Con el nombre de ‘el huerto de Paula’ se conoce en el pueblo a un huerto urbano de campo situado en las instalaciones del Centro de Jardinería Tot en U. Su propietaria, como no puede ser de otra manera, se llama Paula.
Paula es enfermera y trabaja en urgencias. Su trabajo es estresante como el de otras muchas actividades profesionales y encuentra en su huerto urbano un lugar donde ‘desconectar’, relajarse y según ella, recargar pilas.
El huerto de Paula no es muy grande, apenas 150 metros cuadrados, pero suficiente para cultivar sus frutas, hortalizas, aromáticas, medicinales y condimentarías, e incluso algunas plantas ornamentales para llevarse de vez en cuando unas flores.
Si bien, se deja asesorar por los propietarios del Centro de Jardinería Tot en U, Paula es quien decide qué plantar y cuándo en su huerto. Y lo hace cada día con un mayor criterio puesto que aunque no es su profesión (la agricultura), como se dice: la experiencia es un grado.
Su huerto urbano le da flexibilidad de horarios, le permite interaccionar con la naturaleza, hacer ejercicio derivado de las labores propias del cultivo, centrarse para ‘estar atenta’ a todo aquello que en él sucede con cada una de sus plantas…. Y sin una búsqueda de resultados económicos agrícolas, disfruta de los sabores y aromas de sus propias frutas y hortalizas.
El huerto de Paula produce en primavera y verano tomates, lechugas, pimientos, berenjenas, pepinos, melones… y en otoño coliflores, bróculi, lechugas de invierno, alcachofas, habas… en algunos momentos plantas de flor o calabazas decorativas… y durante todo el año el aloe vera, romero, santolina, lavandas, perejil y demás aromáticas, medicinales y condimentarias.
Como no le puede dedicar todo el tiempo que ella desearía, intenta gestionar su huerto urbano de la forma más eficiente posible. Cada semana dedica unas horas a su huerto urbano, controla como funciona correctamente el programador de su riego por goteo, que la hierba esté controlada, que sus plantas están bien alimentadas, detectando cualquier plaga que pueda aparecer para controlarla de forma ecológica… en definitiva que todo esté bajo un control razonable.
Casi todos los días que va, no solo es un disfrute para ella, sino también para sus familiares y vecinos puesto que le gusta prepararles alguna cajita con sus frutas y hortalizas. Siempre son productos de estación y eso se nota, tanto en la calidad como en su sabor.
Así, hay que le llama más que el huerto de Paula… el huerto de sus amigos.
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