Conocer adecuadamente las diferentes materias activas que disponemos para mejorar los cultivos es fundamental. En este artículo nos vamos a centrar en la Glicina betaína, una materia activa dentro de la especialidad de bioestimulantes agrícolas.
La Glicina betaína, químicamente hablando, es una amina cuaternaria. Un compuesto no iónico que sintetizan las plantas como respuesta adaptativa a situaciones de déficit hídrico, produciendo un efecto osmoprotector a nivel celular. Así, esta cualidad les ayuda a desarrollarse en condiciones ambientales de cultivo adversas, dentro de un marco al que llamamos estrés abiótico, ya sea causado por un déficit hídrico, un exceso de salinidad en el suelo, el frío, el calor, alta radiación lumínica, etc.
Destacamos que nos referimos a la Glicina betaína como bioestimulante agrícola y no como fertilizante, aunque en algunos catálogos de ciertas empresas fabricantes de agronutrientes lo incorporen en ellos. Y lo hacen porque es una materia activa que suele formar parte de sus formulados, junto a otros elementos como por ejemplo el potasio y otras sustancias orgánicas.
¿Qué es el efecto osmoprotector?
Cuando nos referimos a la palabra osmoprotector, lo hacemos como definición de un proceso natural que activan las plantas para compensar sus desequilibrios de densidad celular y protegerse así de la deshidratación.
Cualquier planta, cuando se ve sometida a un estrés hídrico pone en marcha una serie de respuestas:
- A nivel celular al disminuir la cantidad de agua en el medio, se produce un flujo de agua del citoplasma hacia el exterior de la membrana, produciendo una pérdida de turgencia en los tejidos y una disminución de la tasa fotosintética de la célula.
- La planta empieza a sintetizar sustancias que compensen la concentración de solutos del citoplasma con la que tiene en el medio exterior y evitar la salida excesiva de agua de las células.
En esta especialidad no solo está la Glicina betaína, también actúan otras materias como la prolina, el manitol y los azúcares. Todas ellas son sustancias con efecto osmoprotector que le sirven a la planta para equilibrar el balance hídrico celular.
Efectos de la Glicina betaína sobre las plantas
Su aplicación en la nutrición vegetal aporta en primer lugar un ahorro energético, pues la planta no tiene que sintetizarla. En segundo lugar, nos garantiza una respuesta más rápida de la planta al estrés provocado por la falta de agua, temperaturas extremas, radiación lumínica excesiva y salinidad, antes referidas estrés abiótico.
Gracias a la aportación de la Glicina betaína, la velocidad de reacción de la planta será más eficiente, permitiéndole una mayor capacidad para realizar la fotosíntesis, garantizando una mejor realización de todos los procesos bioquímicos que se producen a nivel celular. Esto tiene como consecuencias entre otros efectos:
- Un mejor desarrollo y calidad de polen en momentos de condiciones ambientales adversas.
- Una mejora en la absorción de nutrientes porque la planta puede tener durante más tiempo abiertos sus estomas sin temor a la deshidratación, favoreciendo la entrada de nutrientes en la planta, mejorando la producción y la calidad de los frutos tratados con Glicina betaína.
Diferentes tipos de Glicina betaína
La Glicina betaína puede ser de origen natural y de síntesis. Las dos son utilizadas como bioestimulante agrícola, si bien la diferencia entre ellas es tenida en cuenta por técnicos agrícolas en el uso de sus cultivos.
Glicina betaína de origen natural
La de origen natural procede de extractos de melaza de remolacha (Beta vulgaris); es un tubérculo de gran riqueza en esta sustancia y es un producto con gran compatibilidad biológica con la Glicina betaína que sintetizan las plantas y que está admitida en agricultura ecológica y no da ningún problema en tratamientos foliares.
Glicina betaína de síntesis
La de síntesis se puede obtener por reacción de Ácido cloroacético con trimetilamina. Esta reacción se lleva a cabo calentando una mezcla de los productos de partida en agua y al comercio llega tanto como tal como en forma de su monohidrato.
Beneficios de la aplicación de Glicina betaína en plantas
Con la aplicación sobre el cultivo, al estar la planta preparada para superar el estrés abiótico, las células de la planta no verán disminuida su turgencia, ni la tasa fotosintética se verá afectada de la misma forma que en plantas que no hayan sido tratadas con una fuente exógena de Glicina betaína.
Sus beneficios serán visibles en las diferentes fases fenológicas del cultivo:
- Una mayor viabilidad de polen que favorece un aumento en el número de frutos cuajados.
- Una mejora en cuanto a calibre.
- Un “llenado de frutos” como consecuencia de una mejor tasa fotosintética en los cloroplastos.
Venta de productos con Glicina betaína
Las empresas de productos nutricionales han puesto en el mercado tanto productos sólidos como líquidos. En ambos casos son productos que tienen una fácil disolución.
En el ámbito de la formulación, encontramos productos en su forma técnica y otros que llevan en su composición también otros compuestos igualmente osmoprotectores y/o que facilitan la asimilación de la Glicina betaína por la planta, pudiendo reducir la cantidad de esta materia activa necesaria en el tratamiento, buscando una sinergia con el potasio que facilita la reactivación del movimiento de savia y son más efectivos en casos de salinidad.
Existen en el mercado abonos orgánicos de origen vegetal a base de vinaza de remolacha que de forma natural aportan Glicina betaína asimilable por la planta y que por su relación calidad/precio, son una fuente muy interesante como aporte continuo durante todo el ciclo productivo. Además, estos productos cumplen con el Reglamento (CE) 834/2007 como insumo en agricultura ecológica.
Por poner como ejemplo un producto de alta calidad rico en Glicina betaína, potasio y otras sustancias orgánicas, procedentes de extracto de melazas y vinazas de remolacha, referenciamos a GLYBET, que se puede aplicar tanto vía foliar como vía suelo a través del agua de riego, en cualquier época y en todo tipo de cultivo. Este producto es fabricado por JISA Advanced Agro.
Modo de aplicación de la Glicina betaína
Los productos formulados con Glicina betaína se pueden aplicar bien en el riego o por pulverización foliar. Cualquiera de las dos formas es igual de válidas, aunque en la medida de lo posible se recomienda alternarlas.
Hay que tener presente que la nutrición foliar es una herramienta muy útil en momentos específicos de los cultivos, en este caso se recomienda usar siempre algún producto con efecto mojante para que el producto esté durante más tiempo en contacto y mejore su eficacia.
Cultivos recomendados para la aplicación de Glicina betaína
Los beneficios agronómicos de los que estamos hablando sirven para cualquier cultivo. Los resultados serán mayores en cuanto tengamos cultivos más sensibles al estrés y condiciones más adversas que puedan afectarles.
El número de repeticiones y las dosis a utilizar dependerá de cuál es el resultado que buscamos y que nos aporte mayor beneficio económico. La nutrición vegetal siempre hay que verla como una inversión y no como un gasto, pues puede incrementar la producción y la calidad del producto en mayor medida que la inversión efectuada en ella.
La premisa debe ser incorporar Glicina betaína en las células vegetales de la planta para cuando se vea afectada por un estrés abiótico, esté preparada para una respuesta rápida y eficaz que mitigue sus efectos.
Por poner algunos ejemplos de su aplicación, está indicado en cultivos hortícolas de frutos como tomate, pimiento, berenjena, tomate de industria, etc. hortícolas de hoja como lechuga, col, brócoli, etc., frutales de hueso y pepita, cítricos, fresas, vid, olivo, plátano, cereales, patata, y cultivos tropicales.
¿Por qué aparecen productos de este tipo en el mercado?
Durante estos últimos años, la nutrición vegetal está evolucionando hacia el aporte de sustancias a la planta que proporcionen un efecto bioestimulante o que amortigüen los diferentes grados de estrés, tanto del tipo biótico como abiótico, a los que se ven sometidas. Así como ayudar a que las variedades se acerquen lo más posible a todo su potencial genético.
Para la elaboración de este artículo hemos contado con la colaboración de D. José Antonio Yélamos, Ingeniero Agrónomo y responsable técnico-comercial de la compañía JISA Advanced Agro, en la cual también participa activamente en la formulación de nuevos productos nutricionales.
JISA Advanced Agro está dedicada desde 1989 a la fabricación y comercialización de agronutrientes, bioestimulantes agrícolas y microrganismos para el suelo. Actualmente, sus productos son comercializados tanto en el mercado nacional como internacional con presencia en más de 20 países.
Destacar que JISA Advanced Agro es socio fundador tanto de AEFA (Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes) participando de forma activa en ella, así como de AEVAE (Asociación Española para la Valorización de Envases), participando así de forma comprometida en áreas como la Economía circular y cuidado del medio ambiente.