El girasol es una de las plantas herbáceas que se puede cultivar en el huerto urbano con diferentes fines, más allá de su aprovechamiento gastronómico: es una planta muy querida y entrañable para todos los miembros de la casa, es muy decorativa por la espectacularidad de su roseta floral, es una planta melífera, etc. Y ya volviendo al mundo gastronómico, si elegimos correctamente el tipo y variedad, podemos aprovechar sus pepitas ya no sólo para comerlas tostadas, sino como alimento para determinados animales de compañía.
Su cultivo es muy sencillo y puede cultivarse en cualquier tipo de huerto urbano. En los de campo, jardín, terraza… simplemente en los de balcón deberemos saber que solo funcionará correctamente si están bien iluminados y orientados para que le dé el sol el mayor tiempo posible.
Como curiosidad, es una planta originaria de México y Perú y era uno de los principales productos agrícolas empleados en la alimentación por muchas comunidades americanas desde unos 3.000 años a.C. Sus semillas fueros traídas a España por los colonizadores en el siglo XVI y durante más de dos siglos simplemente fueron cultivadas por su valor ornamental. No fue hasta el siglo XIX cuando comenzó su verdadera explotación industrial para la obtención de su aceite destinado a la alimentación humana.
Industrialmente, como fuente de grasas y energía, además de hidratos de carbono y proteínas, su principal destino productivo es la extracción de aceite (aceite de girasol) y para alimentación forrajera, ya sea en bruto o elaborada en harina de girasol por ejemplo. Con el girasol se componen dietas de alimentación para aves, ovinos y bovinos, siendo un valioso alimento proteico.
Tipos y descripción del girasol
Hay diferentes tipos y subespecies de plantas de girasol y según estas pueden ser cultivadas tanto como planta ornamental para jardinería o como flor cortada, para su consumo humano (pipas de girasol), oleaginosa para la obtención de aceite (aceite de girasol) y como forrajera para la alimentación del ganado. En nuestro huerto urbano, solo la cultivaremos desde un punto de vista ornamental o para consumo de sus pipas. Ojo, en cualquiera de los casos mencionados, siempre hay un componente ornamental, pero se hace la distinción porque los tipos ornamentales priman más la espectacularidad de su llamada ‘flor’ que la producción que pueden dar.
Como introducción a la planta de girasol, indistintamente del tipo y subespecie, su nombre científico es Helianthus annuus, pero todos la conocen como girasol y pertenece a la familia Asteraceae.
Es una planta anual con una raíz pivotante del que depende un sistema de raíces secundarias de las que se emiten terciarias, siendo estas últimas las que más exploran el suelo tanto en sentido horizontal como vertical. Este factor es importante ya que para su cultivo en maceta cuanto más alta sea esta mejor. En campo, su raíz principal puede sobrepasar la altura del tallo. Evidentemente un problema radicular tendrá como consecuencia una merma de producción de pipas.
Su tallo es de consistencia semileñoso, cilíndrico y macizo en su interior. Su altura depende de muchos factores, tanto genético como de cultivo pero para tener una idea puede alcanzar alturas comprendidas entre los 30 centímetros y los 2 metros. Este tallo tiene la peculiaridad de que cuando la planta llega a su madurez, se inclina en la parte terminal debido al peso del capítulo (la llamada flor).
A lo largo de su tallo se emiten hojas alternas que suelen ser grandes y largamente pecioladas, de color verde oscuro a verde amarillento según variedad y poseen vellosidad tanto por el haz como por el envés.
La llamada flor del girasol es en realidad una gran inflorescencia, un receptáculo floral o capítulo que puede poseer una forma ligeramente plana, cóncava o convexa. Esta inflorescencia es técnicamente un capítulo y posee la capacidad de rotar y además está rodeado por brácteas involucrales (conjunto de brácteas que rodea o envuelve a un órgano de la planta) de color amarillo. En él se distribuyen sus verdaderas flores, que son muchísimas: entre 700-3000 en el caso de variedades para aceite, y de hasta 6000 o más en variedades destinadas a su consumo directo. Pero no todas estas flores cumplen la misma misión ya que las hay ubicadas hacia el exterior del capítulo con la función exclusiva de atraer a los insectos polinizadores y las del interior que son las que realmente se fecundan y dan las pepitas. El principal insecto polinizador del girasol es la abeja melífera y su presencia es fundamental para garantizar su fecundación y fructificación.
Ya fecundadas sus flores se crean los frutos, técnicamente denominados aquenio y que cada uno contiene una semilla.
El cultivo del girasol lo desarrollamos en otro artículo, pero os adelantamos que partiremos de la compra de un sobre de semilla y es precisamente en él, donde nos darán la información del tipo de girasol que vamos a sembrar. Es muy importante elegir correctamente el tipo y variedad para no llevarnos desilusiones al finalizar su cultivo.