Entre los microelementos u oligoelementos esenciales en la nutrición de las plantas se encuentra el boro, Este tiene el número atómico 5 en la tabla periódica y se le identifica con el símbolo B. Es precisamente es símbolo (B) con le que podemos identificar su presencia y riqueza en los formulados fertilizantes.
El boro no está presente en todos los fertilizantes del mercado, ya que la diversidad de estos es muy grande. Sí puede estar en aquellos denominados fertilizantes complejos junto a otros microelementos, formando parte de abonos minerales con gran riqueza de él, así como en formulados específicos rico en él dentro del grupo llamado fertilizantes correctores de carencias.
Este oligoelemento es un metaloide, con propiedades intermedias entre metales y no metales. En comparación con otros elementos agronutricionales, su función en las plantas aún es relativamente poco conocida, aunque es sabido que tiene un papel fundamental en su metabolismo.
¿Quién descubrió el boro como fertilizante?
Compuestos en los que se encuentra el elemento boro se conocen desde hace miles de años, siendo el más famoso de todos ellos el bórax. Ha sido utilizado por diversas culturas en la fabricación de determinados productos, como por ejemplo para la fabricación de esmaltes por los chinos, la fabricación de cristal por los romanos, como componente en el proceso de momificación por los egipcios, etc.
Centrándonos en su uso como fertilizante, el boro fue aislado por primera vez, sin ser consciente de que habían obtenido un elemento, en 1808 por Sir Humphry Davy, Joseph Louis Gay-Lussac, y Louis Jacques Thénard.
Fue en 1824, Jöns Jacob Berzelius (químico sueco), quien lo identificó como elemento o sustancia elemental. Posteriormente, en 1857, Wittstein y Apoiger demostraron que el boro se encuentra como elemento mineral integrante de algunas plantas. Y ya en 1912, Bertrand señaló el empleo de sales de boro como fertilizante y por lo tanto para la mejora del rendimiento de los cultivos.
¿Qué funciones tiene el boro en las plantas?
Como hemos avanzado, el papel del boro en el desarrollo de las plantas es poco conocido. Sin embargo, sí se conocen diferentes funciones de este en las plantas, sabiendo que el boro (B) actúa como modulador de actividades enzimáticas y en consecuencia, que desempeña un papel esencial en aspectos como el transporte de azúcares, participación en la síntesis de sacarosa y el metabolismo de ácidos nucleicos, en la biosíntesis de carbohidratos, procesos de la fotosíntesis y el metabolismo proteico, también es necesario en la síntesis y estabilidad de las paredes y membranas celulares, entre otros.
Es importante destacar que el boro debe estar en un estado concreto para ser absorbido adecuadamente por las raíces de la planta. Concretamente como ácido bórico B03H3 no disociado.
Efectos del boro en la floración y en el cuajado de los frutos.
Al margen de lo anteriormente mencionado sobre el papel del boro en la planta, sí se sabe los efectos destacados que el boro desempeña en la fase de floración, en la polinización y en el cuajado de los frutos. Y en definitiva en la rentabilidad de las cosechas en hortícolas y frutales.
Ya es sabido que la disponibilidad en niveles adecuados en la planta, el boro, en fase de floración, mejora el tamaño y la fertilidad de los granos de polen, desempeña un importante papel en la germinación del polen y favorece el crecimiento de los tubos polínicos. Por poner dos ejemplos, si hay una carencia de boro durante la floración del maíz, esta puede provocar una polinización incompleta afectando a la calidad de la mazorca; O en el caso de la soja, impedir el desarrollo óptimo de la vaina.
De forma indirecta, los efectos del boro en la floración tienen su influencia en el comportamiento de los insectos polinizadores (abejas y abejorros), quienes encuentran un mayor atractivo en estas flores. Esto es así porque en ellas encuentran mayores niveles de néctar, menor longitud del tubo de la corola, por ejemplo.
Otro efecto positivo del nivel adecuado del boro durante fase de floración, es su efecto de aumentar la resistencia ante daños causados por heladas.
El microelemento boro en el suelo.
Respecto al boro como oligoelemento en el suelo, debemos diferenciar el tipo del mismo. Por una parte, estaría el utilizado en hidroponía, también llamado cultivo si suelo. Como la definición invita a adivinar, se trata de sustratos inertes, como por ejemplo la lana de roca, la perlita, la fibra de coco, arena, grava, arcilla expandida, etc. En estos casos, todos los macroelementos como oligoelementos deben de ser aportados en sus proporciones adecuadas mediante el agua de riego y durante toda la fase de cultivo. En el caso del boro, en su estado asimilable por la planta (ácido bórico B03H3 no disociado).
En cambio, en el caso del cultivo en el campo, en el terreno, el boro se puede encontrar en diferentes formas. Por ejemplo:
- Unido a los hidróxidos de hierro (Fe) y aluminio (Al).
- En la propia materia orgánica, de la que se va liberando progresivamente gracias a la actividad de los microorganismos.
- Disuelto en la solución del suelo como ácido bórico (B03H3) o ion boratado B(0H)4.
- Formando parte de algunos minerales, como boratos (borax – Na2B4O7.10H2O, colemanita – Ca2B6O11.5H2O y ludwigita – Mg2FeBO5) o borosilicatos (turmalina o axinita).
- Absorbido por minerales arcillosos.
La disponibilidad del boro en el terreno también puede estar condicionado por múltiples factores. Algunos de ellos pueden ser:
- Característica de la zona geográfica. En zonas geográficas en las que predominen las rocas sedimentarias con origen marino, dado que el boro es un elemento que se encuentra en cantidades importantes en el agua de mar, su nivel de presencia en el suelo suele ser elevado, hasta 200 ppm. Sin embargo, gran parte del boro existente no es asimilable por la planta.
- Suelos de textura arenosa. En suelos de textura arenosa, suelen contener menos boro asimilable que los arcillosos. Esto es debido a la facilidad de lavado del boro asimilable disuelto en la solución del suelo, que se produce tras las lluvias o riegos copiosos.
- Suelos de textura arcillosa. En suelos arcillosos, a causa de la fuerte retención por las arcillas y calizas, se ve reducida su disponibilidad inmediata para ser absorbidos por la planta.
En cualquier caso, se debe tener presente que el boro asimilable por las raíces es en estado de ácido bórico B03H3 no disociado. En este estado tan solo representa una pequeña cantidad respecto al boro total, estimada entre 0.1 y 3 ppm.
Por otra parte, es importante saber que el boro asimilable por la planta, se concentra preferentemente en las capas superficiales de los suelos con buen drenaje. Además. Se encuentra íntimamente ligado a la materia orgánica.
¿Cuáles son los síntomas de carencia de boro en las plantas en cultivo?
Los síntomas de carencia de boro (B) en las plantas cultivadas, pueden ser confundidos con las ocasionadas por otros oligoelemetos, por lo que cuando se presentan anomalías en cultivo, un análisis foliar puede ayudar a sacar diagnósticos más exactos y por lo tanto, un tratamiento más eficaz.
En el caso del microelemento boro (B), como actúa de forma activa como modulador de actividades enzimáticas, los principales síntomas de deficiencia, suelen estar relacionados con:
- Proliferación de células deformadas.
- Degeneración de tejidos meristemáticos.
- Degeneración de las membranas celulares.
- Acumulación de compuestos fenólicos en las vacuolas.
- Incremento de la actividad ascorbato oxidasa en hojas.
- Aparición de zonas fibrosas.
- Disminución de contenido en azúcares en frutos y tubérculos.
- Etc.
También es importante saber que el boro no se desplaza fácilmente desde las hojas inferiores a las superiores por lo que, los síntomas de carencia se centran principalmente en estas últimas. Como consecuencia, las hojas de las nuevas brotaciones presentan, en este caso de deficiencia, menor tamaño de lo normal, deformaciones, aspecto rizado, quebradizas… incluso variando la tonalidad de su color normal a más oscuro. Cuando la carencia es grande, estas hojas más jóvenes, pueden llegar a morir.
Por otra parte, la planta crece de forma más lenta y compacta, con tallos más gruesos, fibrosos y frágiles de lo normal.
Respecto a sus flores y frutos, tienden a desarrollarse deformados con alteración anormal entre su corteza y su pulpa.
Esta carencia de boro ha conseguido que sea asociada a expresiones como:
- Heart rot – Mal de corazón de la remolacha.
- Water core – Médula acuosa de los nabos.
- Holow stem – Pedúnculo agujereado de la coliflor.
¿Cuáles son los síntomas de exceso de boro en las plantas?
El boro puede llegar a ser tóxico para un gran número de especies cuando se acumula en exceso. En estos casos, uno de los efectos de toxicidad más habitual es el de una necrosis progresiva de las hojas. Esta comienza con amarilleamiento anormal por sus bordes, que progresa con quemaduras entre los nervios secundarios, avanzando hacia el central. El síntoma concluye con una necrosis y caída prematura de estas hojas.
Pero como avanzamos, esta fitotoxicidad no se da por igual en todas las especies e incluso variedades de plantas. Así, se pueden establecer tres grupos de plantas en función de su tolerancia al nivel de este elemento.
Uno de ellos es el llamado grupo de cultivos muy sensibles y son un ejemplo de ellos los cítricos, fresa y fresón, melocotoneros, higuera y la viña; Otro es el de grupo de cultivos semitolerantes, estando incluidas en ella la alfalfa, cebada, lechuga, maíz, patata, tabaco, tomate y zanahoria; Y por último está el grupo de cultivos más tolerantes, en el que se incluyen la alcachofa, algodón, espárragos, nabo y la remolacha.
Las características de los terrenos sobre el que se desarrolla el cultivo es un factor que puede derivar en un exceso de boro en sus cultivos. Es el caso de aquellos suelos con sedimentos marinos, áridos o aquellos que contienen roca madre rica en boro.
En estos casos hay que prestar especial atención a prácticas agrícolas para no agravar la situación. Por ejemplo, hay que evitar el aporte extra de boro en fertilización y se aporta compost urbano, asegurarse de que sus niveles en boro no sean elevados ya que no hay un control exhaustivo de presencia de fertilizantes minerales en él.
Fertilizantes ricos en boro.
El agricultor, a partir de la identificación del boro como elemento esencial en la nutrición de la planta, ha trabajado en la localización de minerales y formulación de abonos ricos en este oligoelemento.
A partir de aquí, se han establecido dos estrategias de fertilización para corregir posibles carencias de boro. Una de ellas, la más tradicional es aportar compuestos ricos en él. Algunos de estos son:
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- El bórax, también se le llama Borato sódico o Tetraborato sódico – Na2B4O7.10H2O – con una riqueza de Boro del 11 al 12%
- El Solubor – Na2B4O7.5H2O+Na2B10O16.10H2O – del 20,9%
- El Ácido bórico – B03H3 – del 17,5%
- La Colemanita – Ca2B6O11.SH2O – con una riqueza de Boro entre el 11 al 15%
- Boro etanolamina – con una riqueza de Boro de 10-11%.
- Pentaborato sódico – Na2B10O16·10H2O – con una riqueza de Boro de 19%.
- Octoborato de sodio tetrahidratado – Na2B8O13·4 H2O – con una riqueza de Boro del 20,9%.
Correctores de carencia de boro.
La agricultura no para de evolucionar en el tiempo y las empresas fabricantes de fertilizantes han desarrollado formulados ricos en boro de alta eficacia.
Como un ejemplo vale más que mil palabras, en este caso recurrimos a la empresa fabricante de agronutrientes y bioestimulantes agrícolas JISA.
Esta formula productos para la prevención y corrección de la carencia de boro de forma eficiente. Ejemplo de ellos son:
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- Nutrijisa® Boro, de formulación líquida a base de boro etanolamina.
- Nutrijisa® Calcio-Boro, como formulado en el que se combinan el calcio complejado y el boro etanolamina para mejorar la absorción por la planta de ambos nutrientes.
- Cuajemax®, bioestimulante para floración y cuajado de frutos, como fórmula especialmente diseñada para mejorar la disponibilidad y movilidad de Boro en todos los cultivos.
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Fertilizante rico en boro para cultivos ecológicos.
Como es sabido, no todos los fertilizantes, correctores de carencias, biestimulantes para las plantas, etc. pueden ser aplicados en la agricultura ecológica. Para ello, deben estar certificados adecuadamente por una empresa especializada.
Siguiendo con los ejemplos, y también con JISA, tienen desarrollado para la prevención y corrección de estados carenciales de boro en cultivos ecológicos el Nutrijisa® Boro, certificado por CAAE, entidad de ámbito internacional en certificación con un enfoque global para un mundo más orgánico.
¿Cuál es momento adecuado para la aplicación del microelemento boro para corregir o prevenir su carencia?
El momento adecuado para la aplicación del microelemento boro para corregir o prevenir su carencia está sujeto a múltiples factores y estos deben ser tenidos en cuenta para obtener el resultado esperado.
Entre ellos se encuentra la especie, estado fenológico de la planta y por supuesto, el tipo de fertilizante elegido.
Así y para se más concretos en la respuesta, seguimos centrados en el formulado Nutrijisa® Boro, el cual permite corregir y prevenir los estados carenciales de este oligoelemento.
El Nutrijisa® Boro está formulado a base de boro etanolamina, estando indicado para ser empleado en todo tipo de cultivos. Por supuesto, para ser eficientes, el momento y dosis debe contar con el adecuado asesoramiento técnico.
Como orientación, el momento de aplicación según cultivos puede ser: En olivos se puede aplicar unas tres semanas antes de la floración y en otoño; en el cultivo del girasol, a partir de la quinta y sexta hoja tras su germinación; en alfalfa después de cada corte; en fresa y fresón, en el estado de botón blanco y antes de la floración; en cultivos hortícolas, en prefloración y después del cuajado de los frutos; en cuanto a frutales y cítricos, el momento de en prefloración, caída de pétalos y después del cuajado; en vid, en momento de prefloración y después del cuajado; remolacha a partir de la sexta u octava hoja tras su germinación; Y en ornamentales, por lo general, al inicio de la vegetación.
¿Cuál es la dosis de aplicación para corregir o prevenir la carencia de boro?
Como en el caso de momento de aplicación del boro en la planta, decir la dosis adecuada, también es aventurado dar una cantidad sin riesgo de equivocarnos. Especie, momento de aplicación y producto utilizado, son factores variables a tener en cuenta.
Siguiendo con el ejemplo de Nutrijisa® Boro y sabiendo hablamos de dosis orientativas, que deben ser supervisadas y ajustadas por el técnico responsable del cultivo, estas pueden ser a modo orientativo según cultivos.
En cultivos como el olivo, la alfalfa, frutales, cítricos, vid y la remolacha, la dosis puede estar comprendida entre los 200 y 300 centímetros cúbicos por hectólitro vía foliar, y de 1 a 2 litros por hectáreas vía radicular; en cultivos de girasol, entre los 300 y 600 centímetros cúbicos por hectólitro vía foliar, y de 1 a 3 litros por hectáreas vía radicular; en fresas y fresones, entre los 150 y 300 centímetros cúbicos por hectólitro vía foliar, y de 2 a 3 litros por hectáreas vía radicular, en el caso de plantas hortícolas, entre los 200 y 400 centímetros cúbicos por hectólitro vía foliar, y de 2 a 4 litros por hectáreas vía radicular; Y en el caso de cultivos ornamentales, la dosis puede estar comprendida entre los 200 y 300 centímetros cúbicos por hectólitro vía foliar, y de 2 a 4 litros por hectáreas vía radicular.
Como hemos avanzado, en estos casos, lo recomendable es ponerse en contacto con el departamento técnico de la empresa fabricante para ser asesorados adecuadamente.
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