Los abonos con sustancias húmicas son adecuados para mejorar o mantener el estado físico y químico del suelo, además de ayudar al correcto nivel de microorganismos que se establecen en él.
Para la mayoría de cultivos hortofrutícolas es indispensable que la tierra o sustrato contenga el adecuado nivel de materia orgánica y que esta, además, se encuentre en el estado apropiado para su función.
Con el tiempo y la intensificación de cultivos, se aprecia una escasez de materia orgánica en el terreno y, por tanto, aparece la necesidad de aportarla. Inicialmente, el origen de su aporte era el estiércol, le siguió el compost procedente de restos vegetales e incluso excrementos llamados especiales, como puede ser el estiércol de guano y los excrementos de murciélagos en algunas zonas. En estiércoles, existen una gran cantidad de variantes según su procedencia: el estiércol de gallina (también llamado estiércol de gallinaza), los de vaca, de caballo, de oveja, de gallina, de cerdo, etc.
Esta cantidad de materia orgánica primitiva vía estiércol, una vez aportada a la tierra, se va transformando en el tiempo. También debe ser repuesta de forma constante para mantenerla en el nivel deseado, porque durante su proceso de transformación, se van generando distintos tipos de sustancias húmicas, no siendo todas ellas iguales, pero sí lo son en importancia a nivel nutricional.
Con la entrada en la agricultura moderna, aparecieron las enmiendas húmicas y los fertilizantes ricos en sustancias húmicas. Productos en las que se corregían estas carencias a la vez que lo hacían en tiempo récord.
Fertilizantes ricos en sustancias húmicas.
Los fertilizantes ricos en sustancias húmicas y formulados con buena calidad, han permitido su aporte mediante el riego localizado, ahorrando trabajo y dinero a la hora de su aplicación, puesto que evitan movilizar, por ejemplo, los grandes volúmenes de estiércol de antaño. Esto no quiere decir que el aporte de estiércoles ya no sea necesario, sino todo lo contrario, es recomendable aplicarlo en aquellos cultivos que se puedan aportar.
Otra ventaja de estos modernos formulados líquidos de aplicación a través del sistema de riego es que no provocan la obturación de filtros o goteros, además de tener una acción muy eficaz por actuar directamente en el bulbo generado por la fertirrigación.
Prácticamente, con la aportación de todas estas sustancias húmicas elaboradas, se influye positivamente en las mejoras físicas-químicas y biológicas del terreno y, por lo tanto, en su fertilidad.
De todas las sustancias húmicas disponibles, los ácidos húmicos y ácidos fúlvicos son los más populares y de hecho las podemos ver incorporadas en las etiquetas de dichos fertilizantes. Estos ácidos están catalogados dentro del grupo de bioestimulantes agrícolas de origen no microbiano.
Glosario de sustancias húmicas para la fertilización.
En torno al concepto de sustancias húmicas aplicadas en la fertilización, existen numerosas expresiones que consideramos oportunos nombrarlas y describirlas a modo de glosario de términos, para un mayor conocimiento de las mismas.
Estas sustancias húmicas las podemos ver identificadas en las etiquetas sobre la composición de estos formulados comerciales. A continuación, exponemos algunos ejemplos.
El humus.
El humus es el término más popular y además recuerda el famoso término humus de lombriz. Este humus está presente en la naturaleza y es resultado de la descomposición en el tiempo de la materia orgánica del suelo. En este proceso de transformación participan los microorganismos, principalmente hongos y bacterias, así como la fauna que habita en el suelo, como por ejemplo las lombrices y hormigas.
Se caracteriza por su color pardo oscuro, estructura amorfa y coloidal. Dentro del humus se pueden distinguir dos tipos: el humus antiguo y el humus joven.
El humus antiguo, o humus viejo, es un producto altamente descompuesto y que contiene una alta concentración de ácidos húmicos y huminas, siendo estas últimas unas moléculas de mayor peso molecular y derivadas de los húmicos. El humus joven o humus recién formado, también cuenta con ácidos húmicos y fúlvicos en su composición, pero en menor grado de polimerización.
Las sustancias húmicas.
El término de sustancias húmicas es el que engloba a todos los demás y se encuentran todas ellas en el suelo, contribuyendo a mejorar la actividad microbiana del tipo bacterias, hongos y actinomicetos.
Por lo general, todas las sustancias húmicas (compuestos orgánicos) son de color más o menos pardo oscuro y de estructura polimérica. En ellas destacan los ácidos húmicos, los ácidos fúlvicos y las huminas, sustancias húmicas que ya pueden ser absorbidas por las plantas y, por lo tanto, intervenir en su metabolismo.
Los ácidos húmicos.
Como hemos avanzado, los ácidos húmicos son unos de los principales componentes de las sustancias húmicas. Se trata de moléculas complejas orgánicas formadas por la descomposición de materia orgánica que influyen directamente en la fertilidad del suelo, a la vez que contribuyen significativamente a su estabilidad.
Estos compuestos orgánicos, los ácidos húmicos, son poliméricos de color pardo oscuro, constituidos por anillos de propilbenceno con radicales carboxílicos, quínónicos, etc., que poseen un elevado peso molecular y actúan de forma determinante en la capacidad de intercambio catiónico (CIC).
El CIC influye en la nutrición de los suelos, reteniendo el agua, eliminando las chances de erosión y además actuando como almacenamiento de nutrientes que luego son aprovechados por los vegetales.
Los ácidos húmicos derivados de leonardita son muy estables, siendo su grado de oxidación y el de sus componentes más uniformes.
Los ácidos fúlvicos.
Los ácidos fúlvicos suelen ir muy asociados en las formulaciones fertilizantes con los ácidos húmicos. Son compuestos orgánicos poliméricos sólidos o semisólidos, amorfos, de color amarillo-anaranjado, de naturaleza coloidal, constituidos por cadenas alifáticas y algunos anillos aromáticos, de menor peso molecular que los ácidos húmicos y elevada capacidad de complejación con metales.
Son solubles, fácilmente dispersables en agua y tienen una acción más rápida sobre la planta, si bien son menos persistente que los ácidos húmicos.
Las huminas.
Las huminas son compuestos orgánicos poliméricos de naturaleza similar a los ácidos húmicos y destacan por estar fuertemente ligadas a compuestos minerales.
Según sus características pueden ser: humina heredada, humina de neoformación y humina de insolubilización.
La humina heredada está constituida por partículas de densidad menor y se encuentra débilmente ligada a la fracción de arcilla de los suelos. Las huminas de neoformación y huminas de insolubilización extraíbles, están muy unidas a la fracción mineral, de naturaleza comparable a la de los ácidos húmicos y fúlvicos.
El extracto húmico total.
En las etiquetas de fertilizantes con sustancias húmicas, es fácil encontrar este dato en sus riquezas garantizadas (extracto húmico total) y de hecho es una información que exige la legislación.
El dato hace referencia al conjunto de sustancias húmicas, básicamente de ácidos húmicos y ácidos fúlvicos, extraídas mediante tratamiento alcalino de diversos materiales orgánicos.
El humato potásico.
El humato potásico es en realidad un producto comercial que se suele presentar fabricado en forma de polvo 100% soluble en agua.
Este producto se formula muy concentrado y gracias a ello aporta, además de materia orgánica, el nutriente potasio, mejorando notablemente los suelos a nivel físico, químico y biológico. Destacar que, con el potasio, también se proporciona uno de los tres elementos primarios que toda planta necesita.
Con el aporte de humato potásico en el terreno, se incorpora un elevado porcentaje de ácidos húmicos y una pequeña proporción de ácidos fúlvicos.
El ácido úlmico.
El ácido úlmico es la fracción de las sustancias húmicas de tamaño coloidal, soluble en medio alcalino e insoluble tanto en medio ácido como en alcohol. El ácido úlmico, junto con el amoníaco, se encuentra en la tierra negra de los jardines.
El ácido himatomelánico.
Con el ácido himatomelánico nos encontramos con una sustancia única ya no tan conocida. Se trata de la fracción de estas sustancias húmicas solubles en medio alcalino, insoluble en medio ácido y soluble en alcohol.
Por lo tanto, dentro de los ácidos húmicos se puede distinguir el ácido himatomelánico como parte del ácido húmico soluble en alcohol.
Los ulmatos y fulvatos.
Lo mismo sucede en cuanto a su conocimiento con los ulmatos y fulvatos, sales metálicas del ácido úlmico.
Estos forman parte de la humina, ácidos húmicos, ácidos fúlvicos y ácidos úlmicos, presentes en el suelo tras un periodo de transformación hacia una mineralización.
Como podemos ver, el mundo de las sustancias húmicas es muy amplio, y que además de estar presentes en muchos formulados agronutricionales, también se generan de forma natural en la cadena natural del suelo con vegetación.