Las plantas hortícolas de porte pequeño como rabanitos, acelgas, lechugas, zanahorias, etc. pueden ser cultivadas en macetas o jardineras, con una profundidad de sustrato entre 20 y 25 centímetros.
Otras especies como tomateras, pimientos, berenjenas, calabacín, alcachofas, etc. necesitan más volumen de sustrato por lo que recipientes más profundos y anchos darán mejor resultado.
Para plantas colgantes o reptantes como las fresas o pepinos pueden funcionar muy bien los recipientes colgantes o colocados sobre las paredes. En el caso de pepinos o pequeñas calabazas no está de más sujetar sus frutos para que su peso no rompa sus ramas.
En cuanto al sustrato uno del tipo universal puede funcionar muy bien, aunque ya los hay especialmente formulados para huertos con más arcilla y tierra de campo. Son sustratos algo más pesados y más apropiados para este tipo de plantas. Aun así, el sustrato en sí va muy acompañado con el manejo del agua y la fertilización para que este funcione correctamente.
La idea de tener un compostador es muy buena. Resto de podas, raíces y plantas arrancadas tras finalizar su cultivo, incluso restos orgánicos de las comidas, pueden ser incorporados y en poco tiempo derivar en un compost de alta calidad para ser mezclado como enmienda orgánica con los sustratos comprados para la plantación. Con este compost no sólo evitaremos tener que comprar más sustrato, sino que mejoraremos la fertilidad de los mismos y contribuiremos en una economía circular cada vez más necesaria.
Semillas y planteles para un huerto urbano de terraza
Para las especies de raíz como zanahoria, rabanitos, nabo, etc. debemos partir de semilla como la opción mejor ya que si hacemos semilleros en el trasplante se verá afectado el buen desarrollo de su raíz pivotante y se deformará.
Si el clima lo permite y ya tenemos experiencia, para otras especies podemos partir de semilla. Es más económico pero el cultivo se alarga entre 35 y 60 días más. Por lo tanto, si deseamos acelerar su cultivo, además de asegurarlo, lo mejor es recurrir a planteles hortícolas. Y si no tenemos mucha experiencia vale la pena a recurrir a planteles ya cultivados en macetas más grandes.
En el caso de frutales, durante su reposo invernal podemos adquirirlos a raíz denuda. Esto es compatible con su adquisición ya contenerizados que se pueden plantar durante los 365 días del año.
Fotografías proporcionadas por el Centro de Jardinería Tot en U, especializado en ventas de material para huertos urbanos.