La fibra de coco para sustrato es una materia prima que tiene la particularidad de utilizarse sola en el caso de cultivo en hidroponía o cultivo sin suelo, como así también se le denomina, o bien formando parte de fórmulas de sustratos para semilleros, para cultivos de plantas ornamentales e incluso en jardinería para mejorar las condiciones físicas de un terreno.
En primer lugar, se debe tener en cuenta que no toda la fibra de coco que hay en el mercado es válida como sustrato, ya sea para su cultivo directo o en mezcla. Las características físicas (grosor y longitud de las fibras) y químicas (posible contenido de sales), pueden hacer que una determinada fibra de coco no sea viable en agricultura.
Esto no quiere decir que la fibra de coco sea buena o mala, sino que sea o no adecuada según sus características, para un determinado fin. La fibra de coco tiene muchos mercados además del agrícola, como por ejemplo el textil, la construcción, insonorización, moquetas, felpudos, etc.
Procedencia de la fibra de coco.
La fibra de coco se extrae de los frutos del cocotero (Coco nucifera). Una especie de palmera de interés agronómico perteneciente a la familia Arecaceae.
Su cultivo se realiza en zonas lindantes de playas tropicales arenosas del mar Caribe, océano Índico y Pacífico, donde también crece de forma silvestre. Una de las áreas de mayor producción, o al menos más famosa, se encuentra en la Isla de Sri Lanka (Ceilán), nación insular al sur de la India, en el océano Índico.
El fruto del cocotero se compone de:
- Mesocarpio. Parte del fruto que envuelve la semilla. De él se extrae su fibra que tras diferentes procesos mecánicos y de selección se obtienen las diferentes referencias de fibras de coco. Según sus longitudes y características, se destinarán a un mercado u otro. Las fibras más finas y polvo se derivan a la agricultura mientras que las más largas van a otras industrias.
- Endospermo. Es la parte interna del fruto y es la llamada semilla. Se recolecta para diferentes fines alimentarios como leche de coco, manteca, aceite, coco rallado, coco para consumo en fresco, aromas, etc. o para viveros donde se siembran y plantan para su venta en maceta o como palmeras para jardinería.
Cómo se obtiene la fibra de coco para agricultura.
Como se ha avanzado, no toda la fibra de coco obtenida del mesocarpio es válida para la agricultura. A continuación, hacemos un breve repaso por todos los pasos por los que pasa, desde su extracción hasta que queda lista para entrar en los circuitos comerciales en función de sus características.
Recolección de los frutos (cocos).
Los cocos se recolectan directamente de las palmeras (cocotero – Coco nucifera) por personal, normalmente de la zona. De allí se llevan a la planta de procesado.
Extracción de su semilla del coco.
En la planta de procesado, se extrae su endospermo (semilla) para usos relacionados con las semillas para viveros y sobre todo la extracción de productos para la alimentación y cosmética. Su cáscara (la semilla), también tiene diversos usos: triturada para otros fines, o en piezas como elementos para la elaboración de artículos relacionados con la decoración.
Molienda del mesocarpio.
La parte externa, el mesocarpio, una vez seco es molido y de él se obtiene su fibra como producto base.
Clasificación granulométrica de las fibras de coco.
Las fibras procedentes del molido, son separadas por tamaños, dando lugar desde fibras gruesas y largas a muy cortas, también llamado polvo de coco.
Las de determinadas longitudes y grosores, especialmente partículas gruesas y finas y fibras cortas, son las destinadas a la agricultura. Recordemos que su calidad influirá de forma determinante en sus propiedades físicas y como consecuencia, en su comportamiento en cultivo y técnica empleada.
Lavado de las fibras de coco.
Todo el proceso de cultivo y manipulación previa (lavado de los frutos) se realiza en ambientes salinos, propio de su cercanía al mar. Para eliminar la presencia de sales, especialmente las de cloruro sódico, estas fibras son sometidas al lavado con agua dulce, procedente de pozos o ríos cercanos.
El lavado de estas fibras, en el caso de su uso en agricultura, puede tener un segundo en destino, según el fabricante final.
Compactación de la fibra de coco.
Las zonas de producción están muy alejadas de las zonas de consumo. Para su transporte y manipulación, estas fibras de coco ya seleccionadas suelen ser sometidas a un proceso de compactación hasta darles forma de ladrillos, tablas o bloques.
También existe la modalidad de venderse a granel con la fibra suelta, en tal caso se almacena en big-bag o carga en remolques de camiones directamente.
Transporte de la fibra de coco: bloques, a granel, etc.
Si la fibra de coco ha sido compactada, abaratará considerablemente su transporte. Independientemente de si está compactada o no, su transporte suele ser en contenedores vía barcos cargueros. Por supuesto, también se considera la modalidad de transportarse a granel en las bodegas de barcos.
Descompactación de la fibra de coco para cultivo.
Llegada a la empresa de destino, los bloques de fibra de coco se someten a una descompactación mediante hidratación o molienda.
Las empresas fabricantes de elaborar el producto final, pueden someter esta fibra a un segundo lavado. Seguidamente se procede a su secado y combinación de tamaños de fibra. Y posteriormente a su envasado comercial, distinto según el mercado de destino.
La fibra de coco para su uso en jardinería.
La fibra de coco para su uso en jardinería, es empleada para mejorar las características del terreno sobre el que se cultiva.
Esta fibra aporta mayor aireación, descompactando los terrenos muy arcillosos. Se utiliza sustituyendo en parte a otros productos como la arena o la arcilla expandida. Con la fibra también se aporta materia orgánica, pero al ser muy lignificada no debe contemplarse como tal, porque su incorporación será lenta. Necesita varios años para descomponerse.
Por lo tanto, partiendo de un suelo concreto sobre el que se va a realizar una siembra de césped, por ejemplo, se aportará si así se necesita, materia orgánica (mantillo, recebo, estiércol o compost), arena y fibra de coco.
En tal caso, se distribuirían los tacos por la superficie a implantar. Se regarán para hidratarlos, momento en el que ellos solos se descompactan, se redistribuye y mediante un motocultor se mezcla con el suelo existente, junto con los demás posibles ingredientes aportados (materia orgánica, arena, fertilizantes, etc.).
En jardinería, con el aporte de fibra de coco se mejora tanto su permeabilidad como su estabilidad.
La fibra de coco para el cultivo de plantas ornamentales.
El uso de la fibra de coco para plantas ornamentales, está centrado en la elaboración de sustratos para el cultivo de plantas, tanto de interior como de exterior, en maceta.
También se utiliza en la elaboración de sustratos para semilleros o esquejes.
En todos los casos, se utiliza como una de las materias primas para la elaboración del sustrato final, participando entre un 10 y un 25% de la mezcla junto con turbas rubias y/o negras, perlita, etc.
La fibra de coco para uso en semilleros hortícolas.
La fibra de coco es una de las materias primas utilizadas en la elaboración de sustratos para semilleros. El sustrato final es muy apreciado por los agricultores.
En esta composición, también incorporan turba rubia y negra en diferentes proporciones, perlita o vermiculita. La fibra de coco utilizada es de fibra muy corta, para el llenado correcto de los alvéolos.
La fibra de coco para el mercado de la bricojardinería
La fibra de coco en bricojardinería se comercializa en pequeños bloques de diferentes formas y peso según el fabricante: tacos, ladrillos, pastillas, placas, etc.
En el mundo hobby, el consumidor lo puede encontrar en centros de jardinería, floristerías, agricentros, grandes superficies y demás puntos de venta especializados.
Una vez adquirido, su uso en este segmento de mercado suele estar dirigido a su mezcla con las tierras o sustratos de cultivo para mejorar sus características fisicoquímicas.
Destacar que hay empresas que venden online la fibra de coco en bloques. Por ejemplo Gardenweb.
Fibra de coco para cultivos hortícolas y frutales al aire libre.
El cultivo hortofrutícola se encuentra en pleno avance tecnológico y una muestra de ello es, por ejemplo, el cultivo en contenedor de ciertas hortícolas y frutales al aire libre.
Algunas especies en cultivos que tradicionalmente se han cultivado sobre el terreno, actualmente se están realizando sobre grandes contenedores o sacos de cultivo con un sustrato prefabricado acorde a las necesidades óptimas de la especie en cuestión.
En este sustrato, la fibra de coco es una de las materias primas principales. El resultado es la mejora de la rentabilidad por tener un mejor control del sistema radicular y nutrición, a la vez que permite su cultivo en zonas donde las características del terreno lo hace inviable.
Es una técnica de cultivo más reciente pero que se está introduciendo con éxito. Por poner algunos ejemplos, cultivos como la frambuesa o el arándano, ya se cultivan en importantes superficies en diferentes zonas del mundo.
Fibra de coco en cultivos hortícolas en hidroponía.
Uno de los grandes mercados de la fibra de coco para hidroponía es en cultivos hortícolas de alto rendimiento. Aunque se pueden realizar al aire libre, lo más común es que se realicen estos cultivos bajo invernadero.
La fibra de coco en hidroponía o cultivo sin suelo, se utiliza 100% puro, entrando en el catálogo de sustratos disponibles junto a la perita, arena, picón o lana de roca, por ejemplo.
Su técnica de cultivo está muy desarrollada y los técnicos de campo gestionan adecuadamente la fertirrigación de sus cultivos en este sustrato. Esta técnica variará en función de la especie e incluso variedad utilizada, tipo de instalación e incluso el modelo del recipiente de sustrato utilizado.
Los agricultores que optan por la técnica de cultivo de hidroponía sobre fibra de coco, pueden optar por varios sistemas. Entre ellos:
Canales de cultivo.
Son canales fabricados con policarbonato o polipropileno que, forrados o no con film de polietileno, conforman una especie de bancales que se rellenan de sustrato sobre los que se plantan las especies a cultivar. El sustrato puede ser 100% de coco o en mezcla. Esta técnica es empleada, además de con plantas hortícolas, con ornamentales, especialmente para cultivo de plantas madres y flor cortada.
Sacos almohada de cultivo.
Es uno de los métodos más utilizados. En sí equivale a los tradicionales sacos de cultivo muy similares a los sacos de perlita para hidroponía. Estos son colocados en línea y sobre ellos se plantan varias plantas. Más o menos en función del volumen y longitud del saco.
Sacos de cultivo de gran tamaño.
Son similares a los utilizados en el exterior en cultivos frutales. Son grandes sacos de diferentes tamaños y volúmenes. En cada uno de ellos se planta un arbusto o frutal y se cultiva bajo invernadero. Suelen cultivarse frutales de clima tropical.
Contenedores de cultivo.
Hay contenedores de plástico o poliestireno expandido. Es un cultivo en maceta y en hidroponía en la que en su utilización contempla una sola planta por contenedor.
Abonos para el cultivo en fibra de coco.
El uso de la fibra de coco en hidroponía y la fertilización van extremadamente unidos. La fibra de coco es un material orgánico y muy estable, a la vez que posee dos claras diferencias respecto a otros tipos de sustratos como la perlita o la lana de roca, ambos inertes.
Una de ellas es su elevada capacidad de intercambio catiónico y la otra su carácter orgánico. Entre las dos, facilita la posibilidad de mantener una fertirrigación intermitente, a la vez que le confiere una cierta actividad biológica. Estos factores deben tenerse en cuenta a la hora de su fertilización.
Desde un punto de vista agronómico, las propiedades bioquímicas de la fibra de coco, le otorgan características de manejo bastante similares a las del suelo. Gran cantidad de coloides orgánicos, presencia de actividad microbiana, fuerzas capilares tremendamente importantes, etc. son ejemplos del por qué.
Las empresas fabricantes de fertilizantes, elaboran sus catálogos con especialidades agronuticionales que en su conjunto pueden satisfacer todas las necesidades de la planta en cultivo y estado fenológico. En esta última etapa, además de los fertilizantes especializados en la nutrición vegetal, han entrado en escena los bioestimulantes agrícolas, que permiten actuar en momentos estratégicos del cultivo que contribuyen a obtener su máxima rentabilidad.
Los fertilizantes utilizados en cultivo sin suelo, obedecen a fórmulas técnicamente bien elaboradas por su fabricante, con un contenido exento o mínimo de sales no deseadas. Y por supuesto, 100% solubles en agua y con la capacidad de no obstruir los goteros.
¿Se puede cultivar agricultura ecológica sobre fibra de coco?
En una agricultura ecológica, uno de los factores más relevantes a tener en cuenta es el de los fitosanitarios que se utilicen.
Un cultivo ecológico va avalado por una normativa y certificación concreta. Esta es diferente según países y a día de hoy, al margen de que el coco es una materia orgánica, no se avala su uso en un contexto de agricultura en hidroponía.
Sí en cambio, puede utilizarse en una agricultura respetuosa con el medio ambiente y libre de residuos.
Recordemos que la fibra de coco es:
- Un material procedente de plantaciones controladas de cocoteros (Coco nucifera).
- No se esquilman minas y espacios naturales.
- Es biodegradable.
- No causa impacto tras su vida útil.
- Aporta ventajas sociales porque transfiere valor económico a los países de origen, sobre todo a los de zonas tropicales en desarrollo donde se cultivan estas palmeras.
Al margen de ello y ya que estamos ante un cultivo hidropónico, para una agricultura respetuosa con el Medio Ambiente y libre de residuos, por parte de los fertilizantes, estos deben cumplir con las normativas vigentes de cada país.
Para ello, el agricultor encuentra en el mercado un completo catálogo con especialidades de bioestimulantes para plantas con abonos orgánicos, extractos de algas, aminoácidos, bioestimulantes especiales y microorganismos; mejoradores del suelo con ácidos húmicos y correctores de salinidad; nutrición vegetal con abonos foliares líquidos, abonos foliares sólidos, abonos cristalinos, correctores quelatados y correctores de carencias; y abonos ecológicos en el que se agrupan soluciones ECO para todas las necesidades en agronutrición en sus diferentes etapas de cultivo.