El apio es una planta que ha sido valorada durante siglos no solo por sus tallos crujientes y hojas aromáticas, sino también por sus semillas.

Las semillas de apio, pequeñas y oscuras, se utilizan como especia en diversas cocinas alrededor del mundo. Además de aportar un sabor distintivo a los platos, han sido apreciadas por sus propiedades medicinales. En las preparaciones culinarias realza el sabor de muchos alimentos y les aporta un toque ligero, picante y muy aromático.

Historia y orígenes de la semilla de apio como especia.

La planta del apio tiene una historia que se remonta a miles de años. Originaria de las regiones mediterráneas, el apio silvestre crecía en zonas húmedas y se utilizaba en la antigüedad no solo como alimento, sino también con fines terapéuticos y rituales.

Las semillas de apio fueron mencionadas por primera vez en la época del Antiguo Egipto, donde se cultivaban por sus propiedades curativas y se utilizaba en ceremonias religiosas. En la Grecia clásica, se consideraba un símbolo de buena fortuna, y los griegos las empleaban para tratar diversas dolencias, desde problemas digestivos hasta inflamaciones.

Los romanos también usaron las semillas de apio como especia y medicina, destacando sus efectos diuréticos y su capacidad para mejorar la digestión. Durante la Edad Media, el apio y sus semillas se cultivaron en Europa Occidental y se incorporaron a la medicina herbaria tradicional a través de su cultivo en los monasterios.

En el siglo XVII fue un ingrediente común en la cocina francesa. A medida que se expandía el comercio global, el apio y sus semillas se introdujeron en otras partes del mundo, incluidas Asia y América.

Características de la planta de apio.

La planta del apio (Apium graveolens) es una planta herbácea que pertenece a la familia de las Apiaceae Apiaceas. Es una planta bienal, lo que significa que tiene un ciclo de vida de dos años.

Durante el primer año, la planta crece como una roseta baja con hojas verdes y tallos largos, que es la parte comúnmente consumida. En su segundo año, la planta florece y produce pequeñas flores blancas o verdosas que, tras su polinización, se producen las semillas.

Dentro de las principales variedades de apio para su cultivo están las francesas Vert d’Elne, Plein Blanc Pascal, Plein Blanc de Perpignan y la Utah-52/70, aunque hay muchas más. Los principales tipos de cultivos del apio según la coloración de sus peciolos son el apio de penca blanca o amarilla y apio de penca verde.

Las semillas de apio son diminutas, de color marrón oscuro, con un aroma fuerte y un sabor que recuerda ligeramente al apio fresco, pero con notas más terrosas y amargas. El apio blanco se cultiva privando a la mata de luz, mientras que las semillas se obtienen del apio verde.

Las semillas de apio contienen compuestos aromáticos como el sedanólido, que junto al feniletano y la carvona le otorgan el aroma floral y dulce tan peculiar de estas semillas.

Ensalada de col aderezada con semillas de apio

Usos de la semilla de apio en la actualidad.

Hoy en día, las semillas de apio como especia se utilizan en las cocinas de todo el mundo. Son un ingrediente clave en la preparación de encurtidos, salsas, sopas y aderezos. Se pueden utilizar tanto enteras como molidas. Una vez molidas pierden rápidamente su aroma, por lo que es recomendable molerlas justo antes de que vayan a ser utilizadas.

En algunos países forman parte como ingrediente principal o necesario de muchas recetas. Por ejemplo, en Estados Unidos son esenciales en la preparación de algunos aderezos para ensaladas y en recetas de coleslaw (ensalada de col).

En la cocina india, se utilizan para condimentar curris y guisos, aportando un toque distintivo. Las semillas de apio molidas también forman parte de mezclas de especias, como la famosa «sal de apio«, que combina sal y semillas de apio molidas para dar sabor a diferentes platos.

Beneficios para la salud de incluir el apio en semillas en nuestra dieta.

Más allá de su uso como especia, las semillas de apio han sido valoradas por sus numerosos beneficios para la salud. Son ricas en nutrientes, ya que cuentan con minerales como el calcio, el hierro y el magnesio, así como de compuestos antioxidantes y aceites esenciales.

También destacan por su alto contenido de vitamina C. Tienen propiedades antiinflamatorias, precisamente por sus compuestos antioxidantes, aliviando síntomas de enfermedades como la artritis.

Desde tiempos antiguos, las semillas de apio se han utilizado para tratar la retención de líquidos, ya que promueven la producción de orina y ayudan a eliminar toxinas por su efecto diurético natural. También se cree que las semillas de apio mejora la digestión por su capacidad para estimular la producción de enzimas digestivas, lo que facilita la digestión de los alimentos y reduce problemas como la hinchazón y los gases.

Algunos estudios sugieren que el consumo de semillas de apio puede ayudar a reducir la presión arterial debido a sus propiedades relajantes sobre los vasos sanguíneos. Su contenido en fibra beneficia el funcionamiento del sistema digestivo, absorbiendo mejor los nutrientes y favoreciendo la salud intestinal.

Recetas con semilla de apio.

La semilla de apio es un ingrediente versátil que puede incorporarse como condimento a una variedad de recetas para disfrutar de su sabor y beneficios. Su sabor peculiar y su toque aromático enriquece muchos platos.

En sopas, cremas, guisos, ensaladas, arroces, huevos revueltos, panes y para aderezar todo tipo de platos elaborados con pescados, aves y carnes. También se utiliza mucho para mezclarlo con otras especias. Además, se pueden infusionar las semillas en aceite, ya que le aporta un sabor muy aromático y utilizarlo como aliño.