El guano rojo es un abono natural 100% ecológico, producto de las heces de aves marinas existente en los desiertos de Atacama y Tarapacá, además de islotes y zonas costeras donde reposan y anidan estas y otras aves similares.

Lo podemos encontrar en el mercado puro o formando parte de la fórmula de un fertilizante comercial determinado. Incluso, podemos verlo como ingrediente en un sustrato prefabricado, sobre todo en aquellos con destino al mercado de la bricojardinería o el bricohuerto.

De dónde procede el guano rojo.

Para saber de dónde procede el guano rojo, nos tenemos que situar en los desiertos de Atacama y Tarapacá, ubicados en las costas sudamericanas del Pacífico. Estas áreas geográficas son territorios muy hostiles, privados de lluvia durante todo o gran parte del año y con una aridez total. Esto permite su secado rápido y evita el arrastre por el agua.

En algunas zonas de estos territorios lindantes al mar, han permitido, con el tiempo, la acumulación de grandes depósitos de este guano, que como indicamos se ha formado a partir de las heces de aves marinas existentes en el lugar, las cuales han ido anidando, defecando y muriendo en el tiempo.

Estos grandes depósitos de guano, tras el paso de miles de años, se han ido transformando hasta llegar al día de hoy en el que se encuentra en un estado Fósil.

Cuáles son las aves productoras del guano rojo.

Dadas las características de la zona, estas aves disfrutan del inagotable festín de peces que les ofrece la corriente de Humboldt. Diariamente, se incursionan en el océano… hasta hoy, generando un guano fresco en los Islotes.

Entre las aves productoras de guano, las más populares son el Guanay, el Piquero y el Pelicano.

El ave principal es la conocida como Guanay (cormorán guanay – Leucocarbo bougainvillii), llamada así por los quechuas, por ser el gran productor del Huanu o Guano.

Se le considera el ave más perfecta como maquinaria productora de fertilizante, ya que responde a la producción de 85% de guano en las costas de Atacama y Tarapacá.

El siguiente en importancia es el ave Piquero, aparentado al Guanay. También vive en grandes grupos y es la responsable del 10% de guano de la zona. Y por último tenemos al Pelicano que vive en zonas más templadas y es el productor de un 5%.

La cantidad de estos restos ha llegado a ser impresionante. Basta con pensar que millones de aves producen un mínimo de unos 30 gramos de estiércol al día durante más de un millón de años. Esto llegó a cubrir las islas, islotes y promontorios con una gruesa capa que en algunos lugares llego a tener un espesor de más de 30 metros.

Colonia de Leucocarbo bougainvillii produciendo guano rojo

Historia del guano como fertilizante.

Históricamente, el uso del guano rojo data de la época de los changos, quienes lo usaban como intercambio con los pueblos originarios que vivían en las alturas.

Utensilios encontrados en las capas profundas del guano fosilizado han probado que se utilizó este fertilizante en tiempos muy antiguos. Sin embargo, los registro de este se encuentran a partir de la época de la colonia.

El guano rojo en agricultura.

El guano rojo es un abono y mejorador de suelos 100% orgánico. Este contiene tanto la materia orgánica como los nutrientes necesarios para actuar en todas las etapas del ciclo vital de plantas.

Durante la fase de crecimiento, ayuda a estimular el crecimiento de las raíces y los brotes. En la etapa de floración es cuando demuestra sus mejores atributos como abono, debido a su alta concentración en fósforo (P), lo que se traduce en flores más abundantes y de mejor calidad, además de favorecer la formación de frutos y semillas.

El guano rojo aporta materia orgánica con los que mejora la estructura física del suelo, la cual aumenta la capacidad de retención de humedad y aireación. A su vez, favorece la actividad biológica en los suelos, ayudando a transformar materia orgánica en nutrientes asimilables para las plantas.

Contiene grandes cantidades de macronutrientes, destacando su alta concentración en fósforo (P), además de nitrógeno (N) y potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg) y azufre (S). También contiene una amplia gama de micronutrientes u oligoelementos como hierro (Fe), manganeso (Mn), cobre (Cu), zinc (Zn), boro (B), molibdeno (Mo), etc.

Es un producto homogéneo y de gran pureza, estando libre de semillas, insectos y agentes patógenos.

Riquezas y composición del guano rojo.

Los datos que a continuación damos son de carácter orientativo, ya que al tratarse de un producto natural y su extracción puede provenir de diferentes zonas, su composición puede ser variable y, por lo tanto, sus valores no ser exactos entre partidas.

El guano rojo no únicamente es el resultado de las heces antes mencionadas, sino también, de otros productos como por ejemplo las cáscaras de los huevos y cadáveres de jóvenes y adultos de estas aves.

Nutrientes del guano rojo:

  • Nitrógeno Total. Del 1 al 3%
  • Fósforo Total P205. Del 6 al 12%
  • Potasio. Del 1 al 3%
  • Calcio. Del 8 al 10%
  • Materia Orgánica. Del 10 al 25%
  • Hierro. Unas 200 ppm.
  • Azufre. Del 0,5 a 3 ppm.
  • Magnesio. Unas 8 ppm.
  • Boro. Un 0,01 ppm.
  • Cobre. Unas 30 ppm.
  • Yodo. Un 0,01 ppm.

Formas de aplicación y dosis del guano rojo.

A la hora de aplicar el guano rojo sobre nuestros cultivos, podemos optar por su incorporación al terreno en su forma sólida directamente, o mediante su el agua de riego disuelto previamente en ella.

Si se aplica como abono sólido directo a la tierra, normalmente se realiza sobre su superficie cada 30 o 45 días, o según las necesidades de cada planta.

Sobre sus dosis de aplicación:

  • Plantas pequeñas: de 5 a 10 gr.
  • Plantas medianas: de 25 a 50 gr.
  • Plantas Grandes: de 50 a 100 gr.
  • Árbol nuevo: de 100 a 250 gr.
  • Árbol adulto: de 250 a 500 gr.
  • Césped: sobre 1 kg por cada 10 o 15 metros cuadrados.

Para su aplicación como fertilizante líquido, se puede diluir entre 30 y 50 gramos de guano rojo en un litro de agua, para seguidamente ir diluyéndolo en el agua de riego.

El guano rojo en bricohuertos.

La aplicación del guano rojo como abono para huertos urbanos, puede ser que, o bien ya se encuentre formando parte del sustrato preformulado, o aportado como fertilizante partiendo de un producto comercial.

En el primer caso, está listo para su utilización. En el segundo caso, debemos utilizarlo de tres formas. Una es incorporarlo a la tierra o al sustrato durante su fabricación como abonado de fondo.

El segundo, aplicarlo como abonado de cobertera durante el cultivo, seguido de un riego para que los nutrientes se incorporen al terreno.

Y en el tercer caso, diluyéndolo en el agua de riego a 1 o 2 gramos por litro, aplicando la solución fertilizante cada 7 a 10 días o según las necesidades de cada planta.