La sanidad de los huertos urbanos es un factor vital y que requiere de nuestra máxima atención durante todo el tiempo. No importa la estación del año en la que nos encontremos ni qué cultivos estemos llevando a cabo: siempre hay el riesgo de que una plaga o enfermedad haga acto de presencia.
Un huerto urbano sano implica obtener de él una producción sana, de calidad y en mayor cantidad que cuando no lo está.
Para mantenerlo exento de plagas y enfermedades siempre podemos optar por utilizar productos químicos, biológicos o ambos según deseemos realizar una agricultura tradicional, ecológica o integrada. En estos dos últimos casos oímos con frecuencia términos como feromonas, trampas y OCB (Organismos de Control Biológico). Pero ¿qué son? Para ello hemos entrevistado a Néstor Coltell Simón, Director de I+D+i de la empresa Biagro S.L., y coordinador de la división de feromonas, trampas y OCB de AEFA (Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes), quien nos informa sobre este mercado a nivel profesional, pero que también tiene una aplicación directa y creciente en la gestión sanitaria de los huertos urbanos.
Feromonas, trampas y OCB,s. ¿Nos puede situar en este segmento relacionado con los medios de defensa fitosanitaria?
Actualmente, este negocio ha tenido un crecimiento exponencial, sobre todo desde que se desarrollaron y se registraron los sistemas de confusión sexual, captura masiva y atracción y muerte.
Haciendo un breve recordatorio, podemos decir que las feromonas son productos orgánicos emitidos por los insectos. Son mensajeros químicos que provocan una respuesta en otros individuos de su misma especie que les obliga a adoptar un tipo de comportamiento determinado.
Las feromonas se pueden clasificar en: sexuales, de agregación, trazadoras, de alarma, disuasorias, etc., de acuerdo con el tipo y reacción que provocan.
¿Cuáles son las más interesantes?
Las feromonas sexuales son las que han sido más interesantes hasta ahora en el manejo integrado de plagas y las que más se han desarrollado. Son sustancias emitidas por las hembras de los insectos (normalmente alcoholes de larga cadena y terpenos) y que sueltan en el aire con la función de atraer a los machos de su misma especie, incluso desde grandes distancias, para proceder al apareamiento.
Aunque la existencia de las feromonas se conoce desde hace siglos, las primeras de ellas se identificaron en la década de los 50 (sobre el año 1959). El verdadero desarrollo de este negocio fue durante la década de los 60 y 70, cuando se empezó con la fabricación industrial de semioquímicos muy similares a las feromonas naturales que producen los insectos, y que hacían la misma función y resultaban mucho más económicos.
Durante muchos años, las feromonas se han estado utilizando principalmente para la identificación de plagas y para el seguimiento de las curvas de vuelo de éstas, y así tener una idea aproximada del momento oportuno de tratamiento químico para conseguir una óptima eficacia.
Posteriormente se fueron desarrollando otros métodos para intentar controlar la plaga y evitar, o disminuir, la aplicación de productos químicos. Es cuando nació la captura masiva y la confusión sexual.
¿En qué consisten la captura masiva y la confusión sexual?
La captura masiva consiste en la colocación de un número elevado de trampas con feromona en la zona en cuestión, para intentar capturar el máximo número de insectos (ya sean machos o hembras) y bajar el nivel poblacional en la zona, y así tener menos problemas de daños en la cosecha. Este tipo de sistemas se emplean principalmente en Mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata), Mosca del Olivo (Dacus oleae), Sesia del manzano (Synanthedom myopaeormis…).
La confusión sexual consiste en evitar el apareamiento del insecto plaga en cuestión, mediante la colocación de un número suficiente de feromonas para que se forme una nube feromonal en el espacio donde desarrollan su actividad biológica machos y hembras, y de esta forma son incapaces de encontrarse.
Ambos sistemas son selectivos, ecológicos y bastante eficaces, lo que les hace totalmente adecuados para la Gestión Integrada de Plagas.
¿Qué avances se están produciendo en esta materia?
Durante estos últimos años, se ha desarrollado un nuevo método llamado atracción y muerte.
Este método consiste en mezclar un insecticida con un atrayente en una misma trampa, con lo que el insecto, principalmente la hembra, es atraída hacia la trampa y muere al entrar en contacto con el insecticida.
Son métodos que se han desarrollado principalmente contra dípteros (Ceratitis capitata, Bactrocera oleae, etc.).
¿Nos puede aportar cifras sobre el volumen de negocio de estos productos?
No hay datos exactos en cuanto al número de hectáreas que se están utilizando en cada uno de estos sistemas, pero a groso modo podemos decir que actualmente se estarían colocando en España más de 30.000 hectáreas de confusión sexual y 100.000 hectáreas de captura masiva y captura y muerte en cultivos de naranjo, frutales, caqui, etc. en toda España.
Esto, unido a las feromonas de monitoreo, trampas que se utilizan para todo tipo de cultivos (trampas delta, funnel, mosqueros, trampas amarillas con pegamento), OCB,s (insectos útiles, abejas, abejorros, etc.) puede generar un negocio que estará por encima de los 100 millones de euros, que se reparte entre varias empresas del sector, algunas de ellas integradas en AEFA y otras en IBMA España (International Biocontrol Manufacturer´s Association).
¿Existe una reglamentación para estos productos?
En cuanto a la reglamentación de las feromonas y haciendo también una breve historia, podemos decir que cuando surgieron las primeras feromonas sintetizadas de monitoreo por los años 1960, se procedió a su registro como fitosanitario. Sin embargo, viendo que la cantidad de sustancia utilizada en cada cápsula de feromona era muy pequeña (1 mg de media), que se ponían 1 ó 2 trampas/ha y además la feromona se utilizaba dentro de trampas que no entraban en contacto con el cultivo, se procedió a la exención del registro, pudiendo venderse libremente.
Con la captura masiva pasaba más o menos lo mismo, cosa que no ocurrió con la confusión sexual en su aparición, ya que en este caso se consideraba que la sustancia activa que se colocaba por hectárea era más elevada (unos 50 gramos de media) y por tanto se tenía que registrar como producto fitosanitario dentro de la directiva 91/414 CEE.
Cuando apareció la Orden APA 1470/2007, las feromonas para monitoreo, trampas y organismos de control biológico quedaron encuadradas dentro de ella, el procedimiento en este caso era una mera notificación, con lo que ya se podía comercializar el producto.
Néstor Coltell Simón
Es Ingeniero Agrónomo por la Universidad Politécnica de Valencia y actualmente trabaja como Director de I+D+i en la empresa Biagro S.L., empresa co-fundadora de AEFA (Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes) en el año 1997, ostentando los cargos de Secretario de esta asociación durante los años 2003 al 2008 siendo actualmente vocal de ésta desde el año 2009.
D. Néstor Coltell Simón posee una amplia experiencia en el sector de las feromonas, trampas y OCB (Organismos de Control Biológico) ya que ha estado involucrado en el negocio de las feromonas y trampas para la atracción de insectos desde el año 1992, cuando aún era un negocio incipiente, poco desarrollado y que manejaban unas pocas empresas en nuestro país.
Más información: www.aefa-agronutrientes.org