El Día Mundial de los Fertilizantes conmemora el aniversario de la patente de Haber-Bosch, que consiste en un proceso tecnológico con el que se sintetiza el amoniaco y que, entre otros usos, permite producir fertilizantes a partir del nitrógeno atmosférico.
El uso de fertilizantes en cultivos agrícolas es vital si se pretende que las plantas crezcan sanas, fuertes y proporcionen mejores cosechas. Los compramos y utilizamos sin darle excesiva importancia, pero en realidad, con su fabricación se ha contribuido a cambiar el mundo.
Desde un punto global, los fertilizantes agrícolas han permitido aumentar la productividad de las plantas e incluso permite producir en zonas donde, de no ser utilizados, sería prácticamente inviable.
Se suele hablar de fertilizantes en la agricultura, pero no debemos olvidar que también son fundamentales en jardines, áreas verdes, campos deportivos, cultivos ornamentales y por supuesto en la jardinería doméstica o de hobby.
Se puede afirmar con total rotundidad que detrás de cada planta hay un fertilizante, sea de origen natural o aportado. En definitiva, el fertilizante es la comida de las plantas.
Día Mundial de los Fertilizantes 2023
Un año más se celebrará el 13 de octubre el Día Mundial de los Fertilizantes 2023. Este año las empresas del sector, así como muchas fábricas que vieron amenazada su producción por la crisis mundial de los fertilizantes minerales y de la energía como consecuencia del conflicto entre la Federación Rusia y Ucrania, están retomando su actividad.
Ante esta amenaza a la seguridad alimentaria mundial y el aumento progresivo del precio de los alimentos que no cesa, unido a una dependencia de fertilizantes de países terceros se están tomando medidas urgentes en la UE, para garantizar tanto dentro como fuera de la Unión la “disponibilidad y asequibilidad de los fertilizantes”.
Cuando un suelo se agota por falta de fertilizantes la producción de alimentos se ve amenazada. Esta escasez se ve reflejada tanto en los cultivos, como en la calidad de los alimentos y su precio.
La preocupación por parte de los agricultores acerca de la disponibilidad de los fertilizantes para sus cultivos que se ha hecho patente desde el año 2022, ha provocado que muchas empresas se cuestionen los sistemas de gestión de muchos fertilizantes.
Fertilizantes, agronutrientes, bioestimulantes agrícolas y microorganismos para las plantas
Podemos referirnos a los fertilizantes como elementos nutritivos para las plantas. También se les llama abonos. Pero hay más formas de denominarlos según los queramos analizar.
Desde un punto de vista técnico, como fertilizantes y abonos se puede hacer alusión a los tradicionales productos fabricados a base de nitrógeno, fósforo y potasio (N-P-K). Cuando estos fabricados son más complejos técnicamente en su fabricación se les llama agronutrientes. Si además, en su composición intervienen productos como ácidos húmicos, glicina betaina, extractos de algas, etc. son llamados biestimulantes agrícolas porque como su nombre indica, además de nutrirles, les estimulan en determinadas facetas como por ejemplo, una mayor resistencia al estrés hídrico o lumínico.
Y también existe un concepto más, el de microorganismos para las plantas. Es un paso más en la fertilización, en la que se aborda la tierra de cultivo o sustrato como un suelo vivo, donde microorganismos de origen animal y vegetal (hongos y bacterias) juegan un papel destacado, cuando no crucial, en la nutrición vegetal.
Patente de Haber-Bosch.
Siguiendo con esta efeméride, se decidió celebrar el día 13 de octubre el Día Mundial de los Fertilizantes. ¿Y por qué el 13? Porque coincide con el aniversario de la patente de Haber-Bosch, que consiste en un proceso tecnológico con el que se sintetiza el amoniaco y que entre otros usos, permite producir fertilizantes a partir del nitrógeno atmosférico.
Haber-Bosch hace alusión a las personas Fritz Haber y Carl Bosch. El primero fue quien patentó el proceso, mientras que el segundo lo comercializó en 1910, recibiendo ambos el premio Nobel de Química en 1918 y 1931 respectivamente.
Con el amoniaco como materia prima se pueden fabricar productos como por ejemplo el ácido nítrico y determinados fertilizantes. Pero también hay que saber que la primera vez que se utilizó el proceso Haber-Bosch a nivel industrial fue en Alemania durante la primera guerra mundial, con el objetivo de fabricar municiones bélicas, porque el amoniaco producido permite fabricar diferentes nitrocompuestos explosivos usados en ellas.
Como decimos, la fabricación industrial de fertilizantes, capítulo en el que se engloban los agronutrientes y bioestimulantes agrícolas (y recientemente también los microorganismos para la fertilización del suelo), ha permitido conseguir y aumentar cosechas en lugares que hasta la fecha eran inertes o muy pobres. Sobre ello un dato: mientras que en 1960 se necesitaba una hectárea de tierra para alimentar a dos personas, en el 2025 se necesitará que esa misma superficie alimente a cinco.
Así, todos los años se celebrará el Día Mundial de los Fertilizantes y ese día recordaremos cómo gracias a ellos, diferentes zonas afectadas por la pobreza han experimentado un fuerte descenso de la hambruna y la mejora de los niveles económicos.
Son tan importantes los fertilizantes que su existencia es reconocida incluso por personas no precisamente vinculadas a la agricultura. Un ejemplo de ello es Bill Gates, quien afirmo que dos de cada cinco personas en el mundo deben su vida a los fertilizantes.
El amoniaco verde en la transición ecológica.
Vinculado al amoniaco, actualmente se encuentra el amoniaco verde. Elemento clave para la transición ecológica y difiere del amoníaco tradicional en su proceso de fabricación. Y esto es importante porque, por ejemplo, la producción anual de amoniaco convencional, producido principalmente a partir de gas natural como fuente de hidrógeno, se aproxima a los 200 millones de toneladas. Sustituir la fuente mediante otras energías renovables es fundamental.
Con este dato y a nivel mundial, se puede considerar la generación de un promedio de casi tres toneladas de CO₂ emitido por cada tonelada de amoníaco producida. Esto supone que la producción de amoníaco representa alrededor del 2 al 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo. Estas emisiones nocivas podrán evitarse produciendo amoníaco verde a partir de hidrógeno renovable.
La vida del suelo.
Actualmente, las empresas fabricantes de agronutrientes, están participando activamente en la transición de la fertilización tradicional NPK mineral, a un nuevo concepto, donde la nutrición vegetal juega un papel vital como herramienta clave en la gestión sostenible del suelo.
Por lo tanto, nos encontramos ante un nuevo marco de la nutrición vegetal, donde los agronutrientes, bioestimulantes agrícolas y microorganismos beneficiosos para el suelo, son clave.
Nuevos productos con capacidad de estimular los procesos de nutrición de las plantas con independencia del contenido de nutrientes, con el único objetivo de mejorar una o varias características de las plantas y su rizosfera.
Un catálogo cada vez mayor de productos, que con su correcta aplicación, se consigue mejorar la eficiencia, la tolerancia al estrés abiótico, las características de calidad organolépticas de sus frutos, o la disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo y la rizosfera.
Elhuertourbano.net les desea ¡Feliz Día Mundial de los Fertilizantes!