La bacteria Bacillus subtilis se hace cada día más popular en la biofertilización, formando parte de esos microorganismos del suelo que podemos leer en la composición de formulados para una agricultura más comprometida con mantener los suelos vivos.
Un suelo vivo, o lo que lo mismo un suelo sano, es aquel que a través de su actividad biótica y su propia fertilidad, es capaz de generar y mantener una reserva adecuada de elementos nutricionales a disposición de la planta, permitiéndole desarrollarse adecuadamente durante largos periodos de tiempo sin la necesidad de tener que aportar grandes cantidades de fertilizantes por parte del agricultor.
También, un suelo vivo, es aquel contiene una adecuada cantidad de los llamados microorganismos del suelo, llegando a formar la parte más importante de este. Estos constituyen su parte viva y son los responsables de la dinámica de su transformación y desarrollo. Las plantas y estos microorganismos han estado formando un binomio vital durante cientos de millones de años, conviviendo en una mutua dependencia en diversos aspectos.
En el mercado existen productos como el Fusvicur con Bacillus subtilis, un biofertilizante enmarcado dentro del grupo especial de microorganismos del suelo.
Bacillus subtilis como microorganismo del suelo
El Bacillus subtilis es una bacteria Gram positiva que está presente de forma común en el suelo y tiene la particularidad de formar una resistente endospora protectora que le permite tolerar condiciones ambientalmente extremas.
Esta, en la rizosfera, actúa como promotores del crecimiento de la planta. Su propagación por la rizosfera le permite influir en las raíces de la planta y este hecho no sucede con todas las bacterias.
El entorno de la rizosfera es muy competitivo. En él hay infinidad de compuestos ricos en nutrientes y exudados solubles, producidos por las células de las raíces y que son muy útiles para la vida de ciertas bacterias. Por otra parte, estas mismas raíces también segregan sustancias de defensa como ácido salicílico y ácido jasmónico (fitohormona endógena reguladora del crecimiento de plantas), o exudan metabolitos secundarios como saponinas, glucosinolatos, ácidos hidroxamicos, naftoquinonas, etc. que inhiben el crecimiento de muchos de los hongos o bacterias. Aquí entran en juego esas bacterias como el Bacillus subtilis que está adaptado a una simbiosis con la planta y les proporciona protección y estimulación.
En este sentido, estas sustancias bioactivas de Bacillus subtilis de acción protectora desde un punto de vista de sanidad vegetal, pueden formularse solas o combinadas con otros compuestos tanto orgánicos como inorgánicos, actuando sobre hongos, bacterias, insectos y nematodos patóigenos para el cultivo en cuestión.
Al margen, el Bacillus subtilis como formulado para aportar microorganismos al suelo, son sus enzimas degradadoras las que le confieren unas notables propiedades como biofertilizante orgánico. Es un buen regenerador de suelos.
Cuáles son los beneficios de Bacillus subtilis como biofertilizante
Los beneficios de Bacillus subtilis como biofertilizante son muchos y por ello, las empresas desarrolladoras de microorganismos para el suelo, trabajan en la puesta en el mercado de producción agrícola de nuevos productos, por lo que estamos la antesala de una nueva forma de cultivar.
Así, el Bacillus subtilis es considerado como promotor del crecimiento en la planta, también conocida esta expresión como promotores sinérgicos de la planta. A continuación, exponemos varios ejemplos.
Bacillus subtilis como productor de hormonas
Realmente, entre sus funciones, el Bacillus subtilis actúa como un estimulador de producción de hormonas en la planta.
Bacillus subtilis como solubilizador de fosfatos insolubles
También, el Bacillus subtilis solubiliza formas insolubles de fosfatos, poniéndolo a disposición de la planta. Este elemento es muy importante en el crecimiento de la planta, siendo uno de los principales actores en la fotosíntesis, transportador de nutrientes y transmisor de energía.
Bacillus subtilis como productor de auxinas
Otra forma de actuar del Bacillus subtilis es como inductor a la producción de auxinas junto con la planta con la que interactúa. Gracias a este aumento se promueve el crecimiento de la planta, en áreas como la estimulación en ella de su alargamiento celular, la estimulación de xilema y floema, actuando en la maduración y formación del fruto o estimulando el crecimiento radicular.
Más utilidades del Bacillus subtilis
El Bacillus subtilis no es considerado patógeno para el ser humano y a partir de ahí y de sus cualidades, también tienen otras muchas aplicaciones comerciales en sectores muy diversos.
Por poner algunos ejemplos, algunas de sus enzimas son utilizadas como aditivos en la fabricación de ciertos detergentes de lavandería. También son una de las bacterias utilizadas en el proceso de producción de polihidroxialcanoatos (PHA), biopoliésteres sintetizados intracelularmente por algunos microorganismos. Y por supuesto, en la composición de fungicidas naturales como un agente de control biológico.
Biofungicida a base de Bacillus subtilis
Esta bacteria, tal y como hemos mencionado en algunas partes de este artículo, además de ser un potente biofertilizante, también es utilizada como materia activa para la fabricación de biofungicida de aplicación en agricultura y jardinería.
Así, el Bacillus subtilis resulta ser un excelente agente de control biológico de enfermedades causadas por ciertos hongos patógenos de suelo y otras bacterias.
Sus fabricantes aseguran que ha demostrado ser capaz de controlar hongos como Fusarium spp, Pythium spp, Phytophthora spp, Rhizoctonia solani, Sclerotinia spp, Verticillium dahliae, Botrytis cinerea, Alternaria spp e incluso alguna bacteria como Erwinia spp. Sus formulados, también según la información que aportan sus fabricantes, puede ser aplicado vía foliar o radicular.
Una de las particularidades del Bacillus subtilis es la de producir endosporas altamente resistentes a las altas temperaturas y cambios osmóticos, pudiendo sobrevivir en suelos agrestes y condiciones de cultivos altamente estresantes. Las condiciones edafoclimáticas ideales para su desarrollo se encuentran es de un pH 6,5 y una temperatura de 28 a 35ºC, si bien, dada su resistencia puede vivir en un rango de temperaturas de 15 a 50°C, un pH de 5 a 8 y con valores altos de humedad relativa.