Actualmente, la búsqueda de soluciones para mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la resistencia de los cultivos al estrés abiótico es una prioridad. Entre las innovaciones, destaca la utilización como materia activa del ácido pidólico, una sustancia natural que participa en la forma en que las plantas responden a condiciones adversas.
¿Qué es el ácido pidólico?
El ácido pidólico, también conocido como 5-oxoprolina o ácido piroglutámico, es un derivado de aminoácido presente en numerosas proteínas. Clasificado como un bioestimulante no microbiano, este compuesto desempeña un papel crucial en la regulación del metabolismo del nitrógeno en las plantas.
Destacar que estamos ante una materia activa utilizada en formulaciones de bioestimulantes agrícolas, junto a otras posibles, como por ejemplo: el pirofosfato potásico, los extractos de algas de Ascophyllum nodosum y la Glicina betaína, obteniendo formulaciones finales de productos disponibles en el mercado.
¿Cómo actúa en las plantas?
Esta materia activa actúa como un señalizador del metabolismo del nitrógeno, desencadenando dos respuestas clave en las plantas:
- Aumento de la asimilación de nitrógeno: Facilita la absorción y el aprovechamiento del nitrógeno, impulsando la síntesis de aminoácidos y proteínas.
- Recuperación al estrés: Ayuda a las plantas a recuperarse de situaciones de estrés, como sequía, calor o salinidad, al mantener el ciclo de asimilación de nitrógeno.
Derivado de todo ello, este compuesto favorece el crecimiento de las plantas al incrementar el área verde de las hojas, potenciando la fotosíntesis y la absorción de nutrientes; contribuye al llenado de las reservas de ácido pidólico en los frutos, asegurando su desarrollo continuo; y estimular el crecimiento radicular, fortaleciendo el establecimiento del cultivo.
El ácido pidólico y el estrés abiótico.
Combatir o mejorar el estrés abiótico de las plantas es una cuestión en la que no se cesa de trabajar. Y definimos el estrés abiótico como el impacto negativo de factores no vivos en los organismos vivos en un entorno específico, como los provocados por la sequía, el calor y la salinidad.
En este sentido, en condiciones de estrés ambiental, los niveles de ácido pidólico en las plantas disminuyen, lo que afecta negativamente su crecimiento y rendimiento. La aplicación de bioestimulantes con ácido pidólico ayuda a restablecer estos niveles, permitiendo a las plantas superar el estrés y mantener su productividad.
Esta materia activa ha demostrado su eficacia en una amplia variedad de cultivos, mejorando su resistencia al estrés, su crecimiento y su rendimiento. Su capacidad para regular el metabolismo del nitrógeno lo convierte en un aliado valioso para los agricultores que buscan optimizar sus cosechas de forma sostenible.