El cultivo del cebollino va más allá de su puro objetivo de planta aromática y culinaria. También tiene un componente ornamental muy destacado, lo que nos permite cultivarla en más cantidad de lo necesario sin la preocupación de tener su producto de sobra.
Antes de centrarnos en su cultivo, conviene saber que, si lo queremos solo para utilizar sus finas hojas, debemos someterlo a podas constantes para que se renueven y tener así siempre hojas jóvenes y tiernas. Si por el contrario queremos aprovechar sus flores comestibles, que además son muy decorativas en el plato, debemos evitar podarlas algunas de ellas para que florezcan llegado su momento, que en el hemisferio norte se sitúa entre finales de primavera y mitad de verano.
Sobres de semilla de cebollino
El cebollino se puede cultivar en cualquier tipo de huerto urbano y podemos reproducirlo tanto por división de mata como mediante siembra. Para ello, si no disponemos de plantas adultas para recurrir a su división, lo primero es recurrir a su siembra.
Podemos encontrar sobres de semilla de cebollino en puntos de venta especializados de jardinería. Con ellos tendremos suficiente para cubrir nuestras necesidades. Los sobres de semillas son económicos y suelen tener del orden de 3 a 4 gramos. Para hacernos una idea del volumen de semilla, un gramo suele contener entre las 200 a 400 semillas según la variedad y selección del calibre de la misma y todas ellas, dentro de su tiempo de viabilidad, tienen un poder germinativo muy alto.
En el caso de huertos urbanos de producción profesional, las semillas de cebollino se compran en empresas de suministro agrícolas y los sobres suelen ser más grandes, a partir de los 100 gramos. Estas semillas están más seleccionadas con calibres mayores, puesto que en el mercado profesional se espera más de ellas. No por ello desmerecemos las antes mencionadas.
Fijémonos bien en la fecha de caducidad que viene en el sobre y desechemos aquellos que se encuentran caducados. En estos envases encontraremos unos datos básicos para su cultivo que nos serán de gran utilidad para situarnos dentro de periodos de las fechas de siembra, plantación, cultivo y recolección.
Cultivo del cebollino en maceta
En los huertos urbanos de terraza o balcón, lo ideal es cultivarlo en maceta o jardinera. Si los tenemos orientados hacia el norte o con sombra prolongada durante muchas horas del día, estamos de enhorabuena porque el cebollino requiere una exposición sombría.
Una vez hecho el semillero de cebollino y germinado, lo plantaremos en macetas de tamaño de 14 a 20 centímetros de diámetro plantando unos cinco golpes: uno en el centro y los cuatro restante alrededor de él bien distribuidos del central. Con el tiempo, coparán toda la maceta y cada año procederemos a dividirla y trasplantarlas en dos o más macetas.
Si lo plantamos en jardineras, la distancia entre matas puede ser de unos 10 centímetros y como en el caso anterior, con el tiempo coparán toda la superficie de la misma, aconsejando arrancarlas y replantarlas cada uno o dos años.
La altura de las macetas o jardineras no tiene por qué ser elevada porque el sistema radicular del cebollino se puede desarrollar perfectamente sobre los 15 ó 20 centímetros.
El sustrato indicado es uno fértil, rico en humus y algo húmedo, sabiendo que aguanta perfectamente aquellos algo calcáreos. De los comerciales puede utilizarse los fabricados especialmente como sustrato para huertos urbanos, aunque también serviría un sustrato universal o sustrato de plantación, a los que deberíamos mejorarlo con el aporte de un 20 a 30% de tierra de jardín algo arcillosa para compensar el exceso de materia orgánica que contienen.
Su ambiente ideal es junto con algo de sombra, mantener un suelo húmedo, por lo que requiere riegos periódicos sin llegar al exceso o encharcamiento. En cada uno de los riegos o cada 15 días se le puede añadir un fertilizante líquido a dosis bajas. Este, además de equilibrado, deberá contener oligoelementos para evitar carencias y obtener hojas sanas y con buen color. Recordemos que las utilizaremos en muchas ocasiones como elemento decorativo, al margen de que aporte su delicado sabor a cebolla tierna.
A partir de ahí, simplemente verlo crecer e ir recolectando sus hojas, cortándolas a unos dos centímetros de la base, para ir utilizándola en la cocina. ¡Del huerto a la cocina!
Cultivo del cebollino en huerto de cocina
El cebollino es una de las plantas ideales para su cultivo dentro de casa, exactamente en la cocina, junto a otras hierbas como la hierba buena, el perejil, la albahaca, etc.
En este caso, utilizaremos una maceta de menor tamaño al recomendado anteriormente y plantaremos uno o tres golpes distribuidos por la superficie.
Destacar que, en este como en el caso de macetas y jardineras, el cebollino se puede sembrar directamente, repartiendo las semillas unos dos centímetros entre sí y una vez van germinando, eliminar las más débiles o simplemente para dejarlas más espaciadas. En tal caso, una vez sembradas las cubriremos sobre un centímetro con el mismo sustrato de plantación y regaremos, manteniendo el sustrato húmedo durante todo su cultivo.
La o las macetas en la cocina deben colocarse lo más cercanas posibles a la ventana porque, aunque le gusta la sombra, la luz les proporcionará un color más intenso. Una práctica recomendable es alternar plantas cultivadas en la cocina con otras en el balcón, así se recuperarán del ambiente interior de la cocina. Recordemos que todas las aromáticas y condimentarias son plantas de exterior.
Cultivo del cebollino en campo o jardín
El cultivo del cebollino en campo o jardín se realiza directamente sobre el terreno. En ambos casos podemos recurrir a cultivarlos en líneas creando borduras que serán de especial atractivo ornamental durante su etapa de floración.
Partiendo de semilla se puede realizar su siembra directamente o en semillero. La fecha apropiada es a finales de invierno. En el caso de hacerlo directamente se realizaría en líneas espaciadas unos 20 centímetros, aclarando las plantitas cada tres o cuatro centímetros para que comience su crecimiento con vigor. Recordemos que cada plantita, con el tiempo realiza numerosos rebrotes, creando compactas matas de hojas.
Si lo hacemos de semillero se recomienda dejar unos ocho a diez centímetros entre golpes de plantación y si es por división de matas unos 25 centímetros.
Como ya hemos avanzado, para su plantación elegiremos aquellas zonas que son más sombrías, aunque tolera el sol directo. El terreno debe ser fértil y procurar que durante su cultivo no le falte la humedad.
El cebollino, una vez plantado, lo podemos mantener en el campo o el jardín durante varios años. Aunque lo recomendable sería arrancarlo y trasplantarlo para sanearlo cada tres años, la verdad es que puede mantenerse hasta más de 10 años sin que disminuya su crecimiento ni calidad de sus hojas.
Una vez sembrados podemos comenzar a recolectar sus hojas a los tres meses. Dos si los plantamos ya germinados e incluso menos si lo hacemos mediante división de mata.
En cuanto a clima, al proceder de climas frescos y fríos tiene una cierta resistencia a las heladas moderadas.
Sobre las plagas y enfermedades que pueden afectar al cebollino durante su cultivo son bien pocas. Solo la mosca de la cebolla (un insecto que pertenece al orden de los dípteros y que también afecta al cultivo de la cebolla) y los trips. En el caso de las enfermedades sólo a nivel radicular si hay un exceso de humedad.