En ocasiones me preguntan por qué no escribo en esta web sobre mi huerto urbano, en concreto en la sección de ‘el huerto urbano de’ y esta pregunta, tan reiterada en el tiempo ya tiene contestación: aquí lo tenéis.
Para mí, tener un huerto urbano tiene muchos alicientes tanto profesionales como a nivel de hobby. Por una parte, como director comercial de Condelmed, mi huerto urbano me permite hacer “escapadas” ideales para desconectar de muchas horas diarias empleadas en atender a mis clientes, viajar, reuniones, toma de decisiones, etc. sé que hay otras opciones como por ejemplo los gimnasios, pero para mí no es lo mismo ni muchísimo menos.
Otro factor de por qué lo tengo es precisamente por su vinculación con mis actividades relacionadas con este mundo del cultivo de frutas y hortalizas. Asesoro en esta materia a particulares y empresas, doy conferencias al respecto, escribo en diferentes medios de comunicación, coordino este canal, etc. y por lo tanto me viene muy bien para familiarizarme con los cultivos, experimentar con las especies y variedades, probar diferentes métodos de cultivo y como no, obtener material fotográfico para documentar los trabajos de comunicación antes mencionados. También debo decir que el viverismo, sobre todo en plantas de interior fue mi profesión inicial y en la que ejercí mis estudios técnicos.
Este huerto urbano también ha sido motivo de reportajes en prensa y un programa de televisión, en el que hacía hincapié en las virtudes de estos en diferentes aspectos sociales como colegios, tercera edad, etc.
Un huerto urbano de clima mediterráneo
La superficie de mi huerto urbano está alrededor de los 300 metros cuadrados y en él, salvo arbolado, cultivo todo tipo de hortalizas, plantas aromáticas y algunas plantas ornamentales de flor que siempre vienen bien, no sólo para tener el huerto bonito sino para regalar algunas flores… que también ‘alimentan otros aspectos de la vida’.
Es un huerto urbano totalmente ecológico, todos los cultivos son al aire libre y por lo tanto de temporada,… crecen a su aire, nada de cultivos forzados ni instalaciones de micro túneles de plástico para adelantar algún cultivo. Por otra parte disfruto de una gran ventaja: la ubicación. Está en Picassent (Valencia – España) que goza de un clima mediterráneo muy benigno y puedo afirmar que es casi como cultivar bajo un invernadero pero al aire libre. El huerto está produciendo los 365 días al año, eso sí, como he comentado siempre respetando los cultivos propicios según las épocas del año.
Un huerto urbano donde también experimentar y aprender
Siendo realistas, gestionar un huerto urbano es mucho más complicado y difícil que cultivar a nivel profesional un determinado cultivo… y hablo desde la experiencia. Por ejemplo, en mi etapa de productor profesional cultivaba diferentes especies y variedades bajo invernaderos con una superficie total de 400.000 metros cuadrados.
Los cultivos los tenía agrupados según las necesidades fisiológicas de cada especie (e incluso variedades) por naves, permitiéndome aplicar técnicas de cultivo concretas en cada caso… dicho de otro modo, las fechas de plantación, marcos de cultivo, el manejo de la fertilización, frecuencias y cantidades de riego, control fitosanitario, podas, etc. las aplicaba en un determinado cultivo sin que interfirieran negativamente en otros ya que no compartían el mismo espacio.
En cambio, en un huerto urbano se cultivan varias especies y variedades simultáneamente, en la mayoría de ocasiones con necesidades de agua y nutrientes muy distintas, complicando y mucho el cultivo global. En estos casos se intenta ser lo más ‘complaciente para todos’ sabiendo que no se está haciendo lo óptimo para cada planta.
En mi caso tengo establecido el huerto con un pasillo central y cultivos a derecha e izquierda, con líneas de riego localizado distribuidas cada metro aproximadamente. Las líneas de riego de la derecha tienen seis goteros integrados cada 45 centímetros y las de la izquierda siete goteros con la misma separación. Toda la red depende de un programador de riego general si bien, cada línea de gotero posee una llave que me permite cerrar u obstruir ligeramente para regular la cantidad de agua en cada línea de gotero.
En él pruebo alguna nueva especie de vez en cuando, pero sobre todo nuevas variedades, en especial aquellas que se nos ofrecen como ‘novedades o grandes estrellas’. Muchas son híbridas y los resultados los tienes ‘de todos los colores’. Lo importante es destinar un porcentaje alrededor del 20% aproximadamente a pruebas y el resto destinarlo a variedades de calidad contrastadas, que a su vez nos sirven de ‘testigo’ para tener comparativas serias.
Sobre este aspecto debo dejar claro que cuando hablamos de variedades, realmente estamos hablando de genética. Una semilla es en realidad una carga genética que según sea cultivada producirá más o menos producción. Por ejemplo una semilla o plántula de tomate, cultivada con control climático bajo invernadero y con la fertilización adecuada puede dar una determinada cantidad de kilos. Esta misma planta cultivada al aire libre, sometida a estrés, mal fertilizada, etc. puede incluso no llegar ni a florecer. Por ello, para mis cultivos al aire libre elijo variedades más tradicionales o desarrolladas para su cultivo al exterior y sobre todo, la mantengo solamente en su época razonable de vida. ¿Por qué digo esto? Porque en prácticamente todas las ocasiones, una mala producción suele ser consecuencia de una mala técnica de cultivo.
El huerto urbano no tiene vacaciones
No hay escusas para decir que hoy te encuentras cansado y que ya irás otro día o la semana próxima. Las plantas, como seres vivos que son, no saben de tus problemas y necesitan tu atención permanente. Hay plantas que necesitan ser guiadas, abonadas, podadas, recolectadas… y hacerlo hoy o la semana que viene tiene sus consecuencias.
Hay quien me dice que mi huerto urbano está precioso, que más que un huerto es un jardín, a lo que respondo siempre que es lo que tiene “tener un dedo verde”. “Tener un dedo verde” es la expresión que se utiliza cuando aparentemente, varias personas tienen las mismas plantas, las cuidan igual… pero con unas vegetan mejor que con otras. La diferencia no está en el abono, la variedad, el sustrato… está en la atención y como esta se da, es un lenguaje de sentimientos y sensaciones, donde justamente la voz y el oído tienen menos importancia que el tacto y la vista. También es cierto que en mi caso y por mi trabajo, tengo la ayuda en algunos momentos de mi amigo Pepe y la de los dueños Carlos y Cristóbal del Centro de Jardinería Tot en U que es donde se encuentra el huerto. Desde aquí ¡mil gracias!
Cultivos de temporada
Como he adelantado, mi huerto urbano está en producción todo el año. A finales de marzo comienzo con la plantación o siembra de cultivos de primavera y verano como son los tomates, berenjenas, calabacín, pimientos, pepinos, cebollas, lechugas, rabanitos, judías, alficoz, etc. y dentro de cada especie planto determinados tipos y dentro de ellos variedades… pocas plantas de cada pero en conjunto muy surtido. A su vez escalono las siembras o plantaciones no tanto para regular las producciones, que también, sino porque siempre hay cultivos de otoño e invierno que retrasan su final.
Así, en tomates tenemos de tipo ensalada, RAF, cherry, pera, perla, corazón de buey, monterosa, etc. en pimientos del tipo del piquillo, de Padrón, italiano, california, lamuyo, snacks… de berenjena las de piel blanca, negra o rayada, de calabacín de piel verde claro u oscura, de forma oval,… en definitiva un surtido muy amplio. También planto (no todos los años) unas matas de melones, sandías, boniatos y calabazas, pero muy pocas unidades porque necesitan mucho espacio y prefiero destinarlo a otros cultivos porcentualmente más generosos.
Por supuesto algunas aromáticas y medicinales puntuales como la albahaca y otras que están todo el año como diferentes tipos de mentha, stevia, citronela, tomillo, romero o aloe vera por ejemplo. Estas las planto por las zonas perimetrales del huerto. También utilizo estas zonas para sembrar algunas plantas de maíz duce y girasoles. Son cultivos testimoniales sin más pretensiones que verlos crecer.
En cuanto a plantas ornamentales, son de carácter testimonial y como su nombre indica su función principal es la ornamentación. Rosas, tagetes, Iberis sempervirens, Violas en invierno,… son plantitas que ‘según me da’ voy plantando aleatoriamente por las periferias. Sus flores también permiten alimentar a abejas y contribuir al establecimiento de una fauna útil.
Sobre el mes de agosto, según voy retirando los cultivos de verano, comienzo con los propios de otoño e invierno. Preparo las fresas para que lleguen bien al invierno y adquieran horas frío para producir bien con la llegada del buen tiempo, preparo también las alcachofas para que broten adecuadamente y comienzo a sembrar las habas, acelgas, zanahorias y plantar todo tipo de coles (romanesco, brócoli, coliflor, repollo, col de Bruselas…), cebolla dulce, ajos, patatas, calçots, puerros, lechugas, etc. Puedo decir que el huerto urbano de Fernando Cuenca no es aburrido en invierno, je, je.
A veces digo que hay hortícolas más agradecidas que otras y como ejemplo puedo poner a las coles: mientras un romanesco o coliflor da una sola pieza en todo su cultivo, el brócoli da varias e incluso la col de Bruselas va ofreciendo sus pequeñas coles durante un par de meses como mínimo.
¿Un huerto urbano es rentable?
No deberíamos ver o tener un huerto urbano desde un punto de vista de si es rentable o no. Y si se hace, por lo menos no poner en valor solamente la parte monetaria.
En mi caso es ‘sumamente rentable’ ya que me proporciona, en muchas ocasiones me es muy importante, la obligación de ir a pasar unas horas en él donde disfruto del aire libre, del sol, del contacto con las plantas, de su olor y tacto. También me da producción que en ocasiones es de sobreproducción… fantástico para familiares y amigos que disfrutan de ella. Y como no, la posibilidad de consumir productos recolectados en su punto.
Como siempre, el ser humano le saca peros a todo y debo reconocer que alguna vez nos quejamos (tenemos para que nos maten) de que la dieta o el menú lo marca en gran medida el huerto. Tampoco quiero dar la idea de que todo es idílico… quitar hierba, arrancar las plantas que llegan al final de su ciclo, cavar el terreno, clavar y tutorar,… para personas como yo que tengo una vida relativamente sedentaria, en ocasiones se me hace pesado, pero lo llevo lo más dignamente posible, je, je.
Huerto urbano totalmente ecológico
Mi huerto urbano es totalmente ecológico en el que a nivel de sanidad vegetal sólo utilizo feromonas, trampas cromáticas y como mucho algún tratamiento de extracto de cebolla, ortigas o Neem para ahuyentar a determinadas plagas. También es cierto que no los utilizo mucho ya que cuento con fauna auxiliar y a estos depredadores también les afecta.
En este contexto, es interesante agotar los cultivos o partes de ellos, como por ejemplo los brócolis, alcachofas, rabanitos… para que florezcan y contribuyan a que exista una buena base para el establecimiento y desarrollo permanente de la fauna. También el dejar algunas de las denominadas ‘malas hierbas’ que en realidad no lo son es muy interesante, así como no obsesionarse y saber convivir con una parte de plagas.
El concepto de plaga o enfermedad va relacionado con el daño que puede ocasionar en el cultivo. No opto por un cultivo estéril de fauna sino por todo lo contrario. Ver algunas crisopas y mariquitas (Coccinella septempunctata) sobre el cultivo es garantía de que los pulgones están controlados. No me molesta encontrar alguna oruga en una lechuga, síntoma de que consumo un producto sin veneno.
En fertilización utilizo enmiendas húmicas de vez en cuando, cada dos o tres cambios de cultivo. Y sobre todo compost producido en el mismo huerto. Dispongo de una zona donde voy acumulando los restos de podas, cultivos y hierbas, que con el tiempo se van descomponiendo y finalmente vuelvo a incorporar al terreno. ‘Economía circular’ dirían los estudiosos del tema.
En mi caso, también disfruto de tener una colmena propiedad del Centro de Jardinería Tot en U en el huerto. Esta, además de algún kilito de miel a año, me garantiza una mejor polinización de las hortícolas de fruto. Otra razón por la que no utilizo insecticidas.
En definitiva, tengo un huerto urbano del que disfruto y aprendo a diario, con el que ‘pacto’ y juego a cultivar especies que en ocasiones no las conocía como por ejemplo el pak choi o physalis, a cultivar variedades simplemente por el placer de hacerlo. Un huerto urbano al que no le pido nada y me da muchísimo.
Genial!
Muy bueno Fernando. Saludos Cumbreños.
Hola, Lorenzo. Es bueno porque no lo comparas con el tuyo. Lo tenemos que ver y disfrutarlo. Un recuerdo para tu familia.