Como en el caso de las plagas de la cebolla y calçots, en este artículo nos centramos sobre las enfermedades de la cebolla y calçots conjuntamente ya que al tratarse los calçots de una cebolla que se cultiva y consume de forma diferente, puede ser atacada por las mismas enfermedades.
En los huertos urbanos no se suelen dar muchos problemas de enfermedades en este cultivo ya que suele rotarse con cierta facilidad sobre la zona de cultivo. Los motivos suelen ser dos: uno porque en un huerto urbano conviven muchas especies en cultivo puesto que no hay mucha cantidad de cada una de ellas y otra porque en el caso de cultivarlas en jardineras o contenedores, el sustrato suele cambiarse con cierta frecuencia.
De todos modos, el mejor método de control sanitario es la prevención y podemos evitar gran cantidad de problemas de enfermedades manteniendo unas buenas prácticas agrícolas. Estas comienzan con la adecuada selección del plantel, evitando que ya esté infectado por alguna enfermedad o bacteria. Otra es mantener y respetar su adecuado marco de plantación para evitar cultivar plantas con mucha densidad y favorecer así la ventilación. También es muy importante cultivarlas a pleno sol, para que cebollas y calçots crezcan fuertes y compactos. Y por último y no menos importante, mantener un equilibrado nivel de fertilización dado que una planta bien alimentada es mucho más resistente tanto a plagas como enfermedades.
A continuación mencionaremos las enfermedades de la cebolla y calçots más comunes pero no aconsejaremos productos para su control. El motivo es que la legislación está cambiando continuamente y es muy frecuente ver como muchas de las materias activas que hoy se pueden emplear, son eliminadas del mercado o desaconsejado su uso en determinados cultivos. En este sentido, hay una tendencia al uso de bioestimulantes agrícolas y microorganismos de aplicación al suelo que hacen que las plantas sean más resistentes y evitar así el uso de fungicidas de origen químico. Lo mejor llegado el momento, consultar o buscar el asesoramiento técnico de la empresa que nos venden las semillas o planteles de cebollas.
Enfermedades más comunes de la cebolla y los calçots
El Mildiu (Peronospora destructor o schleideni). Con un tiempo cálido y húmedo se favorece el desarrollo de esta enfermedad que se muestra sobre las hojas nuevas apareciendo unas manchas alargadas que se cubren de un fieltro violáceo. Si el ataque perdura y no se controla los extremos superiores de las plantas mueren totalmente y los bulbos no llegan a madurar. El Mildiu se propaga por los bulbos en el caso de los calçots, por las semillas o por el suelo.
Una de las medidas culturales eficiente para su prevención es cultivar la cebolla sobre suelos ligeros, sueltos y bien drenados.
Roya (Puccinia sp.). La roya ataca a todas las plantas de grupo como el puerro, el cebollino, etc. siendo el más sensible de todo el ajo. Sus primeros síntomas aparecen a principios de mayo y origina manchas de color pardo rojizas que después toman coloración violácea, en las cuales se desarrollan las uredosporas. Las hojas afectadas se secan prematuramente y llegan a conseguir que la planta paralice su desarrollo.
Carbón de la cebolla (Tuburcinia cepulae). En su inicio empiezan a aparecer estrías de color gris plateado que con el tiempo llegan a ser negras. Si el ataque se produce en el estado de plántulas las plantas afectadas mueren. El ataque comienza con la germinación de las semillas debido a que el hongo persiste en el suelo cultivo tras cultivo.
Podredumbre blanca (Sclerotium cepivorum). Las plantas afectadas se cubren con una especie de fieltro blanco algodonoso en las que en ocasiones se pueden apreciar pequeños esclerocios sobre la superficie de los bulbos. Los ataques se centran tanto en el momento en que brotan las plantas como al aproximarse la recolección. Como consecuencia del daño radicular sus hojas van presentando un color amarillo y finalmente muere la planta.
Abigarrado de la cebolla. Esta es una enfermedad causada por virus que se trasmite por diversas especies de pulgones. Tras su infección se denota que las hojas toman un verdor más pálido y aparecen unas largas estrías amarillas. Como consecuencia las plantas se debilitan y mueren.
Tizón (Urocystis cepulae). Esta enfermedad también ataca con frecuencia a ajos, cebollinos y puerros. Es una enfermedad que se trasmite por el suelo. La infección comienza atacando a las primeras y jóvenes hojas cercanas a la superficie del suelo. Una vez infectada la plántula, el hongo se propaga por toda ella. Los síntomas del ataque del Urocystis cepulae se manifiestan en forma de bandas de color plomo que cuando revientan salen unas masas negras polvorientas compuestas por esporas. Estas esporas caen al suelo y lo dejan contaminado e inútil para la siembra de cebollas durante un largo periodo de tiempo.
Punta blanca (Phytophtora porri). Ataca también a puerros y ajos. Los extremos de las hojas de las plantas afectadas llegan a tener un aspecto blanco muy similar a como si estuvieran blanqueadas por las heladas. Estas hojas infectadas se pudren y con el tiempo la planta entera también. Como medida cultural se recomienda rotar el cultivo y no repetirlo en el mismo terreno en tres años en el caso de haber existido un ataque.
Botritis (Botrytis squamosa). Aparece sobre toda la hoja unas características manchas de color blanco amarillo. Cuando el ataque es severo se produce necrosis foliar y la planta muere. Le favorecen las condiciones de humedad y temperatura baja.
Alternaria (Alternaria porri). Las plantas afectadas manifiestan al principio unas lesiones blanquecinas sobre la hoja que inmediatamente se vuelven de color marrón. Cuando el hongo esporula estas lesiones toman una tonalidad púrpura.