Para la mayoría de cultivos hortofrutícolas es indispensable que el sustrato en el caso del cultivo en maceta o jardinera o tierra si es en el jardín o el campo donde se desarrolla, contenga el adecuado nivel de materia orgánica y que esta además, se encuentre en el estado apropiado para que la composición tanto física como química del suelo sea el adecuado.

Con el tiempo y la intensificación de cultivos se aprecia una escasez de materia orgánica en el terreno y, por tanto, aparece la necesidad de aportarla. Inicialmente el origen de su aporte era el estiércol, le siguió el compost procedente de restos vegetales e incluso excrementos llamados especiales como puede ser el guano o los excrementos de murciélagos en algunas zonas.

Esta cantidad de materia orgánica primitiva vía estiércol, una vez aportada a la tierra se va transformando en el tiempo. También debe ser repuesta de forma constante para mantenerla en el nivel deseado. Durante su proceso de transformación se van generando distintos tipos de sustancias húmicas, no siendo todas ellas iguales, pero sí lo son en importancia a nivel nutricional.

Con la entrada en la agricultura moderna aparecieron las enmiendas húmicas y los fertilizantes ricos en sustancias húmicas. Productos en las que se corregían estas carencias a la vez que lo hacían en tiempo récord.

Fertilizantes ricos en sustancias húmicas

Los fertilizantes ricos en sustancias húmicas y formulados con buena calidad han permitido su aporte mediante el riego localizado, ahorrando trabajo y dinero a la hora de su aplicación, puesto que evitan movilizar, por ejemplo, los grandes volúmenes de estiércol de antaño. Otra ventaja de estos modernos formulados líquidos de aplicación a través del sistema de riego es que no provocan la obturación de filtros o goteros, además de tener una acción muy eficaz por actuar directamente en el bulbo generado por la fertirrigación.

Prácticamente con la aportación de todas estas sustancias húmicas elaboradas se influye positivamente en las mejoras físicas-químicas y biológicas del terreno y por lo tanto en su fertilidad y productividad.

De todas las sustancias húmicas disponibles, los ácidos húmicos y ácidos fúlvicos en los suelos son los más populares y de hecho las podemos ver incorporadas en las etiquetas de dichos fertilizantes.

Tomate germinando

Glosario de sustancias húmicas para la fertilización

Para aportar información sobre las sustancias húmicas que se encuentran en el mercado del ámbito de la nutrición vegetal, os aportamos una breve introducción a la misma en forma de glosario.

Humus

El humus es el término más popular y además recuerda el famoso término “humus de lombriz”. Este humus está presente en la naturaleza y es consecuencia de la materia orgánica del suelo que con el tiempo va sufriendo una descomposición por parte de los microorganismos, principalmente por hongos y bacterias, así como miembros de la fauna que habita en el suelo como por ejemplo las lombrices y hormigas. Se caracteriza por su color pardo oscuro, estructura amorfa y coloidal.

Dentro del humus se pueden distinguir dos tipos: el humus antiguo y el humus Joven. El humus antiguo o humus viejo, es un producto altamente descompuesto y que contiene una alta concentración de ácidos húmicos y huminas, siendo estas últimas unas moléculas de un mayor peso molecular y derivadas de los húmicos. El humus joven o humus recién formado también cuenta con ácidos húmicos y fúlvicos en su composición, pero en menor grado de polimerización.

Sustancias húmicas

El término de sustancias húmicas es el que engloba a todos los demás y se encuentran todas ellas en el suelo, contribuyendo a mejorar la actividad microbiana del tipo bacterias, hongos y actinomicetos. Por lo general todas las sustancias húmicas (compuestos orgánicos) son de color más o menos pardo oscuro y de estructura polimérica. En ellas destacan los ácidos húmicos, los ácidos fúlvicos y las huminas, sustancias húmicas que ya pueden ser absorbidas por las plantas y por lo tanto intervenir en su metabolismo.

Ácidos húmicos

Como hemos avanzado, los ácidos húmicos son unos de los principales componentes de las sustancias húmicas. Se trata de moléculas complejas orgánicas formadas por la descomposición de materia orgánica que influyen directamente en la fertilidad del suelo, a la vez que contribuyen significativamente a su estabilidad.

Estos compuestos orgánicos, los ácidos húmicos, son poliméricos de color pardo oscuro, constituidos por anillos de propilbenceno con radicales carboxílicos, quínónicos, etc., que poseen un elevado peso molecular y actúan de forma determinante en la capacidad de intercambio catiónico (CIC). El CIC influye en la nutrición de los suelos, reteniendo el agua, eliminando las chances de erosión y además actuando como almacenamiento de nutrientes que luego son aprovechados por los vegetales.

Los ácidos húmicos derivados de leonardita son muy estables, siendo su grado de oxidación y el de sus componentes más uniformes.

Ácidos fúlvicos

Los ácidos fúlvicos suelen ir muy asociados en las formulaciones fertilizantes con los ácidos húmicos. Son compuestos orgánicos poliméricos sólidos o semisólidos, amorfos, de color amarillo-anaranjado de naturaleza coloidal, constituidos por cadenas alifáticas y algunos anillos aromáticos, de menor peso molecular que los ácidos húmicos y elevada capacidad de complejación con metales.

Son solubles fácilmente dispersables en agua y tienen una acción más rápida sobre la planta, si bien son menos persistente que los ácidos húmicos.

Huminas

Las huminas son compuestos orgánicos poliméricos de naturaleza similar a los ácidos húmicos y destacan por estar fuertemente ligadas a compuestos minerales.

Según sus características pueden ser: humina heredada, humina de neoformación y humina de insolubilización. La humina heredada está constituida por partículas de densidad menor y se encuentra débilmente ligada a la fracción de arcilla de los suelos. Las huminas de neoformación y huminas de insolubilización extraíbles, están muy unidas a la fracción mineral, de naturaleza comparable a la de los ácidos húmicos y fúlvicos.

Extracto húmico total

En las etiquetas de fertilizantes con sustancias húmicas es fácil encontrar este dato en sus riquezas garantizadas y de hecho es una información que exige la legislación. El dato hace referencia al conjunto de sustancias húmicas, básicamente de ácidos húmicos y ácidos fúlvicos, extraídas mediante tratamiento alcalino de diversos materiales orgánicos.

Humato potásico

El humato potásico es en realidad un producto comercial que se suele presentar fabricado en forma de polvo 100% soluble en agua. Este producto se formula muy concentrado y gracias a ello aporta, además de materia orgánica el nutriente potasio, mejorando notablemente los suelos a nivel físico, químico y biológico. Destacar que, con el potasio, también proporciona uno de los tres elementos primarios que toda planta necesita.

Con el aporte de humato potásico en el terreno se incorpora un elevado porcentaje de ácidos húmicos y una pequeña proporción de ácidos fúlvicos.

Ácido úlmico

El ácido úlmico es la fracción de las sustancias húmicas de tamaño coloidal soluble en medio alcalino e insoluble tanto en medio ácido como en alcohol. El ácido úlmico junto con el amoníaco se encuentra en la tierra negra de los jardines.

Ácido himatomelánico

Con el ácido himatomelánico nos encontramos con una sustancia única ya no tan conocida. Se trata de la fracción de estas sustancias húmicas solubles en medio alcalino, insoluble en medio ácido y soluble en alcohol. Por lo tanto, dentro de los ácidos húmicos se puede distinguir el ácido himatomelánico como parte del ácido húmico soluble en alcohol.

Ulmatos y fulvatos

Lo mismo sucede en cuanto a su conocimiento con los ulmatos y fulvatos, sales metálicas del ácido úlmico. Estos forman parte de la humina, ácidos húmicos, ácidos fúlvicos y ácidos úlmicos presentes en el suelo tras un periodo de transformación hacia una mineralización.