El biochar es un insumo valioso en la agricultura por su capacidad para mejorar la calidad del suelo, secuestrar carbono y mitigar el cambio climático.

Se trata de un material similar al carbón que se obtiene mediante la pirolización de biomasa vegetal o residuos agrícolas en condiciones de baja o nula presencia de oxígeno.

Breve historia del biochar.

El biochar tiene raíces históricas en las prácticas agrícolas precolombinas de la Amazonía, donde los antiguos habitantes crearon «terra preta» (tierras negras).

Estas tierras, enriquecidas con carbón vegetal, son notablemente más fértiles que los suelos circundantes, y han mantenido su productividad durante siglos.

El interés moderno en el biochar resurgió a principios del siglo XXI, debido a su potencial para contribuir a la sostenibilidad agrícola y la captura de carbono.

Descripción del biochar.

Se trata de un material carbonoso, poroso y estable que retiene carbono durante largos períodos.

Al crearse bajo condiciones controladas de pirolización, el biochar conserva gran parte de la estructura celular de la biomasa original, lo que le da una alta capacidad de retención de agua y nutrientes. Además, tiene un pH alcalino que contribuye a neutralizar los suelos ácidos.

Cómo se fabrica el biochar.

El proceso de producción del biochar es la pirolización, fruto de calentar biomasa (como residuos agrícolas, madera o estiércol) a temperaturas entre 300 y 700 °C en ausencia de oxígeno.

Este proceso descompone la biomasa en biochar, gases volátiles y líquidos. Los gases y líquidos se pueden capturar para otros usos energéticos, mientras que el biochar se destina a la agricultura.

Usos del biochar en la agricultura.

Su uso en agricultura mejora la fertilidad del suelo, incrementando su capacidad de retención de agua y nutrientes, lo que favorece el crecimiento de las plantas, especialmente en suelos pobres.

Además, reduce la lixiviación de nutrientes porque retiene elementos como nitrógeno y fósforo; aumenta la actividad microbiana, ya que promueve un ambiente adecuado para microorganismos benéficos; estabiliza el pH y es útil en suelos ácidos; y mejora la estructura del suelo porque su porosidad facilita la aireación y el drenaje.

Biochar en pellets

Beneficios del biochar para los cultivos.

Sobre los beneficios del biochar para los cultivos se encuentran la mejora de la fertilidad del suelo porque ayuda a retener nutrientes en el suelo, como nitrógeno, fósforo, potasio y micronutrientes, evitando que se pierdan por lixiviación. Esto hace que los nutrientes estén más disponibles para las plantas durante períodos más largos.

Participa en aumentar la retención de agua. Su estructura porosa permite que el suelo retenga más agua, lo que es especialmente beneficioso en suelos arenosos o en regiones con escasez de agua. Esto puede reducir la necesidad de riego y ayudar a las plantas a resistir períodos de sequía.

Participa en un aumento de la actividad microbiana porque proporciona un hábitat adecuado para los microorganismos benéficos del suelo, como bacterias y hongos, que mejoran la salud del suelo y la disponibilidad de nutrientes para las plantas. En particular, promueve la simbiosis con hongos micorrícicos, que ayudan en la absorción de nutrientes.

En suelos compactados o arcillosos, el biochar ayuda a mejorar la estructura del suelo, aumentando la aireación y el drenaje, lo que facilita el desarrollo de las raíces y el crecimiento de los cultivos. En suelos ligeros o arenosos, este actúa como un aglutinante que estabiliza las partículas de suelo, mejorando su cohesión y capacidad de retener agua.

También actúa en la regulación del pH. El biochar suele ser alcalino, lo que ayuda a elevar el pH de suelos ácidos, mejorando la disponibilidad de nutrientes. Esto es especialmente útil en áreas con suelos ácidos o en cultivos que requieren un pH más neutro para su óptimo crecimiento.

Es un activo en el secuestro de carbono y mejora de la sostenibilidad, ya que retiene carbono en el suelo por cientos o incluso miles de años, lo que contribuye a la mitigación del cambio climático. Además, reduce la necesidad de fertilizantes sintéticos y ayuda a implementar prácticas agrícolas sostenibles.

Cómo se aplica el biochar en el campo.

La aplicación de biochar en el campo depende de varios factores, como el tipo de suelo, los cultivos a sembrar y las condiciones climáticas.

Su aplicación en el campo puede realizarse de manera superficial y luego mezclarse con el suelo a través de técnicas de arado o labranza. Alternativamente, se puede aplicar de forma localizada en las zonas de siembra, como surcos o hoyos donde se colocarán las plantas.

Es recomendable mezclar el biochar con compost o fertilizantes orgánicos antes de su aplicación, ya que de esta forma se mejora la retención de nutrientes y se potencia su efecto.

En cuanto a su dosificación, la cantidad de biochar que se debe aplicar varía dependiendo del tipo de suelo y los cultivos. Generalmente, se recomiendan dosis entre 5 y 50 toneladas por hectárea. En suelos pobres en nutrientes o con poca capacidad de retención de agua, las dosis más altas son recomendadas. En cambio, en suelos fértiles, las dosis pueden ser más bajas, ya que el objetivo será mejorar la estructura y la actividad microbiana del suelo.

Sobre en qué momentos son los adecuados para su aplicación, puede ser antes de la siembra o durante el establecimiento del cultivo. En áreas de producción intensiva, el biochar también se puede usar entre temporadas de cultivo como parte de las prácticas de enmienda del suelo.

Cómo activar el biochar.

Es importante activar el biochar antes de aplicarlo, es decir, mezclarlo con compost o fertilizantes, porque ayuda a evitar que inicialmente absorba nutrientes del suelo.

Esto se debe a que el biochar recién producido tiene una gran capacidad de adsorción que, si no está cargado de nutrientes, puede competir con las plantas por los recursos.

Una vez activado o no, se pueden realizar técnicas de aplicación como la labranza profunda en cultivos de raíces profundas como árboles frutales, a una profundidad de 30 a 50 centímetros.

En cultivos anuales u hortalizas, se suele aplicar superficialmente y luego se incorpora al suelo. Y en el caso de sistemas de siembra directa, se puede aplicar en franjas o bandas junto a la línea de siembra.

Comercialización del biochar.

Este producto se comercializa principalmente en forma de partículas parecidas al carbón, gránulos, pellets o polvo. Su precio y disponibilidad dependen de la fuente de biomasa utilizada y el proceso de producción.

En los mercados agrícolas, se vende como mejorador de suelos, enmienda orgánica o producto para secuestro de carbono.

Algunos productos especializados están combinados con nutrientes o inoculantes microbianos, lo que aumenta su valor agregado.

Su comercialización también está ligada a su contribución a las prácticas agrícolas sostenibles y su rol en la mitigación del cambio climático, lo que le otorga un atractivo adicional en mercados de agricultura regenerativa o prácticas de carbono neutro.